“El animalismo es el nuevo humanismo”


La autora de Nietzsche y los animales. Más allá de la cultura y la Justicia, obra cuyo origen es su tesis doctoral, señala en esta entrevista que el objetivo de este libro es “la exposición de lo que debería ser una de las grandes preguntas de la filosofía: la pregunta por el animal que somos y por nuestra relación con los demás animales en la tierra”.


Nietzsche y los animales, ¿no son una extraña pareja? 

El objetivo del libro es la exposición de lo que debería ser una de las grandes preguntas de la filosofía: la pregunta por el animal que somos y por nuestra relación con los demás animales en la tierra. Sin embargo, cuesta encontrar una reflexión y de ahí la exposición histórica que incluyo. También son invisibles en las leyes y la política. Una lectura directa y no tergiversada de los textos originales de Nietzsche nos descubre al pensador que reivindica el animal como centro de su pensamiento. La pregunta por el animal es la pregunta por el hombre. Su estilo amoneda lo que debe ser una completa reflexión sobre el tema; un escritor vitalista, radicalmente crítico, provocador, dinámico, libre y muy entretenido.

¿Solo filosofía?

Ni siquiera Nietzsche es sólo filosofía; nos saltamos las clasificaciones académicas y apostamos por el maridaje con la literatura (Tolstoi, Coetzee), el arte, los primatólogos, etólogos, lingüistas. También da entrada a los sentimientos, como el de vergüenza, los instintos. Crucial es la teoría jurídica y política. La cuestión animal es el gran debate político actual. Por ello, no debe ser monopolio de ningún partido.

Nietzsche fue un hombre del pasado mañana; incomprendido en su época, sus reflexiones son ahora de gran actualidad, lo que permite el diálogo con los autores actuales como Singer, Garner, Francione…

¿Tiranía de la razón?

Se abre el debate con un big bang gnoseológico que se lleva por delante la metafísica anterior. Poner en su sitio a la razón implica, paradójicamente, un mayor esfuerzo intelectual: La mirada perspectivista, hashtag de la epistemología de Nietzsche, múltiple, diversa y arriesgada, sin las muletas de la metafísica, es el modo de acercarnos a la naturaleza, a lo vivo. Nunca comprenderemos el animal desde la estrechez de una única mirada racional y unidisciplinar.

Hay que dejar de ser epilépticos de los conceptos y las categorizaciones. Las mayores crueldades se cometen en nombre de las abstracciones. Nunca entendí los museos de ciencias naturales, con esos animales disecados. La justicia se hace al individuo. ¿Eliminar una especie para salvar otra? A veces jugamos a ser los administradores de la creación, cuando el único título que nos hemos merecido es el de ser sus destructores.

¿Sólo los humanos tienen lenguaje?

Hay que poner bajo sospecha el lenguaje. Ya lo dijeron los sofistas: quien denomina, domina. Ni la razón ni el lenguaje son tasadores de valor, no se puede medir el valor de una vida con baremos antropomórficos. Existen muchos lenguajes, diferentes legalidades.

En el lenguaje cotidiano se oyen expresiones como “trabajar como un burro”, “morir como un perro” que denotan el especismo estremecedor que se ha normalizado. Todavía peor considero los eufemismos que lo maquillan, como “bienestar animal”, “gallinas criadas en libertad”; ¿en serio?

Se ha etiquetado negativamente a Nietzsche como el filósofo contra la igualdad.

Creo que más bien es contra la uniformidad. Celebra y valora la diferencia, y la gran apuesta del libro es presentarlo como un gran pensador de la alteridad. El otro es también el animal. Ahí no llegó Lévinas. El modo de ser es relacional, debemos huir de ese binomio hombre-animal que preside los tratados morales, políticos y jurídicos. La vida es una malla de seres vivos, no hay ser en sí, solo las relaciones construyen seres. El animal que somos, y el que perseguimos, utilizando la terminología de Derrida, está en esa forma de ser relacional. Por eso el animal maltratado no me es ajeno, me implica, me degrada, nos hace involucionar a todos.

¿Por qué crees que se ha escrito tanto sobre la mirada del animal?

Es la atracción por los enigmas. Heráclito, la gran influencia de Nietzsche, ya nos decía que a la naturaleza le gusta esconderse, encriptarse. Yo creo que alguien tiró después la llave. Hay un cortocircuito en la relación con los otros animales. Incluso el miedo a lo natural ha sustituido el antiguo miedo a la naturaleza. La tarea pendiente es descifrar el enigma. Si nos sabemos integrantes de la red de lo vivo, será más fácil.

