«La confianza mutua es la piedra angular de toda la cooperación judicial internacional”


A  pocos días de acabar su mandato al frente de la Red Europea de Consejos de Justicia, Registradores de España mantuvo un encuentro con Nuria Díaz Abad para hacer balance de sus dos años de gestión y para analizar algunos temas de actualidad de nuestro sistema juicial.


 

Considera cumplidos los objetivos que recogía el programa de actuación que presentó con su candidatura a la presidencia de la institución?

Yo centré mi programa fundamentalmente en la relación con las instituciones europeas porque, no siendo juez, pensé que era donde yo podía aportar más. Creía que mi experiencia en estas instituciones podía ser algo favorable para la Red, y me he esforzado en esa relación.

En primer lugar hemos conseguido estrechar los lazos con el propio Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que es observador de nuestra Red, pero que hacía tiempo que no participaba en los grupos de trabajo. Es bueno que una institución como esta, que trabaja con 24 lenguas oficiales y donde confluyen sistemas judiciales de 28 Estados miembro, nos aporte su experiencia sobre independencia, responsabilidad y calidad de la justicia.

De la misma forma hemos mantenido una estrecha colaboración con la Comisión Europea en temas como el cuadro de indicadores de la Justicia, el scoreboard de la Justicia, y esa colaboración se ha plasmado en los últimos scoreboards con una referencia a la encuesta que ha llevado a cabo la Red Europea de Consejos de Justicia sobre cómo perciben los jueces nacionales su propia independencia.

Y, finalmente, en el Parlamento Europeo he tenido ocasión de comparecer ante las dos comisiones que se ocupan de temas de justicia: la Comisión de Asuntos de Justicia y la Comisión LIBE, que está preparando un cuadro de indicadores sobre el Estado de derecho, la democracia y los derechos fundamentales donde, obviamente, el poder judicial es una pieza clave para ver la situación en los distintos Estados miembros de estas cuestiones.

Paloma Lombardo y Nuria Díaz Abad, en un momento de la entrevista.

Además, he tenido que hacer frente a temas internacionales que hasta ahora no se habían planteado, como la crisis en Turquía con el intento de golpe de Estado, las reformas judiciales aprobadas en Polonia el año pasado, y, por último, el tema del Brexit, que no voy a descubrir…

Al acceder al cargo usted se propuso también aumentar la colaboración en la fase de preparación de la legislación de la Unión para que se escuchara más la voz de los jueces. ¿Qué avances se han conseguido al respecto?

Yo me he esforzado por que los anteproyectos normativos que fueran relevantes se conocieran en otros Estados miembros, pero realmente como Red Europea de Consejos de Justicia es difícil encontrar una posición. Cuando me pidieron que compareciera ante el Parlamento Europeo en la Comisión de Justicia fue precisamente para estudiar una posible armonización del Derecho procesal civil, y cuando yo me volví a mis miembros del comité ejecutivo vi que teníamos unos puntos de vista muy diferentes sobre cómo armonizar este Derecho. Como Red Europea de Consejos es difícil establecer un criterio uniforme, creo que es más fácil si cada Consejo, a través de su función normativa, intenta participar.

La Unión Europea no son sólo los Estados de la Unión, también se preocupa por lo que ocurre fuera. Desde su posición, ¿cómo se percibe la Justicia en las diferentes partes del mundo?

Mi única experiencia a lo largo de estos años en la Red Europea de Consejos de Justicia a nivel mundial, ha sido el reciente lanzamiento en Viena de la Red Global de Integridad Judicial. A través de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se promovió una convención internacional sobre la lucha contra la corrupción, que está en la base de muchas de las cuestiones que estamos comentando. Entonces se dieron cuenta de que contra la corrupción el único antídoto es la integridad, y para promover la integridad, que no deja de ser el comportamiento ético, percibieron también que hay países donde los jueces creen que no pueden ser íntegros porque no van a ninguna parte, porque todo el sistema está corrompido. Tras la declaración final de esta cumbre de Viena y después de haber escuchado testimonios de representantes de lugares como el Líbano, República Dominicana o Sri Lanka, por poner unos ejemplos, uno se da cuenta de que efectivamente la Justicia es un valor universal, pero que no todo el mundo la entiende igual y que no en todos los sistemas es igual de factible introducir según qué reformas. Pero el gran mensaje que quiere lanzar Naciones Unidas al respecto es que la integridad es posible y que hay que construir una cultura de integridad.

