“Este Gobierno está comprometido con la recuperación del país teniendo en cuenta, como pilar fundamental, la igualdad entre mujeres y hombres”


La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, pone de manifiesto en esta entrevista que la agenda feminista se ubica de manera transversal en las políticas que se promueven desde el Consejo de Ministros, y destaca el compromiso del Ejecutivo con la recuperación del país teniendo en cuenta, como pilar fundamental, la igualdad entre mujeres y hombres.


Como mujer comprometida por la igualdad y con el feminismo, ¿qué representa para usted la fecha del 8 de marzo?

El 8 de marzo es una fecha emblemática que nos sirve para reivindicar el feminismo y la agenda feminista tanto en nuestro país como en todas las partes del mundo. Se trata de una cuestión de extrema trascendencia, de hecho, considero que la agenda feminista es uno de los grandes desafíos que enfrentan las sociedades contemporáneas en el siglo XXI sólo comparable en importancia y trascendencia al desafío ecológico.

Gracias a la lucha feminista las mujeres hemos conseguido avances muy relevantes por nuestros derechos, fruto del empuje de pioneras que han pagado en muchas ocasiones con la vida su compromiso con la igualdad.

En España, desde la transición hemos asistido a cambios trascendentales que han mejorado no sólo la situación de las mujeres, sino nuestra sociedad y nuestra democracia. La consagración de la igualdad formal y la promoción de políticas activas para el logro de la igualdad entre mujeres y hombres, gracias a la promulgación de marcos legales que les dan cobertura, ha sido fundamental para que las mujeres cobremos protagonismo y estemos presentes en muchos espacios de la vida de nuestro país.

Esta fecha nos sirve para recordar lo conseguido, pero también para reivindicar que, lamentablemente, aún queda mucho por conseguir. En España, aún son escalofriantes las cifras de mujeres asesinadas por la violencia machista. Ese es el exponente más grave de la desigualdad, pero tampoco nos podemos olvidar de la brecha económica y de empleo, de la brecha salarial, la brecha de cuidados que aún persisten de manera tozuda y que son reflejo de una cultura patriarcal aún muy interiorizada con efectos palpables en la calidad de vida de las mujeres. También es aún escandalosa la escasa presencia de las mujeres en muchos espacios de poder, en los poderes económicos, en los consejos de administración de las empresas, o en espacios de conocimiento como la investigación y la ciencia.

Además, el feminismo es internacionalista y no podemos olvidar que hay mujeres en otros países que no han alcanzado ni siquiera la igualdad formal de derechos con los hombres, aun se producen matrimonios forzados y está vigente la práctica tan aberrante de la mutilación genital femenina. En algunos lugares se experimenta incluso una involución de derechos y millones de mujeres aún no tienen garantizado derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.

En definitiva, este día internacional de las mujeres nos sirve para recordar que la conquista de la igualdad es una lucha diaria, cotidiana y constante, llena de trampas, pero que no tiene marcha atrás. Las mujeres han salido del siglo XX y se han adentrado ya en 20 años del siglo XXI conociendo perfectamente la potencia de su influencia, la capacidad de sus poderes, la participación amplísima en cualquier lugar del mundo para no dejar atrás ni un sólo espacio donde nosotras tengamos que seguir avanzando.

“La agenda feminista es uno de los grandes desafíos que enfrentan las sociedades contemporáneas en el siglo XXI sólo comparable en importancia y trascendencia al desafío ecológico”

En el ámbito de la igualdad, ¿cuál es su balance del primer año de gobierno del que es usted es vicepresidenta primera y que se ha cumplido hace poco?

Este es un Gobierno feminista que responde al entendimiento de la política desde esta perspectiva.

En este sentido, no sólo existe un Ministerio de Igualdad consagrado específicamente a estos temas, sino que la agenda feminista se ubica de manera transversal en las políticas que se promueven desde el Consejo de Ministros.