¿Cuál serían las líneas básicas para evitar el maltrato animal a gran escala?

En primer lugar, evidenciar que los discursos no son homogéneos. Mientras unos hablan de renta y producción, otros hablamos de ética y sufrimiento. Pero quizás no haya que llegar al barroquismo argumental. Bastaría la trasparencia, como dice Coetzee, un “matadero de cristal” en medio de una población, a la vista de todos. Sobrarían las palabras. También los argumentos.

¿Qué opinas de la experimentación animal?

Es un crimen contra el sentido de la vida. En la vida existe la violencia, pero esto es otro nivel. La lucha contra el hombre natural ha hecho un hombre contra natura. El avance del saber no puede construirse sobre el sufrimiento de otros. En un congreso internacional lancé la expresión: “Animals´suffering matters”. Las mismas raíces inmorales unen el especismo y el racismo: El desprecio al diferente y el deseo de dominarlo.

¿La caza?

El hombre es el animal más cruel, pero la vida actúa ofendiendo, erradicar la violencia de ésta sería desnaturalizarla. Pero la crueldad está de más, es un problema cultural. Este tema es el cualitativamente más polémico y lo analizo con Nietzsche y Henry Salt.

¿Abolir o regular?

El dilema que centra ahora el debate animalista. Nuestra legislación, tardía, escasa y fragmentada, se encamina a una muy tímida protección de algunos animales. Bienvenidas sean estas medidas, pero para los abolicionistas como Francione, pueden ser hasta contraproducentes por consagrar un modo de explotación, longer chains for slaves. El abolicionismo, el fin de la explotación animal, es la postura más éticamente coherente. Pero ocurre que las leyes se asustan y huyen de los objetivos utópicos, prefieren apuntar a lo posible.

“El fin de la explotación animal, es la postura más éticamente coherente. Pero ocurre que las leyes se asustan y huyen de los objetivos utópicos, prefieren apuntar a lo posible”

¿Derecho a la propiedad privada?

Es la raíz del problema jurídico de la legislación sobre animales. Mientras siga existiendo la propiedad privada sobre animales es imposible una regulación justa. El anverso es el derecho que tiene los animales a no ser tratados como cosas, sino como seres merecedores de respeto, lo que es incompatible con ser objeto de propiedad.

¿Cuáles son los problemas estructurales de las normas jurídicas que señalas en el libro?

Las normas iuscivilistas no están pensadas para otros seres vivos, a los que las normas le son ajenas. El hombre es el animal que juzga, el animal que calcula. La estructura tradicional de los derechos subjetivos basados en la simetría, el intercambio, son humanos, demasiados humanos. No funcionan con animales. Por ello, normas con buenas intenciones se autodestruyen por sus amplias excepciones. También la idea de sujeto de derecho es trastocada, pues la centralidad del yo agente se sustituye por la idea de una malla de seres vivos que se implican mutuamente de una forma vital. Hablamos de los derechos de todos los seres por el mero hecho de coexistir.

Hay que recuperar la individualidad del animal, por ello quizás sean más los logros del Derecho Anglosajón, más creativo y centrado en el caso individual, frente al derecho Continental ralentizado por ordenamientos jurídicos y conceptos.

Finalmente, se habla de los Derechos de los Animales como la última frontera de los Derechos Humanos.

Los llamados derechos de los animales no son más que una etiqueta. Son varios los moldes jurídico-políticos que se proponen: atribución de la personalidad, jurídica o no, incluso la concesión de ciudadanía. Decir que son los Derechos Humanos de última generación es entender que éstos conforman “los derechos del otro”, también los otros animales, son derechos asimétricos.

La pregunta por el hombre yerra si no es con la pregunta sobre el animal.

El protagonista en filosofía, también en el derecho, no es el ser, sino la relación entre todos los seres vivos. No hay emancipación sin un proyecto de recuperación con los otros animales. El animalismo es el nuevo humanismo.


PRESENTACIÓN DE LA OBRA EN BARCELONA

Virtudes Azpitarte presentó su libro junto a la sede del Decanato de Registradores de Cataluña, en un acto en el que estuvo acompañada por el decano autonómico, Vicente J. García-Hinojal, la también registradora y miembro de la Comisión de Codificación de Cataluña, Natividad M. Mota, la abogada especialista en derecho y animales, Anna Mulà y el senador y catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política, Javier de Lucas, director de la tesis doctoral de la autora.