En busca de símbolos que unan: Ni el himno, ni la bandera, ni la Fiesta Nacional

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No es la fiesta de la Hispanidad, “repito, no es la Fiesta de la Hispanidad”, mucho menos la de “La Raza” y sí es la Fiesta Nacional de España. Este recordatorio constante, contumaz, año tras año, bien intencionado, de quienes pretenden despojar de aspectos peyorativos la fecha del 12 de octubre, es pertinente pero los efectos son escasos. Se ha llegado felizmente al 40 aniversario de la Constitución y España mantiene intactos sus problemas con los símbolos. No hay reconocimiento ni unidad en torno a la misma bandera, ni a la Fiesta Nacional ni al himno. 

Lo esencial en este aniversario debiera ser el reconocimiento, sin tacha ni objeciones, de la labor de los padres constituyentes, de los partidos políticos, de los sindicatos, y de todos los hombres y mujeres que desde el Parlamento y, también, en la calle, empujaron para elaborar y aprobar la Constitución de 1978. La Ley de Leyes en la que se reconocieron la mayoría de los españoles tras una guerra civil y cuarenta años de dictadura.

El paso del tiempo, sin embargo, ha puesto de manifiesto que algunas fracturas no se han soldado. Una prueba palmaria se encuentra en los símbolos o, mejor, en la ausencia de aceptación de todos. No todos los españoles se reconocen en la bandera constitucional ni tampoco en el día de la Fiesta Nacional. Tampoco en el himno. Todo ello constituye una anomalía en sí misma y en relación con los países democráticos respecto con los que compartimos parámetros y estándares de bienestar y derechos similares cuando no más avanzados.  

Se pudo hacer mejor, sí, y los intentos de los últimos años se antojan baldíos dada su tardanza. La bandera española y constitucional, reconocida desde la aprobación de la Carta Magna en 1978, hubiera tenido que ser reivindicada, ensalzada o, al menos, defendida por los partidos de la izquierda.

No puede reprocharse que hicieran campaña contra ella, pero con la Historia pasada, en la que esa fue la enseña de quienes ganaron la guerra civil, la pasividad en defenderla ha contribuido a que para muchos españoles en su corazón solo anide el respeto y el afecto por la bandera republicana aunque tuviera muy corta vida, entre 1931 y 1939. No se explicó a los ciudadanos a partir de la instauración de la democracia que la bandera española nació en 1785 durante el reinado de Carlos III y fue en 1843 cuando se instaura como bandera nacional de España por iniciativa a la reina Isabel II. 

Tampoco el himno nació en la dictadura. Desde el siglo XVIII España tiene este himno, aunque con cortos paréntesis como el Trienio Liberal (1820-1823); la Primera República y la Segunda República en la que se adoptó el Himno de Riego. Con Franco volvió la Marcha Real y no hubo cambios con la democracia. Tampoco se explicó su procedencia.

Se estimó no tocar bandera ni himno y no se meditó sobre la necesidad de buscar una fecha que uniera a todos los españoles.  Por decreto de 1987 se fijó el 12 de octubre como Fiesta Nacional de España. Ni de la Raza (1918–1958), ni la Hispanidad.

Sí se eliminaron con la democracia las efemérides franquistas como el 18 de julio o el 1 de octubre. Pasados los años el 12 de octubre tampoco ha resultado una opción reconocida y reconocible como la fiesta de todos. La vinculación directa de esa fecha con el descubrimiento de América ha abierto otra vía de controversias al ser considerada para determinados sectores como el principio de atropellos, cuando no de genocidio y exterminio de los indígenas de las tierras conquistadas. De nada sirven los argumentos y explicaciones de historiadores y la comparación, a favor de los reyes de la época españoles, con otros países con intenso pasado colonial. La fecha no es pacífica. 

Se perdió la oportunidad de haber proclamado el 6 de diciembre como Fiesta Nacional de España. Este lamento se escucha cada vez más aunque aún sin haber sido formulado para que empiece el debate. No es fácil prever si alguna vez se abordará pero no puede negarse que el 6 de diciembre de 1978 sí se produjo el abrazo de los españoles.

Anabel Díez