SISTEMA JUDICIAL ESPAÑOL

Usted ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en Europa. Desde el conocimiento que tiene de los diferentes sistemas judiciales de la Unión Europea, ¿qué aspecto destacaría como especialmente positivo de nuestro sistema de justicia en relación con el del resto de países, y cuál deberíamos mejorar?

La Red lleva haciendo un análisis durante los últimos años de los Consejos a nivel europeo desde la perspectiva de independencia y responsabilidad de los jueces por un lado, y este año vamos a añadir unos indicadores sobre calidad de la justicia. Cuando yo llegué a la Red Europea de Consejos de Justicia había dos indicadores donde salíamos mal parados en cuanto a responsabilidad, pero lo hemos corregido a lo largo de estos años. El primero de ellos era el código ético. La carrera judicial española no disponía de un código ético, y no solamente la Red Europea sino también el informe Greco del Consejo de Europa habían puesto este tema encima de la mesa. Se formó un grupo de trabajo en el Consejo y finalmente en una primera etapa lo que se hizo fue que el pleno se adhirió al código de ética judicial de la Cumbre Judicial Iberoamericana, de la que ya formábamos parte, de hecho tenemos un magistrado que nos representa en la Comisión de Ética Judicial allí. Y en un segundo momento el grupo de trabajo que formó una serie de grupos compuestos exclusivamente por jueces que elaboraron unos principios de ética judicial a los que el pleno, en diciembre de 2016, se adhirió. Y precisamente en estos días se ha producido la votación directa por todos los jueces españoles de los integrantes judiciales de la Comisión de Ética Judicial que se constituyó el pasado 9 de mayo, con lo cual ese punto lo tenemos cumplido.

La segunda cuestión era que la Red Europea de Consejos de Justicia nos exigía que las actividades externas de los jueces, las actividades docentes o de otro tipo que pudieran ser compatibles con la carrera judicial, fueran accesibles al público. Y esto también se ha cumplido porque uno de los principios del Consejo General del Poder Judicial desde su constitución ha sido la transparencia. Ha orientado toda nuestra labor, y lo que se ha se hecho es dar publicidad en la página web del Consejo a estas actividades accesorias de los jueces, de tal manera que pueden servir de motivo de abstención o de recusación, aumentando así la transparencia del sistema.

“La Red Europea de Consejos de Justicia surge precisamente para reforzar el espacio de libertad, seguridad y justicia, pero en los últimos años hemos tenido algunos ejemplos de lo difícil que es que las resoluciones judiciales circulen libremente dentro de la Unión”

Respecto a las carencias le diré que la más acentuada se refiere a la percepción que se tiene de la independencia judicial. Los índices para España son muy bajos, aunque se trata de índices de percepción, con lo cual es difícil también incidir sobre ellos y pueden obedecer a diversas causas. Pero creo que este es el gran reto que tenemos ante nosotros. Aunque también es verdad, y la propia Red lo denuncia así en sus informes, que no hay estudios de satisfacción de clientes, es decir, no hemos llevado a cabo un estudio de cómo los usuarios del sistema de la administración de justicia perciben el servicio, que eso complementaría la imagen global de la Justicia de una forma más precisa. De todas formas los últimos estudios sobre independencia judicial provenientes de la Comisión Europea y del World Economic Forum, reflejan una pequeña subida de la confianza en el poder judicial a lo largo de estos últimos cuatro años.

La actuación de Alemania frente a la euroorden dictada por el juez Llarena se ha percibido por muchos sectores como una falta de confianza de Alemania en la independencia y transparencia de la justicia española. ¿Es esta una visión ajustada a la realidad?

Efectivamente esta situación no deja de ser una falta de confianza en que el sistema español vaya a hacer bien sus deberes, aunque es un tema que está todavía pendiente de decisión final. Pero lo único que demuestra es que estos instrumentos de reconocimiento mutuo lo que exigen, como ha puesto siempre de manifiesto la Comisión Europea, es que haya una confianza mutua, que es la piedra angular de toda la cooperación judicial internacional civil y penal. Si eso no existe, pues esos dos instrumentos no van a funcionar, y si tenemos que volver a un sistema de extradiciones, este instrumento deja de tener la eficacia que se presumía.

