“Junto al ecologismo, el feminismo debe ser la brújula que nos permita mirar al futuro y afrontar los retos que tenemos por delante”


La portavoz de Mas Madrid, Mónica García, destaca en esta entrevista la necesidad de tener instituciones fuertes que demuestren, no solo con discursos sino también con hechos y cifras, que están comprometidas con la igualdad.


Usted ha dado un paso desde su profesión de anestesista a la política activa. ¿Qué le llevó a tomar esta decisión en unos momentos en que la política está tan polarizada?

Mi experiencia en el deporte me ha enseñado que es en los momentos complicados precisamente cuando hay que dar un paso adelante. Así lo hice en la Marea Blanca, cuando nos plantamos ante los intentos de privatización del gobierno del PP. Y ahora, cuando hay quienes pretenden reducir la política al fango, los bulos y las faltas de respeto, hay que demostrar que se pueden hacer las cosas de otra manera.

Creo en el poder transformador de la política, la concibo como la mejor herramienta para resolver problemas y conseguir que la gente viva mejor. No me resigno a darla por perdida, nos merecemos una política a la altura de nuestra sociedad, que sea capaz de ofrecer soluciones ante los retos que tenemos por delante.

¿Qué le resulta más difícil de encajar como líder de la oposición en la Asamblea de Madrid?

Una espera que se produzca un intercambio de ideas, una contraposición de argumentos y una discusión honesta y franca sobre propuestas. Sin embargo, me he encontrado con un Gobierno abonado a la crispación, que rehúye el debate y se refugia en el ataque personal. No resulta agradable que semana tras semana Isabel Díaz Ayuso se dedique a comentar cómo hablo, cómo visto o cómo sonrío pero estoy decidida a no entrar en su juego.

Los madrileños y madrileñas decidieron que Más Madrid sea la segunda fuerza y vamos a estar a la altura, ofreciendo una oposición contundente, constructiva y cotidiana. Denunciando los atropellos del Gobierno, poniendo sobre la mesa propuestas y centrándonos en los problemas del día a día estamos construyendo la alternativa para 2023.

Como médico, ¿ha sido muy crítica con la gestión de la pandemia? ¿Cree que la gestión tendría que haber sido radicalmente diferente?

Me temo que en Madrid hemos tenido a la peor presidenta en el peor momento. Los errores y la improvisación de la primera ola son razonables porque a todo el mundo pilló desprevenido pero seguir tropezando con la misma piedra seis olas después es imperdonable.

Los recortes, la privatización y el desmantelamiento de la Atención Primaria de la última década han provocado que respondiéramos a la pandemia con una mano atada a la espalda. Cuando un gobierno se guía antes por una estrategia propagandística y la búsqueda de la crispación que por la evidencia científica se consigue el dudoso honor de ser la región europea con mayor exceso de mortalidad en 2020 y unos datos económicos en la media de España.

La apuesta debía haber sido fortalecer la sanidad, la educación y los servicios sociales pero se apostó por todo lo contrario. España ha sido un ejemplo mundial en materia de vacunación precisamente por el sistema sanitario público pero en Madrid se ha dejado colapsar los centros de salud, se ha maltratado a los profesionales, se ha dilapidado dinero público en hangares con nombre de hospital.

“Creo en un feminismo que recoge el conocimiento de nuestras abuelas y recoge todo el esfuerzo que tuvieron que hacer; un feminismo que les dice a nuestras hijas que son libres para ser lo que quieran ser, para llegar todo lo lejos que quieran”

¿Qué aporta una mujer en el liderazgo político o social? ¿Hay características diferentes cuando el poder lo ejerce una mujer?

Considero que se trata por un lado de un derecho y por otro lado de una oportunidad. Las mujeres tenemos el derecho a estar, representamos al 50% de la población, con las mismas capacidades y talentos que los hombres y por lo tanto es intolerable que siga habiendo espacios inaccesibles o a los que llegamos con cuentagotas. Después, una vez se democratiza el acceso a los puestos de dirección económica, política o social, va a depender del tipo de valores, prácticas y liderazgo que se ponen en juego. Y en esto no hay garantías. En Madrid tenemos experiencia de mujeres que han llegado a puestos de poder y que han reproducido lógicas que son perniciosas. Pero creo que valores asociados tradicionalmente a las mujeres, como pueden ser la escucha, la pausa o la cooperación, sí permiten desplegar un liderazgo diferente capaz de ampliar la mirada, aprovechar mejor el potencial e incorporar a más gente.

¿Cómo es el feminismo que usted personalmente propugna?

Un feminismo inclusivo, que impregne todos los ámbitos de nuestra vida y que es sinónimo de justicia, libertad y seguridad. Creo en un feminismo que recoge el conocimiento de nuestras abuelas y recoge todo el esfuerzo que tuvieron que hacer; un feminismo que les dice a nuestras hijas que son libres para ser lo que quieran ser, para llegar todo lo lejos que quieran.

Al mismo tiempo es un feminismo que defiende el derecho de las mujeres a decidir sobre sus vidas, a ser madres y a no serlo, a caminar tranquilas por la noche y a sentirse a gusto con sus cuerpos. Un feminismo que aboga por la igualdad entre hombres y mujeres en la empresa, en la familia y en la política y que, por lo tanto, incorpora a los hombres en el camino por conseguir una sociedad más justa y equitativa.

Creo que el feminismo es una manera de mirar y de estar en el mundo que ha logrado grandes cambios positivos y que aún tiene mucho por aportar.

Este 8 de marzo de 2022, ¿qué reivindicaciones haría en aras de la igualdad?

Tres reivindicaciones que ojalá no siguieran siendo necesarias: más recursos y concienciación sobre la violencia machista, acabar con la brecha salarial y los techos de cristal e incrementar el número de alumnas en estudios STEM y promocionar proyectos innovadores liderados por mujeres.

En las últimas décadas se ha avanzado mucho en materia de violencia machista pero debe seguir siendo una prioridad, aumentando el presupuesto y poniendo en marcha campañas de sensibilización que desmonten mitos.

Por otro lado, incentivar la igualdad en el ámbito de la formación y el mundo laboral es imprescindible para mejorar nuestra competitividad y productividad. Necesitamos escuelas y empresas igualitarias. Son esferas donde aún podemos dar importantes pasos.

Necesitamos instituciones que demuestren, no solo con discursos sino también con hechos y cifras, que están comprometidas con la igualdad. Junto al ecologismo, el feminismo debe ser la brújula que nos permita mirar al futuro y afrontar los retos que tenemos por delante.