Destacaría que los Presupuestos Generales del Estado vigentes este año se han elaborado con enfoque de género y recientemente también se puede citar la promoción de la Estrategia de la Política Exterior con enfoque de género o la promoción en Europa de la negociación de la Política Agraria Común con esta perspectiva.

Hemos desarrollado los reales decretos que impulsamos en nuestra anterior legislatura que tienen que ver, por un lado, con la igualdad en el ámbito laboral, como los planes de igualdad, los mecanismos para acabar con la brecha salarial o el establecimiento de los permisos iguales e intransferibles, algo largamente demandado por el movimiento feminista y que tiene un impacto estratégico para la igualdad entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo. Y, por otro lado, con las medidas urgentes contenidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, todavía sin implementar.

En cualquier caso, este año de legislatura ha estado tremendamente condicionado por la pandemia que lamentablemente ha incrementado al extremo muchas situaciones de vulnerabilidad. Las mujeres, más de la mitad de la población, están pagando más caro las consecuencias de esta crisis fruto de una desigualdad estructural.

Estas consecuencias se han reflejado en materia de corresponsabilidad y teletrabajo, en las cifras de mujeres en ERTE y las que se han quedado sin trabajo, en las mujeres autónomas que han visto también perder sus posibilidades de empresa. Sin olvidar que son muchas más las que han hecho malabares con las clases de los niños, la atención a personas mayores o dependientes, el trabajo profesional y las tareas del hogar. Tampoco ha parado la violencia machista, más bien al contrario, ni la explotación y trata de mujeres y niñas.

En este sentido, este año destacaría fundamentalmente el compromiso del Gobierno con la recuperación del país teniendo en cuenta, como pilar fundamental de esta recuperación, la igualdad entre mujeres y hombres.

La decana del Colegio de Registradores, María Emilia Adán, junto con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, durante un momento del encuentro.

¿Cuáles son los demás objetivos que tiene el Gobierno para esta legislatura?

El Gobierno tiene una agenda muy ambiciosa de país, de regeneración democrática, de cambio de modelo productivo, de inclusión social, que ahora se impregna, necesariamente, en lo más urgente que es dar respuesta a los efectos de la COVID-19.

Nuestro Plan de Recuperación y Resiliencia pretende abordar los desafíos que enfrentamos tanto de forma urgente, como a medio y largo plazo. En este sentido, los ejes de esta recuperación se centran, en primer lugar, en paliar los estragos más inmediatos de la pandemia, que han sido terribles desde el punto de vista sanitario, pero también económico y social. Y, en segundo lugar, y más a medio y a largo plazo, en sentar las bases para un crecimiento sostenible e inclusivo que no deje a nadie atrás.

Este enfoque de país tampoco olvida su compromiso democrático con la mejora y la calidad de nuestra democracia. En este sentido, quisiera destacar, porque es ámbito directo de mi competencia, el Proyecto de Ley de Memoria Democrática, una norma que ya va con mucho retraso y que es una deuda que tenemos pendiente como sociedad con las víctimas de la guerra civil y la dictadura y también diría que una deuda que tenemos con nosotros mismos como sociedad.

También tenemos que seguir avanzando en derechos y libertades, la regulación de la eutanasia ha sido un gran paso que hemos dado en esta legislatura, pero aún tenemos que seguir dando pasos para eliminar la discriminación de muchos colectivos que siguen teniendo especiales obstáculos para el disfrute de sus derechos en igualdad. El avance en derechos y libertades también es uno de los propósitos fundamentales de este Gobierno.

¿Cuál es el papel y consideración que se atribuye a la mujer en el Proyecto de Ley de Memoria Democrática?

Como no podía ser de otra manera, el Proyecto de Ley, ahora en fase de Anteproyecto, cuenta con el enfoque de género en sus planteamientos. Esto supone, por un lado, abordar específicamente las formas concretas de represión que ha habido contra las mujeres en la guerra civil y en la dictadura. En todas las guerras las mujeres sufren repercusiones diferenciadas frente a los hombres.

Y por otro, que considero esencial, se reconoce específicamente el papel activo de las mujeres en España como protagonistas de una larga lucha por la democracia y los valores de libertad, igualdad y solidaridad.

