Foto: Francisco Gómez / Casa S.M. el Rey

La casa de todos

Majestad, autoridades, amigos.

Señor, gracias por haber inaugurado ante los representantes de los tres poderes del Estado, de la sociedad civil y de mis compañeros, la nueva sede del Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles de España. Es para nosotros un gran honor. Agradezco también a las autoridades y amigos que nos acompañan que hayan querido compartir con nosotros estos momentos.

Una sede como ustedes ven, moderna y funcional, que refleja nuestro espíritu profesional, que se manifiesta en valores tan importantes para la sociedad actual como la innovación. Nos encontramos un edificio que incorpora la tecnología, basta mirar alrededor para ver cómo los últimos avances están integrados en nuestro día a día, en cada rincón de esta sede. 

La austeridad. Un edificio sobrio, sin alardes estéticos, donde impera el color blanco, un símbolo de cómo debe de ser nuestra actuación profesional, irreprochable, buscando que sea nuestro buen hacer quien hable de nosotros, poniendo de este modo el foco en el ciudadano, que es la razón primera y última de nuestra existencia como servidores públicos que somos.

La sostenibilidad. Símbolo de nuestra responsabilidad social. Cuidadosos con nuestro entorno. Incorporando todos los requerimientos para lograr la eficiencia energética. 

Foto: María López Jurado

La integración. Un Colegio que funciona gracias a las sucesivas juntas nacionales que vamos pasando por el Colegio y al personal al servicio de la Institución, proporcionando desde aquí asistencia a los distintos registros en sus necesidades. 

Un Colegio a la escucha. Aunando ilusiones y proyectos para convertirlos en realidades. 

La atención. Con espacios habilitados para defender a los ciudadanos que quieren información. Y también, no voy a ocultarlo, para que puedan formular sus quejas. Es importante evitar la autocomplacencia. Aprendiendo con humildad para mejor servir. Facilitando la información en un lenguaje fácil y accesible. 

El cuidado. El salón del colegiado donde los compañeros estén o no en activo, compañeros son, puedan encontrarse ya sea en el club de lectura, en el de música o para debatir los asuntos que nos ocupan. Reforzar desde esta sede el compañerismo, el respeto mutuo que conduzcan a la amistad.

El debate. Necesario para buscar la solución jurídica posible a los distintos desafíos de la sociedad. 

Y en esta sede la Fundación Registral podrá impartir su curso para expositores que reorientan su vida profesional.

Un foro para las sesiones de Repensar el Derecho Civil o servir de punto de encuentro a través de Jubilare para todos los que apostamos por un envejecimiento activo. Un lugar donde realizar los webinarios de Espacio registradores. 

“Hoy reiteramos ante Su Majestad nuestro compromiso y también nuestro patriotismo, que se trata y no es otra cosa que construir una sociedad mejor a través de nuestro trabajo diario, cumpliendo con lo que las leyes nos encomiendan, con pleno respeto a todo el ordenamiento jurídico”

Un espacio que se eleva hacia el futuro como las verticales de la fachada. Partiendo siempre de los principios hipotecarios, nuestro fundamento. Sus cimientos que se actualizan permanentemente al compás del progreso, extendiendo su presencia a los cinco continentes a través de las asociaciones ELRA, IPRA-CINDER, EBRA o IBEROREG, que ven en el sistema registral un referente. 

Este proyecto, que es de todos los registradores, no hubiera sido posible sin el decidido empeño de nuestro vicedecano, de la censor y de las sucesivas tesoreras. A su voluntad y constancia, con el apoyo de los arquitectos y la constructora, se debe que hoy esta sede sea una realidad. 

Los registradores, cuando ingresamos en el Cuerpo de Aspirantes, lo hacemos prestando juramento o promesa de cumplir fielmente las obligaciones del cargo con lealtad al Rey y guardar y de hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado.

Hoy reiteramos ante Su Majestad nuestro compromiso y también nuestro patriotismo, que se trata y no es otra cosa que construir una sociedad mejor a través de nuestro trabajo diario, cumpliendo con lo que las leyes nos encomiendan, con pleno respeto a todo el ordenamiento jurídico. Majestad, esta es su casa. Es la casa de todos ustedes. Muchas gracias por habernos acompañado.