La Red Europea de Consejos de Justicia surge precisamente para reforzar el espacio de libertad, seguridad y justicia, pero en los últimos años hemos tenido algunos ejemplos de lo difícil que es que las resoluciones judiciales circulen libremente dentro de la Unión. No son mercancías, no son capitales, ni siquiera son personas, sino que son distintos ordenamientos jurídicos que tienen que dialogar entre si.

Pero insisto, todas estas situaciones a lo que nos llevan es a plantearnos que los sistemas judiciales se conozcan entre ellos, dialoguen entre ellos, que los propios jueces tengan una relación más personal con los jueces de otro Estado miembro y que el conocimiento que se tenga de los diferentes sistemas judiciales no sea algo que se ha oído por ahí… Esta es, en definitiva, la función de la Red Europea de Consejos de Justicia.

Los acontecimientos ocurridos tras las últimas sentencias sobre violencia de género han abierto un debate en la sociedad sobre la sensibilidad de algunos jueces a la hora de dictar sentencias. ¿Cree que este debate tiene fundamento? ¿Son este tipo de sentencias las que ahondan en el distanciamiento entre la sociedad española y sus tribunales?

En este caso creo que lo que tenemos que ser es muy respetuosos con la independencia de los jueces. De hecho, a nivel internacional, también han habido pronunciamientos para garantizar esta independencia. El sistema español prevé un sistema de recursos que es donde se deben dilucidar estas cuestiones. Todo lo demás hace ruido que no favorece para nada un clima de serenidad en el que tenemos que resolver estos temas.

En la justicia española una parte muy importante de sus integrantes en los tribunales o en las fiscalías son mujeres, pero no ocurre lo mismo entre los cargos judiciales. ¿Para cuándo se puede esperar un mayor equilibrio en los niveles más altos de la carrera judicial?

El acceso a la carrera judicial durante muchos años estuvo vetado a las mujeres, de manera que ahora vemos que las promociones de jueces son, en muchos casos, mayoritariamente femeninas, mientras que hace cuarenta años no era el caso. Esto con el tiempo se irá reconduciendo por sí mismo. De todas formas, el CGPJ dispone de una Comisión de Igualdad, de la que yo ahora mismo soy miembro, que para todos los nombramientos hace un informe de impacto de género donde se analiza cuántos hombres y cuántas mujeres hay antes de hacer un nombramiento para un cargo concreto.

MEDIACIÓN

En estos momentos desde el Colegio de Registradores se está haciendo una clara apuesta por la mediación. ¿Cree que la cultura de la mediación se convertirá en España en una alternativa real a los tribunales?

El Consejo ha hecho también una gran apuesta por la mediación, pero si me lo permite le diré que la Red Europea de Consejos de Justicia lo ha hecho igualmente. El año pasado dedicamos uno de nuestros grupos de trabajo a la mediación, y para profundizar más en el tema este año hemos hecho un proyecto con el European Law Institute sobre esta materia. La Red publica todos los años una guía actualizada de sus principios, de sus estándares, que no es más que la reflexión que se lleva a cabo en estos grupos de trabajo sobre lo que sería lo mejor. El hecho de que la mediación haya dado lugar primero a un grupo de trabajo y después a un proyecto específico, demuestra también que es un tema de actualidad. Y la Red lo ha querido abordar desde el punto de vista de qué le queda al juez en el espacio de la mediación y hasta dónde puede intervenir y sugerir.

Los registradores también están muy implicados en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Con la aprobación de la V Directiva, ¿está preparada Europa para afrontar los retos en esta materia?

Pienso que se está haciendo un esfuerzo, tanto normativo como de seguimiento, de la propia Comisión Europea, y que realmente hemos tomado conciencia de que es un tema capital para todos y que se está actuando con diligencia.

Finalmente, como abogada del Estado y con su trayectoria profesional desarrollada en gran parte fuera de España, ¿cómo percibe la formación de un jurista español en relación con la de los juristas de los diferentes países de la Unión Europea? ¿Cree que nuestro sistema de oposiciones funciona?

Yo soy una gran defensora del sistema de oposiciones porque creo que nos estructura muy bien la cabeza. Precisamente, mi experiencia en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, donde la representación y defensa de los Estados miembros es muy irregular, me ha hecho ver como nosotros, los abogados del Estado, al tener una formación muy horizontal, nos permite defender cualquier tema con solvencia, incluso contestar a veces a preguntas sobre distintas cuestiones, cosa que si no tienes una buena formación general no lo puedes improvisar. 

por Paloma Lombardo
Registradora de la Propiedad