“La colaboración del Colegio de Registradores con el Banco de España ha sentado las bases para un crecimiento continuo en la calidad y cantidad de datos precisos para el conocimiento de la realidad económica”


Manuel Ortega lleva 30 años como jefe de la Central de Balances del Banco de España, un departamento que nació en 1983 y que en este tiempo se ha convertido en un referente de la información estadística sobre el tejido empresarial de nuestro país. En esta entrevista nos habla de los retos a los que se enfrenta la Central, de su internacionalización y de la colaboración que mantienen con el Colegio de Registradores.


¿Cuánto y, sobre todo, cómo ha cambiado el papel de la Central de Balances durante las más de tres décadas que lleva al frente de ella?

La Central de Balances, que fue creada en 1983, ha mantenido en lo esencial sus objetivos fundacionales, en concreto poner a disposición de la sociedad información económico-financiera de las empresas no financieras españolas. Esta valiosa información sirve múltiples propósitos: a) analizar el comportamiento empresarial y los efectos que las medidas de política monetaria tienen sobre la financiación y los resultados empresariales; b) difundir información sectorial agregada para su uso por analistas nacionales e internacionales; c) proporcionar información del sector para el análisis de la coyuntura económica; d) contribuir a la elaboración de las cuentas financieras y las cuentas nacionales de la economía española, y e) ofrecer a las empresas información sobre su posicionamiento frente a otras del mismo tamaño y actividad productiva.

A lo largo de estos años la Central se ha ido modernizando, por ejemplo, cambiando la forma en que se accede a los datos (pasando en este periodo dilatado de recibir información en papel a los formatos electrónicos actuales) y ampliando los detalles de información. Recientemente hemos empezado a recoger datos de naturaleza no financiera, como los referidos a sostenibilidad, que formarán una parte esencial de nuestro trabajo en el futuro.

“Los trabajos de estandarización de la información facilitada por las instituciones financieras en formato XBRL a los bancos del Eurosistema y las tareas de coordinación que desarrolla el BCE y la EBA, han sido un ejemplo de organización”

¿Cómo se ha desarrollado el proceso de internacionalización y la colaboración con el resto de centrales de balances europeas durante todos estos años?

Para responder a esta pregunta quizás sea un buen ejemplo observar la importancia que ha tomado la información sobre grupos empresariales, que no existía en la práctica antes de la década de los noventa. La Central de Balances lideró en 2004 la creación de la única base de datos Europea de grupos no financieros consolidados (base ERICA), que es gestionada desde España por delegación del Comité Europeo de Centrales de Balances (ECCBSO en su acrónimo inglés), del que es socio fundador y del que preside algunos de sus grupos de trabajo (www.eccbso.org). La colaboración con las restantes centrales de balances ha permitido desarrollar numerosas bases de datos con información agregada de las sociedades no financieras, como la de periodos de pago y cobro, la de crédito comercial, la de costes financieros de las empresas, o la de referencias sectoriales. Esta última, para el caso de España, se difunde con mayor granularidad que los colegas europeos, gracias al acuerdo firmado con el Colegio de Registradores. Con ella, desde hace casi tres décadas, se da acceso a ratios económico financieras de empresas, de forma agregada (nunca se facilitan datos empresa a empresa), difundiéndose gratuitamente a los analistas interesados en la web del ECCBSO y del Banco de España.

¿Cómo ha afectado a las competencias de la Central de Balances la mayor integración europea y la consecuente cesión de poder al Banco Central Europeo realizada por todos los países de la UE?

La elaboración de nuestros trabajos se ha visto ampliamente facilitada por el proceso de integración, primero al desaparecer la complejidad que introducía en el análisis comparado la existencia de diferencias de cambio y su impacto en los balances empresariales. Además, el paulatino acercamiento de los diferentes planes contables, influidos por las normas internacionales de contabilidad (normas IFRS), ha hecho que la información de base, ofrecida por los planes contables nacionales, sea más comparable (de lo que se ha beneficiado la base de datos BACH, del ECCBSO antes referido). Los trabajos de estandarización de la información facilitada por las instituciones financieras en formato XBRL a los bancos del Eurosistema y las tareas de coordinación que desarrolla el BCE y la EBA, han sido un ejemplo de organización. Los procesos de captura de información realizados en las centrales de balances sobre un conjunto de entidades, las empresas no financieras, que, por su actividad, quedan fuera de la regulación del BCE y de los bancos centrales nacionales, han aprendido de esas experiencias. Cabe destacar que la colaboración que la Central de Balances mantiene con el CORPME y con el ICAC en la estandarización contable y para el depósito digital, mediante los modelos de depósito XBRL, han sido un ejemplo seguido por otras centrales de balances que han conocido nuestra experiencia gracias a la participación conjunta en grupos de trabajo internacionales.

