Tengo la suerte de que me encanta mi profesión, me encanta el Periodismo, y sobre todo, la Radio. Palabras que me gusta escribir con mayúsculas, diga lo que diga la Academia de la Lengua. Siento esa magia de las ondas, esa magia de llegar a los ciudadanos, a los oyentes de toda la vida, y contarles lo que pasa. Lo aprendí de mi padre, Gaspar Rosety, y lo vi en mis hermanos, Manuel y Gaspar. También lo aprendí en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Algo tan sencillo como eso, como informar, pero siempre con rigor, con respeto, con profesionalidad, algo tan sencillo como acercar al ciudadano el ejercicio serio y responsable del Periodismo. Entiendo el Periodismo como un servicio a la sociedad.

Cuando llegué al Periodismo de Tribunales, hace ya diecinueve años, puedo decir que estaba un poco horrorizada, pero no tardé en que me fascinara su información. Venía de la información política y parlamentaria, donde todo era mucho más fácil, los políticos hablan, hablan sin parar, intentan “venderte” lo suyo. Hay que hacerles el caso justo. El mundo de los Tribunales era un tanto gris, demasiado serio, con un lenguaje farragoso y hasta distante. A la mayoría de jueces no les gustaba hablar y te decían aquello tan socorrido de que “hablan a través de sus sentencias”. Pero fueron comprendiendo que el mundo cambiaba y que ellos también debían de hacerlo, aunque fuese en su justa medida. Debían acercarse al ciudadano y hacer la Justicia más comprensible. En esa tarea tuvo mucho que ver el que fuera Director de Comunicación del CGPJ, Agustín Zurita, a quien comprendió muy bien el que fuera Portavoz del Consejo, Enrique López, y crearon los Gabinetes de Prensa en la Audiencia Nacional y en los Tribunales Superiores de Justicia. Se hizo la transparencia.

Entiendo el Periodismo como algo tan sencillo como informar, pero siempre con rigor, con respeto, con profesionalidad, algo tan sencillo como acercar al ciudadano el ejercicio serio y responsable del Periodismo

Desde entonces, desde 2004, la información de Tribunales ha abierto informativos, telediarios y ha sido portada en periódicos y en las webs. Nada más llegar sucedieron los terribles atentados del 11-M, algo que nos marcó mucho a los españoles y nos dejó un tanto noqueados. El juicio, celebrado en 2007, marcó un antes y un después a los periodistas de Tribunales. Era histórico. Como lo fueron, desgraciadamente, los crímenes de ETA. Pero este atentado nos cambió el rumbo. Las víctimas, todas, de cualquier banda criminal, siguen siendo víctimas, y estamos a su lado, en su defensa. Se puede decir que fue, casi, la primera vez que los españoles vieron un juicio de verdad, en tiempo real. Cinco meses y medio con un tribunal presidido por Javier Gómez Bermúdez acompañado por Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás. Un juicio con mucha carga emotiva.

Acabó el juicio y los propios periodistas relativizábamos la información de Tribunales. Pero la vida siempre sorprende y los acontecimientos se suceden. Pensábamos que no íbamos a vivir algo tan histórico, pero al cabo del tiempo llegó el Procés, otro suceso histórico para España, para la Justicia y para los periodistas de Tribunales. Otro juicio, también histórico, que los españoles pudieron ver y seguir minuto a minuto, y que los periodistas pudimos contar minuto a minuto, con máxima transparencia. Son acontecimientos que hacen que el ciudadano se interese por el mundo de la Justicia. Fue el juicio más importante de la democracia española, un juicio que Manuel Marchena dirigió con sensatez y serenidad, como él mismo pretendía hacerlo. Cuatro intensos meses de juicio que Marchena condujo, además, con elegancia, firmeza, paciencia, mucha paciencia y, en algunos momentos hasta con humor e ironía. Se convirtió en un referente para muchos españoles. Y para los periodistas de Tribunales este juicio fue otro antes y otro después. También nos marcó. Difícil de superar.

No pasó mucho tiempo y llegaron los indultos, la supresión del delito de sedición, la rebaja del delito de malversación, el bloqueo del Tribunal Constitucional y el desbloqueo que propició el CGPJ, las interferencias del Poder Político en el Judicial y las guerras entre poderes del Estado. Durante los últimos años se han sucedido los casos de corrupción política, en los que se ha condenado a responsables políticos y a los que hemos visto entrar en prisión. No dejamos de sorprendernos, y lo que nos queda. Y no dejaremos de contarlo. Siempre con rigor, respeto y profesionalidad. Así es esta apasionante profesión del Periodismo.

Patricia Rosety