“El problema del feminismo actual es que quiere enfrentar el desarrollo profesional al concepto de familia”

¿Cuál es su definición de feminismo?

Mi referente feminista es Concepción Arenal, que verdaderamente luchó por los derechos de las mujeres en un momento en que no los tenían, que tuvo que disfrazarse de hombre para poder estudiar Derecho y realmente peleó para que las mujeres pudieran educarse, igual que los hombres.

Lo de ahora es una doctrina ideológica que pretende colectivizar a las mujeres -también a los gays- para decirnos cómo tenemos que pensar y sentir y hacernos dependientes del Estado. A más colectivización, menos igualdad. Las mujeres no somos víctimas por el hecho de ser mujeres y los hombres no son asesinos por el hecho de ser hombres. Yo no quiero que mis hijos aprendan eso. Ni mujeres ni gays podemos estar representados por una sola voz.

Hoy no existe la desigualdad salarial por ser mujer, sino por ser madre. Es la llamada brecha maternal, que penaliza a las madres como yo y que hay que combatir con políticas de conciliación que de verdad nos ayuden a las familias a compaginar la vida laboral con el cuidado de nuestros hijos. Y se lo digo yo, que tengo cuatro niños y sé de lo que estoy hablando…

La única solución que tiene es una política real de apoyo a la familia sostenida en el tiempo, como, por ejemplo, la gratuidad de Educación en las etapas de Infantil 0-3 años -también Bachillerato y FP- que VOX acaba de lograr en la Comunidad de Madrid. Eso, además, aligera de forma directa y de verdad el bolsillo de las familias. 

En estos momentos, usted lidera el grupo parlamentario de Vox en la Asamblea de Madrid, donde muchas mujeres también ostentan el liderazgo de sus respectivos grupos. ¿Cree que el liderazgo femenino impone a la sociedad características especiales?

Yo cada vez que escucho pedir cuotas para las mujeres en política o en consejos de administración de empresas me siento humillada. Las mujeres no hemos trabajado tanto, no hemos estudiado, no nos hemos forjado una carrera, etc. para que luego nos “premien” solo por ser mujer. Yo no quiero un cargo político -ni ningún otro- por ser mujer. Lo quiero por mérito y esfuerzo. Los puestos hay que ganárselos con trabajo y dedicación. Estoy harta de que nos tomen a las mujeres como débiles. No lo somos.

“Yo no quiero un cargo político -ni ningún otro- por ser mujer. Lo quiero por mérito y esfuerzo. Los puestos hay que ganárselos con trabajo y dedicación. Estoy harta de que nos tomen a las mujeres como débiles. No lo somos”

Usted es hija de padre cubano y madre española. Ese intercambio cultural siempre es enriquecedor, pero se traslada la imagen de que en los países Iberoamericanos todavía existe un trato a la mujer con connotaciones de discriminación hacia ellas. ¿Cuál es la situación actual de la mujer en Iberoamérica?

No es un tema de geografía, sino de cultura. No escucho a nadie criticar lo que ocurre con los musulmanes en Europa. ¿Es que no se atreven? ¿Les parece bien que en ciudades como Bruselas o París, o Barcelona, haya guetos donde se trata a las mujeres como inferiores?

En Iberoamérica hay sociedades avanzadas y otras que no lo están tanto. Y toda la izquierda que ahora tiene como bandera el indigenismo para atacar a España, debería estar hablando de la maravillosa labor que hicieron nuestros antepasados, como llevar allí las universidades. La educación es la clave para la igualdad de oportunidades, y no solo entre hombres y mujeres, sino como verdadero ascensor social. 

Siempre se habla de feminismo en relación a la mujer trabajadora, ¿cuál considera que debe ser el enfoque del feminismo más allá de la jubilación?

El problema del feminismo actual es que quiere enfrentar el desarrollo profesional al concepto de familia. Por eso hoy estamos viendo las consecuencias de esas políticas: mujeres que han desarrollado sus carreras, renunciando a formar familia y tener hijos porque el feminismo les ha contado que es algo incompatible. La soledad de los mayores de hoy es consecuencia de la desestructuración de la familia, la falta de compromiso, la falta de valores y el egoísmo promovido por el consenso progre. Yo me imagino una vejez feliz rodeada de mi familia y eso quiero para todos los españoles.