Por una sociedad más equitativa, igualitaria y sostenible

Los últimos meses venimos observando cómo uno de los colectivos más afectados por la crisis sanitaria, económica y social son las mujeres. Una de las consecuencias es que en el último año se ha intensificado la brecha laboral, lo que se ha traducido en una mayor precarización del trabajo femenino y una menor tasa de empleo. 

Por eso, además de corregir las desigualdades, en este gran reinicio, no podemos renunciar a más de la mitad del talento. Mujeres y hombres debemos contribuir a esta importante tarea de acuerdo con el principio de igualdad consagrado en el artículo 14 de la Constitución Española.

Es clave que el sector público, empresas, organizaciones y la sociedad, en general, interioricen que la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU constituyen una prioridad y, en concreto, que todos y cada uno de nosotros promovamos, ahora más que nunca, una sociedad más equitativa, igualitaria y sostenible. Por ello, y con el fin de lograr la igualdad de género (ODS 5) no basta con políticas, es necesario fijar objetivos claros y concretos y aplicar soluciones innovadoras. 

Las organizaciones deben impulsar el liderazgo femenino y una cultura de diversidad que, apoyada desde la cúpula, llegue a todas las capas de su estructura. Y no solo porque es lo correcto, sino porque además la diversidad constituye una poderosa herramienta de atracción de talento y tiene un claro impacto positivo en el retorno de las inversiones

Sensible a esta situación, Santander, en su misión de contribuir al progreso de las personas y de las empresas, cuenta con diversas iniciativas. Así: 

  • La educación de calidad es la base de una sociedad justa y las mujeres deben formarse en las nuevas competencias que demanda el mercado (reskilling y upskilling) para favorecer su empleabilidad. La apuesta por la formación es parte del ADN de Santander desde hace más de veinte años, con un programa de universidades líder a nivel mundial.
  • En cuanto al acceso al trabajo, es necesario el compromiso de las Administraciones para la puesta en marcha de programas de apoyo a los colectivos más vulnerables, ayudas al autoempleo y asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres, a fin de que estén presentes en todos los niveles decisorios de la vida política y económica.
    También desde el sector privado es posible contribuir a este propósito: Generación 81, de Banco Santander, es una propuesta de valor que contribuye al impulso del empoderamiento y del emprendimiento femenino, reforzando las capacidades de las mujeres, dando visibilidad a referentes y poniendo a su disposición programas de mentorización e iniciativas formativas. 
  • Las organizaciones deben impulsar el liderazgo femenino y una cultura de diversidad que, apoyada desde la cúpula, llegue a todas las capas de su estructura. Y no solo porque es lo correcto, sino porque además la diversidad constituye una poderosa herramienta de atracción de talento y tiene un claro impacto positivo en el retorno de las inversiones como demuestran innumerables estudios. En Santander promovemos un entorno inclusivo y hemos asumido compromisos públicos en esta dirección. 

Estamos ante una oportunidad extraordinaria, gracias a los fondos europeos, para acometer la transformación de la economía española hacia un tejido productivo más robusto e igualitario y no podemos desaprovechar la ocasión para romper barreras y que, por primera vez, las mujeres también puedan ser agentes del cambio y protagonistas de un momento histórico.

Alicia Muñoz Lombardía