El panorama económico es complejo y doloroso, pero no apocalíptico


El presidente del Consejo Económico y Social, Antón Costas, analiza en esta entrevista la situación socioeconómica de España, y destaca que “el desafío prioritario de la economía española es el de la inclusión social”. Para ello necesitamos, señala, “buenos empleos, para más personas y en más lugares del país”.


El Consejo Económico y Social (CES) es un ente de derecho público de carácter consultivo del Gobierno en materia socioeconómica y laboral. Tras más de un año en la presidencia, ¿cuáles son los objetivos que se ha fijado para alcanzar durante su mandato?

Dar mayor visibilidad y relevancia pública a las actividades de la institución (Dictámenes, Informes y Memoria socioeconómica y laboral anual). De esta manera, el CES podrá contribuir en mayor medida a mejorar tanto la calidad del proceso de adopción de decisiones legislativas como la calidad del debate público y político para construir una sociedad más justa y una economía más dinámica y sostenible.

Como economista y catedrático de Política Económica, ¿qué valoración hace a corto y medio plazo del panorama económico en nuestro país? ¿Cuáles son los principales retos a los que deberemos enfrentarnos en los próximos años?

El panorama económico es complejo y doloroso, pero no apocalíptico, como en muchas ocasiones se dice. Así, por ejemplo, llevamos más de un año hablando de la llegada de una fuerte recesión económica, con un fuerte impacto en la actividad económica y el empleo. No se han cumplido los presagios más alarmistas. La economía ha levantado el pie del acelerador, pero no ha pisado el freno. Y el empleo sigue aumentando. Las previsiones más recientes de la OCDE hablan de un crecimiento más lento y una inflación más elevada, pero no de recesión. Además, esos pronósticos señalan que la economía española se comportará mejor que el resto de economías europeas y del resto de la OCDE.

A mi juicio, el desafío prioritario de la economía española es el de la inclusión social. Para ello necesitamos, buenos empleos, para más personas y en más lugares del país. Pero los buenos empleos no se crean por decreto, los crean las buenas empresas. Tenemos que dar productividad e innovación al tejido empresarial de las pymes. Si lo logramos, conseguiremos transiciones digitales y verdes justas. Es decir, capaces de crear buenos empleos.

Foto: Alfonso Esteban

“Tengo la convicción de que el diálogo social en España desde la Transición es un capital social y político muy importante”

¿Qué aportaciones puede realizar el CES para contribuir a paliar la situación económica y social que estamos viviendo tras la pandemia y la Guerra en Ucrania?

El valor añadido diferencial de los Dictámenes, Informes y Memoria del CES es que, a diferencia de los informes de otras instituciones de análisis económico y social, las propuestas del CES son el resultado permanente del diálogo social institucional entre los 60 consejeros y consejeras procedentes del mundo sindical, de las patronales y de otras organizaciones agrarias, pesqueras, economía social y consumidores. 

Usted ha hablado de la necesidad de tener reglas justas de reparto de los costes de las crisis actuales. ¿Qué opinión le merece el desarrollo del diálogo social en nuestro país?

Tengo la convicción de que el diálogo social en España desde la Transición es un capital social y político muy importante. Un capital intangible, pero fundamental. No encuentro ningún otro país que a lo largo del último medio siglo haya afrontado tal cantidad de cambios y reformas como el nuestro. Y lo ha hecho con un éxito extraordinario, tanto social y político como económico. La clave de ese éxito es nuestra capacidad de diálogo social y negociación. Tenemos que saber ponerlo en valor y utilizarlo para afrontar los nuevos retos.

Los fondos europeos constituyen una gran oportunidad para sentar las bases de un nuevo modelo de crecimiento. En su opinión, ¿cuáles son las medidas que se deben acometer de manera inaplazable para consolidar los cambios que nuestro modelo económico requiere?

La creación de los fondos europeos “Next Generatión” representan un “momento hamiltoniano” de la UE (en recuerdo de las políticas que desplegó Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro en el Gobierno George Washington después de la Guerra de Independencia). Estos fondos europeos van dirigidos no tanto a la recuperación como a transformar la economía española en un período de un lustro. Los cuatro objetivos transversales que persiguen son: digitalización, descarbonización, cohesión social y territorial e igualdad de género. De hecho, la evaluación del Plan de Recuperación y Transformación la tenemos que hacer especialmente desde su capacidad para lograr la cohesión social y territorial y la igualdad de género. Para ello necesitamos que el PRTR logre crear buenos empleos, para más personas y en más lugares del país.

Antón Costas destaca que dar mayor visibilidad y relevancia pública a las actividades del Consejo Económico y Social es su principal objetivo. Foto: Alfonso Esteban

La innovación es otro de los desafíos a los que se enfrentan las empresas. Usted habla de la paradoja que vive España en esta materia, al puntuar mal en las clasificaciones de países que más invierten en I+D+i y por el contrario tener una economía muy creativa. ¿En qué situación se encuentran nuestras empresas en comparación con las de los países de nuestro entorno?