Usted es secretaria de Área de Igualdad de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE desde 2017. ¿Cuáles son sus prioridades en este cargo?

Efectivamente, llevo ya casi cuatro años al frente de la Secretaría de Igualdad, un cargo de gran responsabilidad porque trabajar por la igualdad dentro del PSOE es apoyar la agenda de Estado, la agenda de país del Partido Socialista. Afortunadamente, el feminismo está en el ADN del PSOE.

En este sentido, trato seguir la senda y el camino que ya marcaron mis predecesoras y humildemente contribuir a que el Partido Socialista siga siendo un referente de la defensa de la igualdad y del feminismo en España.

Mi interés principal es que sigamos sabiendo leer las necesidades de las mujeres en este país y que consigamos ahora, como partido de Gobierno, hacer cambios tangibles, cambios normativos y en la política pública que mejoren la vida y la posición de las mujeres.

Para poder hacer esta lectura el Partido Socialista requiere mantener vasos comunicantes con el movimiento feminista y estar en un proceso continuo de reflexión y diálogo para seguir liderando propuestas transformadoras que aborden los problemas reales de las mujeres en nuestra sociedad.

En este año 2021 se cumple el 90 aniversario de la aprobación en España del sufragio universal femenino. El Gobierno cambió hace escasas fechas el nombre de la estación de Chamartín para incorporar el de Clara Campoamor, recordando así a la promotora de aquel hecho histórico. ¿Tienen previstas nuevas actuaciones en recuerdo de esta efeméride?

La consecución por primera vez del voto igualitario en nuestro país es un hito democrático de primer orden y así debe conmemorarse.

Desde el Gobierno, y especialmente desde el ministerio que dirijo, hemos reivindicado esta efeméride y la figura de Clara Campoamor como personaje de una relevancia histórica que hasta ahora ha sido muy injustamente tratado. Se trata de una promotora fundamental de los derechos de las mujeres y sobre todo una promotora fundamental de la democracia: no hay democracia sin sufragio universal y no hay sufragio universal sin el voto de las mujeres.

El cambio de nombre de la estación Chamartín ha sido un primer paso para hacer justicia con la figura de esta extraordinaria mujer, una pionera que luchó por los derechos de todas y que contribuyó a mejorar nuestra democracia, a hacerla más digna y justa.

En los Presupuestos Generales que hemos aprobado recientemente se ha declarado el Programa «50 aniversario del fallecimiento de Clara Campoamor. 90 años del inicio de una democracia plena» como acontecimiento de excepcional interés público. En este marco promoveremos diferentes actividades con el apoyo de la sociedad civil hasta principios del año 2024, la idea es que este Programa nos permita seguir dando pasos para mantener viva la memoria de Clara Campoamor y el reconocimiento por primera vez del sufragio universal en España.

Se van a suceder diferentes conmemoraciones al respecto: el 1 de octubre de este año, como ha mencionado, es el 90 aniversario de la aprobación en el Parlamento del voto femenino, pero, además, en 2022, el 30 de abril, conmemoramos el 50 aniversario del fallecimiento de Clara Campoamor y el 21 de noviembre de 2023 es el 90 aniversario de las primeras elecciones que contaron con el voto de las mujeres en nuestro país.

Nuestra intención es que nuestro país siga teniendo muy presente la figura de Clara Campoamor y la conquista del voto igualitario. De fortalecer, en definitiva, nuestra memoria democrática.

“El Gobierno tiene una agenda muy ambiciosa de país, de regeneración democrática, de cambio de modelo productivo, de inclusión social, que ahora se impregna, necesariamente, en lo más urgente que es dar respuesta a los efectos de la COVID-19”

En la Corporación Registral el camino hacia la igualdad de género, con un criterio objetivo de selección como las oposiciones, se ha podido transitar sin necesidad de cuotas. Hoy en torno al cincuenta por ciento del cuerpo somos mujeres, ampliamente mayoritarias en las últimas promociones, y yo soy la primera mujer Decana en la historia. Así sucede también en otros sectores jurídicos. ¿Cree usted que las cuotas son necesarias para conseguir la igualdad en otros ámbitos de actividad?