Foto: José Javier Arias Jimeno

Habiendo alcanzado el gran reconocimiento del papel que tiene la Central de Balances que dirige, dentro y fuera de nuestras fronteras, como unidad de análisis y divulgación esencial sobre la situación de las sociedades mercantiles no financieras, ¿qué reto pendiente le gustaría abordar?

La recientemente creada base de datos de información sobre sostenibilidad (CBS), que difunde la Central de Balances a los investigadores españoles por medio del laboratorio de datos del Banco de España (BELab), identifica cuál es el objetivo de mayor alcance al que se enfrentan hoy las centrales de balances europeas. España está bien posicionada, pues es el primer país europeo que cuenta con una base de datos de estas características, que se beneficiará de la información que las empresas están obligadas a reportar a los Registros Mercantiles, para lo que se está colaborando desde hace más de dos años (CORPME y Central de Balances). El reto será expandir las poco más de 200 empresas y grupos disponibles hasta los más de 3.000 que se espera que a corto plazo empiecen a reportar información de sostenibilidad en España.

La Inteligencia Artificial y el Big Data se están posicionando ya como herramientas disruptivas que afectarán profundamente a todas las áreas de actividad humana. ¿Qué efectos se producirán en el futuro inmediato sobre la propia actividad que realizan ustedes?

Desde hace unos años, la Central de Balances ha iniciado diversos trabajos relacionados con la ciencia de datos para capturar información no estructurada (de lo que se beneficia la base CBS antes referida, para más detalle véase la nota estadística que informa sobre el  uso de estas tecnologías con esa finalidad), imputar datos faltantes en las declaraciones que realizan las empresas a los Registros Mercantiles, detectar errores en la asignación de la rama de actividad en las sociedades holding, o identificar valores anómalos o “outliers”,  entre otros. Todas estas iniciativas nos permiten ofrecer resultados de más calidad y amplían nuestra frontera de producción. Para afrontar los retos del uso de la inteligencia artificial en nuestras áreas de trabajo no estamos solos: periódicamente compartimos experiencias con nuestros colegas de bancos centrales en seminarios específicos (como el organizado con CEMLA en noviembre de 2023), y junto con el CORPME y otras instituciones y empresas españolas, ponemos en común buenas prácticas en el seno del Observatorio BIDA AECA. 

“Recientemente hemos empezado a recoger datos de naturaleza no financiera, como los referidos a sostenibilidad, que formarán una parte esencial de nuestro trabajo en el futuro”

¿Cómo valoraría los resultados de la intensa relación mantenida con el Colegio de Registradores durante las últimas tres décadas?

Hay determinados bienes, de carácter público, que generan beneficios materiales e inmateriales para la economía y sociedad en su conjunto, que no serían posibles obtener sin la colaboración entre agentes y entidades del sector público, incentivando la colaboración de empresas financieras y no financieras, universidades e instituciones privadas sin fin de lucro. A ello se ha hecho referencia en este artículo con varios ejemplos. España partía en 1990 de un sistema de información sobre las sociedades no financieras que se nutría casi exclusivamente de la labor desinteresada de algunas universidades y centros de estudio que conseguían nutrir bases de datos con unos pocos cientos de empresas. La colaboración del Colegio de Registradores con el Banco de España, mediante su Central de Balances, junto con la de otras instituciones como el ICAC, el INE, la CNMV, entre otros, ha permitido que los investigadores españoles tengan acceso a través del BELab a los datos de más de un millón de empresas anualmente en un formato electrónico. Esta iniciativa se ha beneficiado además de la existencia de estándares electrónicos para la difusión de información gracias a la labor desarrollada con varias empresas (financieras y no financieras) e instituciones, en el seno de la asociación XBRL España.

Esta colaboración ha sentado las bases para un crecimiento continuo en la calidad y cantidad de datos precisos para el conocimiento de la realidad económica, ya no solo basada en la información financiera: los datos sobre impacto en el medio ambiente, el desempeño social y de gobernanza de las sociedades van a adquirir una importancia central para evaluar la sostenibilidad de las economías modernas.

José Meléndez