Tenemos motivos para tener mayor autoestima acerca de la capacidad competitiva de nuestro tejido empresarial. Una economía que ha sido capaz de mantener su cuota de exportación en los mercados globales desde los años noventa, en una etapa de fuerte globalización y competencia que introdujo China, merece muchos elogios. Dicho esto, tenemos que mejorar la productividad y la innovación de las pymes. Para ello, la nueva ley de Formación profesional dual, con su combinación de escuela y taller, puede ser un instrumento muy poderoso para crear una clase media laboral innovadora y servir de “celestina” entre la demanda y la oferta de empleo.

Durante la tramitación de la Ley Concursal desde el CES se pedía una mayor implicación de los acreedores públicos ante compañías en concurso y más seguridad jurídica para la venta de empresas. Los registradores estamos muy implicados en esta materia colaborando con diversos organismos e instituciones. ¿Qué espera de esta nueva normativa?

Al CES le parece criticable la pasividad que los responsables de los principales acreedores públicos adoptan habitualmente en los procesos concursales. Probablemente esto es debido a la escasez de medios humanos. Pero, en cualquier caso, es necesario una mayor implicación de los mismos en la búsqueda de soluciones para dar viabilidad a la empresa. Ese es el objetivo central de la nueva legislación, que el CES ha tenido la oportunidad de dictaminar. En concreto, el CES opina que el crédito público debería verse más concernido en los planes de reestructuración de deuda, incluidas fórmulas de aplazamiento y quita, sin perjuicio de las garantías y particularidades que fueran necesarias en función del origen del crédito público, diferenciando créditos que ya han visto retribuido el riesgo, y ligando estas soluciones a compromisos ciertos y garantías de mantenimiento de empleo y actividad.

En cuanto a las decisiones sobre la venta de la empresa o de alguna de sus unidades productivas independientes, con las necesarias garantías, representa una solución que en no pocos casos deviene la única posible. Por la relevancia que reviste esta solución para los intereses de las partes afectadas, en opinión del CES sería necesario reforzar la seguridad jurídica, la certeza y la eficiencia de tales operaciones para los potenciales adquirentes, que eviten una potencial frustración de la transmisión y con ella la pérdida de la actividad empresarial, de los puestos de trabajo y el perjuicio de los acreedores. Sería conveniente, además, mejorar determinados aspectos en los procedimientos de transmisión de unidades productivas, reforzando la publicidad y la transparencia que garanticen una igualdad de información para todos los interesados.

“Tenemos motivos para tener mayor autoestima acerca de la capacidad competitiva de nuestro tejido empresarial”

El CES de España y el de Portugal, junto con la Universidad de Salamanca, han suscrito recientemente un acuerdo para investigar la longevidad. Por su parte el Colegio de Registradores acaba de constituir Jubilare, una comisión científica multidisciplinar para profundizar en los desafíos actuales de las personas mayores. En su opinión, ¿qué papel deben jugar las instituciones para que el aumento de la esperanza de vida y lo que ello implica, adquieran valor prioritario en las agendas políticas, económicas y sociales?

En mi opinión, el aumento de la esperanza de vida durante el último siglo es el mayor logro de la humanidad. Lo sorprendente es que este logro se ve con mucha frecuencia como una maldición de Matusalén. Una forma de comenzar a mirar esto de otra manera es comenzar cambiando el lenguaje: no estamos ante una sociedad envejecida, sino ante una sociedad longeva que trae nuevos dividendos extraordinarios. El acuerdo con el CES de Portugal y con la Fundación de la Universidad de Salamanca parte de este enfoque: ver la longevidad como una oportunidad. Para ello tendremos que cambiar la forma en la que como hasta ahora hemos organizado la sociedad, las empresas y hasta la política. Los trabajos y otras actividades que desarrollaremos conjuntamente irán dirigidos a estos objetivos.

España tiene una alta tasa de paro juvenil, mientras hay distintos sectores que requieren importar mano de obra. ¿La formación profesional dual puede ayudar a romper esta ecuación?

Sin duda, la formación profesional dual contribuirá de forma importante a cerrar el gap hoy existente para los más jóvenes. Pero, es fundamental que sea dual. La combinación de escuela y taller es para mí el mejor modelo educativo y profesional. La escuela te da conocimientos, la fábrica te da habilidades y virtudes que la escuela no puede dar. La formación dual es, como ya he dicho, una extraordinaria “celestina” para emparejar necesidades de empleo juvenil con las necesidades de las empresas. La formación dual será un poderoso instrumento para democratizar la innovación y el dinamismo económico. Espero que el Reglamento, que está pendiente, sepa potenciar todas estas virtudes potenciales de la nueva ley.