Considero que las cuotas son un instrumento muy útil para superar una desigualdad estructural que de otro modo tardaría décadas en superarse.

El funcionamiento del mercado de trabajo, la inercia de las dinámicas laborales para acceder a puestos de poder y de responsabilidad, y en los propios partidos y organizaciones a puestos de representación, siguen siendo muy patriarcales. Es una falacia pensar que quién tiene más competencias, más formación o más experiencia va a conseguir per se las mejores posiciones. Hay mecanismos muy sutiles, y a veces no tanto, que hacen que esto no sea así y que tienen que ver con estereotipos y prejuicios muy arraigados. Existen círculos de poder exclusivamente masculinos que dejan sistemáticamente fuera a las mujeres, pero, normalmente, los mecanismos son más sutiles, muchas veces ellos están más disponibles para establecer alianzas informales porque la carga de la conciliación recae sobre ellas.

Me pone un ejemplo de presencia numerosa de mujeres en el ámbito registral. ¿Por qué ahí hay tantas mujeres? ¿Por qué llegan tantas? Pues porque los sistemas de oposición son objetivos, y, de hecho, donde proliferan estos sistemas, en el ámbito público, se puede constatar: hay más funcionarias que funcionarios.

Pero, cuando nos salimos de la objetividad empiezan los obstáculos. En el mismo ámbito del sector jurídico ¿cómo se explica, si no, que en torno al 54% de los jueces de este país sean mujeres y la escasa presencia de juezas en el Tribunal Supremo, o en el Consejo General del Poder Judicial?

En el ámbito privado aún es más notorio, no hay más que ver la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas. Si no llegamos a otros espacios no es porque no valemos, es porque hay estructuras que nos lo impiden. Y los poderes públicos tienen, de acuerdo a nuestra Constitución, la obligación de remover los obstáculos para la consecución de la igualdad real y efectiva. Para eso sirven políticas de acción positiva como las cuotas que han demostrado ser muy eficaces, sin ellas la inercia perpetúa el statu quo. Como sociedad no podemos permitirnos por más tiempo desperdiciar el talento de la mitad de la población.

Usted ha sido la primera mujer consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, y posteriormente fue ministra de Cultura en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Qué nos puede decir acerca de su visión de la cultura y las mujeres?

La cultura forma parte de nuestra esencia como seres humanos, pienso que constituye una especie de disco duro de la sociedad. He tenido la fortuna de dedicar parte de mi vida pública a trabajar directamente por la cultura y procuro seguir involucrada y apoyando lo que creo que nos salva a las personas de momentos tan oscuros como los que estamos viviendo ahora.

La importancia que tiene la cultura en nuestra identidad como sociedad, en la conformación de nuestros imaginarios colectivos hace que sea particularmente estratégico que las mujeres tengamos voz propia en el mundo cultural y desgraciadamente aún esto sigue siendo un reto.

Como en el resto de espacios de la vida, las mujeres debemos estar en la cultura en condiciones de igualdad con los hombres, como artistas, editoras, como promotoras, como literatas, como guionistas, como productoras, como directoras. Hay que reconocer que cada vez más mujeres se van abriendo paso, pero no es suficiente, las programaciones culturales aún adolecen de la presencia femenina sobre todo en ámbitos como el audiovisual.

Por otro lado, desde la perspectiva de los contenidos culturales, es interesante ver cómo muy poco a poco también vamos ganando espacio, protagonizamos más historias, se oye nuestra voz en personajes más complejos, aunque aún nos quede mucho por recorrer. Y es que, esta conquista cultural, en el sentido sociológico de cultura, se refleja en los productos culturales que son un termómetro muy bueno de cómo evolucionamos como sociedad, de nuestros estereotipos, de nuestros prejuicios… Se trata de elementos que están muy arraigados socialmente y el cambio es mucho más lento.