Carmen de Grado es un referente en el Cuerpo de Registradores. Fue la primera mujer que accedió a la Junta de Gobierno y también la primera vicedecana. Durante toda su vida laboral ha sido preparadora, por lo que un gran número de notarios y registradores han sido alumnos suyos. Carmen de Grado es la primera mujer del escalafón, motivo por el cual ha mantenido una charla distendida con Isolda Vilches, la registradora que en este momento lo cierra.

Como contraste entre el Alfa y el Omega del escalafón de mujeres en el Cuerpo de Registradores, podemos destacar que cuando Carmen de Grado aprobó había un total de 450 registradores, de ellos 12 mujeres mientras que tras la última promoción, la de Isolda Vilches, las cifras son de 501 mujeres y 584 hombres.

¿Por qué optaron a las oposiciones a registrador?

Isolda Vilches: Empecé a estudiar Derecho y las asignaturas que más me gustaron fueron Civil y Mercantil y cuando iba a terminar la carrera, en la Universidad de Granada, entré de prácticas en un Registro y mi tío, que es registrador, me animó a empezar a opositar.

Carmen de Grado: Al finalizar la carrera dudé si quedarme en la Facultad, en el Departamento de Derecho Mercantil, o preparar las oposiciones de registros. Creo que acerté en la decisión que además me ha permitido compatibilizar la enseñanza con el ejercicio de una profesión de la que siempre me he sentido orgullosa.

¿Tienen la sensación de que en el tiempo de oposición tuvieron que renunciar a algo?

CG. Preparar la oposición exige un esfuerzo enorme, que afecta al opositor incluso físicamente. La disciplina, el orden y la constancia son esenciales. Sin embargo, no tengo mal recuerdo de esta época. El paso de los años hace que también en este caso solo recuerdes los buenos momentos, que también existen. Fue una época en la que aprendí muchísimo, conocí a compañeros que han sido mis amigos para siempre y conté con la ayuda y apoyo inestimable de mi preparador, Abelardo Gil Marqués, a quien nunca agradeceré bastante su dedicación y cariño.

IV. Aún no he olvidado el esfuerzo que supone la preparación. Lo tengo todo en la memoria como si fuera ayer. Tengo la sensación de haber renunciado a cosas aunque, sin duda, ha merecido la pena.

Carmen de Grado:
“Personalmente no me he sentido discriminada ni en el ejercicio de la profesión, ni cuando estuve en la Junta de Gobierno ni cuando he participado en distintas comisiones o seminarios”

Isolda Vilches:
“Tengo la sensación de haber renunciado a cosas aunque, sin duda, ha merecido la pena”

Y en su entorno, ¿cómo veían lo de presentarse a la oposición de registradora?

CG. A mi familia, amigos y compañeros de estudios no les extrañó la decisión de opositar. Varios compañeros de promoción también la adoptaron para ejercer esta u otras profesiones (judicatura, notaría, inspección de Hacienda y de Trabajo, diplomáticos…). Sin embargo, la mayoría de mis compañeros de promoción de facultad prefirieron ejercer en despacho o empresa. En los años 70 había menos problemas que ahora para encontrar trabajo.

IV. Creo que tiene razón Carmen. Hoy en día, las mujeres nos presentamos a todo tipo de oposición. Es una de las salidas naturales para cualquier carrera.

¿Se presentaban muchas?

CG. La proporción de opositoras en aquellos años era pequeña, también era menor la proporción de mujeres universitarias. No recuerdo el número de mujeres que firmamos la oposición en el año 1975. Lo cierto es que en la promoción de 1976 solo aprobamos tres mujeres de 41 plazas.

Actualmente las estadísticas ponen de manifiesto el aumento año tras año del número de mujeres que opositan y obtienen el título de registrador, pero el aumento de mujeres se produce en prácticamente todas las oposiciones, no es exclusivo de la nuestra.

IV. En mi promoción, firmamos 727 opositores de los que 455 éramos mujeres y conseguimos el 80% de las plazas, 36 de un total de 45 plazas. Como dice Carmen, esta tendencia no es exclusiva de nuestra oposición. Por ejemplo, en las últimas oposiciones de notarías, recientemente celebradas, también han aprobado más mujeres que hombres.

¿Se han sentido alguna vez discriminadas?

CG. Personalmente no me he sentido discriminada ni en el ejercicio de la profesión, ni cuando estuve en la Junta de Gobierno ni cuando he participado en distintas comisiones o seminarios.

Como curiosidad tengo que decir que he sido la primera mujer en todos los destinos que he tenido, salvo en el Registro Mercantil de Madrid.

La oposición es un buen sistema para evitar la discriminación, ya que es una forma objetiva de selección, igual para todos. Ello no quiere decir que no existan situaciones aisladas y puntuales de discriminación también en la profesión.

IV. Con motivo de la celebración del Día de la Mujer lo hablaba con compañeras mías de Barcelona y es que, efectivamente, nosotras tenemos la suerte de que no sentimos ningún tipo de discriminación ni un trato diferente.

Carmen de Grado e Isolda Vilches, junto a la decana del Colegio, Maria Emilia Adán.

Los usuarios cuando van al Registro, ¿hacen alguna diferencia?

CG. Creo que en mis primeros años de carrera, ejerciendo en la España rural, el particular se sorprendía más porque estaba al frente del Registro una persona joven que por el hecho de que fuera mujer.

El ciudadano solo quiere que le solucionen sus problemas. Actualmente, se asume con naturalidad que las mujeres estén al frente de notarías, juzgados, registros; que asuman puestos de responsabilidad en hospitales y en universidades.

IV. Sí, los usuarios se sorprenden más por ser joven que por ser mujer.

Comentan no haberse sentido discriminadas pero, ¿cómo perciben este aspecto en otros sectores de la sociedad?

CG. Afortunadamente se está avanzando mucho en este campo aunque sigue habiendo situaciones de discriminación real. Creo que la formación es la mejor arma para luchar contra ella.

IV. Yo, en el ambiente en el que más me muevo, no noto ninguna diferencia, los usuarios de los registros se han acostumbrado ya a encontrarse a una registradora a la que plantear sus dudas y consultas.

¿Cuáles han sido los cambios más destacados de la profesión durante estos años?

CG. La forma de ejercicio de la profesión ha cambiado mucho, se ha modernizado y se ha acercado al ciudadano, pero la esencia se mantiene. Los registradores nos hemos adaptado rápidamente a los continuos cambios normativos, sociales y económicos convencidos de la gran utilidad que la función registral tiene para el ciudadano y sin duda continuamos haciéndolo. La seguridad jurídica es un objetivo imprescindible en una sociedad moderna. Por ello creo en el futuro de la profesión, porque presta con eficacia un servicio público esencial.

IV. Sí, yo creo que intentamos adaptarnos lo mejor posible, formándonos y estudiando muchísimo para adecuarnos a las nuevas tecnologías que van surgiendo con el objetivo de mejorar continuamente el servicio que prestamos al ciudadano.