“Todo pequeño cambio importa”

Este número de la revista Registradoras tiene como eje y contenido el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. ¿Qué representa para usted esta fecha?

Cada año, el 8-M es una oportunidad para que la sociedad haga balance, tome conciencia de todo lo que falta aún por conseguir y genere el impulso necesario para lograrlo. Se han logrado grandes avances en las últimas décadas, pero todavía queda mucho por hacer, tanto para cerrar las brechas que siguen existiendo en el ámbito profesional como para proteger los derechos fundamentales de mujeres en todo el mundo.

Técnico Comercial y Economista del Estado y, desde hace unos meses, presidenta del FROB. ¿Cómo ve la situación de la mujer en su sector?

Las mujeres son todavía minoría en el ámbito financiero pero su presencia va aumentando de forma notable, sobre todo en el sector público. Por poner un ejemplo concreto de la institución que presido, el 60% de nuestros empleados son mujeres y el porcentaje es aún mayor en la alta dirección. En el sector privado hay cada día más referentes mujeres en puestos de gran responsabilidad. Los techos de cristal se están rompiendo y no cabe duda de que hay un gran número de mujeres preparadas para llegar a lo más alto. El reto ahora es evitar que ese desarrollo profesional suponga renuncias en el ámbito personal.

“El reto ahora es evitar que ese desarrollo profesional suponga renuncias en el ámbito personal”

¿Cree necesarias las cuotas para avanzar en igualdad? ¿De qué modo la presencia de mujeres es relevante en los entornos laborales? ¿Puede señalar alguna experiencia personal?

Considero que las cuotas son una medida temporal eficaz para lograr una mayor presencia femenina en ciertos puestos y sectores en los que actualmente estamos infrarrepresentadas. Si hay sitios a los que no está llegando el 50% de la población, es necesario plantearse el porqué. En muchos casos probablemente no exista una única causa, sino que será un cúmulo de factores (sociales, educativos, psicológicos…) que no sólo son complejos de identificar, sino también de atajar de forma generalizada. Algunos comportamientos y creencias están tan arraigados en la sociedad que tardarán generaciones en desaparecer.

La incorporación de mujeres a todos los ámbitos permite que planteen nuevas preguntas en sus entornos laborales, adopten medidas que promueven la conciliación, sirvan de ejemplo, etc. Es clave para corregir esos pequeños sesgos, muchos implícitos e inconscientes, que suponen un obstáculo en el desarrollo de la carrera profesional de las mujeres.

En mi vida profesional me he encontrado con frecuencia, por ejemplo, en situaciones en las que he tenido que pedir un uso más eficiente del tiempo en viajes y reuniones. Una noche innecesaria fuera de casa o una reunión que se alarga de más pueden parecer poco relevantes a nivel individual, pero en agregado tienen un impacto enorme. Muchas mujeres se descartan de puestos porque implican muchos viajes u horarios muy intensos y sus parejas también tienen un trabajo de muchas horas. Y es necesario plantearse: ¿realmente son necesarios para ese puesto tantos viajes u horas en la oficina? Si se hiciese un uso más eficiente del tiempo tanto de hombres como mujeres, ¿optarían esas mujeres sin dudarlo a esos puestos? Todo pequeño cambio importa.