Se acaba 2020 y pasará a la Historia como el año de la pandemia. Esperemos que, con la vacuna, el 2021 sea mejor, aunque mucho me temo que tendremos que aprender a convivir con el coronavirus todavía unos cuantos años más.


Pero también 2020 pasará a la posteridad como el año en que, tanto en España, como en otros países, haciendo de la necesidad virtud, se dio un gran impulso a la digitalización de la Economía, de la Sociedad y de la Administración pública.

De hecho, puede decirse que la COVID-19 ha hecho más por la transformación digital de España que todos los planes que ha habido hasta ahora de desarrollo de la Sociedad de la Información y de la Economía y la Administración digitales.

Hasta tal punto, que creo que ya no podemos seguir hablando de ‘digitalización’ o ‘transformación digital’, sino de ‘inmersión’, ‘adaptación’ y ‘aceptación’ digital, pues, hasta los que se resistían a digitalizarse, han tenido que aceptarlo.

Aunque muchos ven el lado negativo de la vida digital durante el confinamiento, echando lógicamente de menos la vida social presencial, debemos preguntarnos qué hubiera sido de nosotros si no hubiéramos tenido internet.

PLANES, CARTAS Y ESTRATEGIAS

Pero es cierto que la necesidad de hacerlo todo online -no sólo trabajar, estudiar, comprar o hacer gestiones con las administraciones, sino también relacionarnos entre nosotros- ha hecho que afloren algunas carencias.

Por eso, se han puesto en marcha por el Gobierno distintas iniciativas digitales, que pretenden dar el impulso definitivo a la digitalización de la economía y de la sociedad española en los próximos años.

En junio se presentó el Plan España Digital 2025, que movilizará una inversión pública y privada de 70.000 millones entre 2020-2022 (50.000 del sector privado, 15.000 del Fondo europeo y 5.000 de los Presupuestos Generales del Estado).

También en junio se constituyó un Grupo de Expertos para la elaboración de una “Carta de Derechos Digitales”, cuyo primer borrador se publicó en noviembre y que se enriquecerá con las aportaciones que se hagan en la consulta pública.

Por último, el 2 de diciembre se presentó la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, una de las propuestas fundamentales del Plan España Digital 2025, con una inversión pública de 600 millones en el periodo 2021-2023.

“Puede decirse que la COVID-19 ha hecho más por la transformación digital de España que todos los planes que ha habido hasta ahora de desarrollo de la sociedad de la información y de la economía y la Administración digitales”

EJECUCIÓN Y EVALUACIÓN

Todas estas iniciativas son bienvenidas, así como los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, pero, una vez lanzadas, lo importante es su ejecución y la evaluación de resultados.

Para ello, serán muy importantes las modificaciones legales que permitan una gestión de los fondos europeos, porque la experiencia dice que se suelen quedar sin ejecutar un 60% de ellos (en la mayoría, créditos).

Pero, sobre todo, resulta indispensable articular fórmulas ágiles de colaboración público-privada, que permitan no sólo la gestión, sino, sobre todo, la gobernanza de estos planes por todas las partes afectadas (multi-stake-holders).

Así podría hacerse una monitorización, en tiempo real, de la ejecución de cada una de las medidas, para saber si está dando los resultados deseados o si hay que cambiar algo (como se hace desde el puente de mando de un barco).

Tras 20 años de políticas de Sociedad de la Información y de haberse puesto en marcha distintos Planes, convendría no sólo hacer una rendición de cuentas de sus resultados, que nunca se ha hecho, sino preservarlos de vaivenes políticos.

DISTINTAS VISIONES

A continuación, el lector encontrará unos interesantes artículos sobre diferentes temas y aspectos de este acelerado proceso de digitalización en el que estamos inmersos, firmados todos por voces autorizadas que hablan en primera persona.

Así, la presidenta de la Comisión de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, nos habla de “Los retos de las Big Tech para la competencia”, en un momento en que tanto en EEUU como en la UE se investiga su posición.

Por su parte, Tomás de la Quadra-Salcedo, coordinador del Grupo de Expertos de la Carta de Derechos Digitales y recientemente galardonado con el Premio Pelayo 2020, nos explica “el porqué de una Carta de Derechos Digitales”.

Antonio Abril Abadín, secretario general y del Consejo de Inditex, escribe sobre “La universidad ante el reto de la transformación digital”, que es uno de los temas que más han preocupado en este confinamiento, por las carencias detectadas.

José Varela Ferrio, responsable de Digitalización en el Trabajo en UGT, nos plantea una visión prospectiva sobre el teletrabajo en su artículo: “Más allá de la ley del teletrabajo”. 

Por último, pero no por ello menos importante, Fernando Encinar, cofundador y director de Márketing de idealista.com, nos ofrece su opinión sobre el sector inmobiliario: “La pandemia retrasa la normalización, pero no la ha parado”.

Dejamos para un próximo número -para cuando se conozcan los datos oficiales- el análisis de la incidencia que ha tenido el coronavirus y el confinamiento en el aumento tanto del comercio electrónico como, también, de los ciberdelitos.

Borja Adsuara