En esta nueva etapa, la edificación aspira a ser una fusión de historia, innovación y eficiencia, dadas las excepcionales medidas ambientales y constructivas implementadas en el edificio.


Inaugurado en 1965 y durante 40 años albergando la sede institucional de los registradores, el edificio de Príncipe de Vergara 70 se ha rehabilitado integralmente para convertirse de nuevo en el lugar de representación del Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles de España. 

Enclavado en el prestigioso barrio de Salamanca, el edificio se beneficia de una excelente ubicación con respecto a importantes puntos clave de la capital madrileña, como la Plaza de Colón y el Paseo de la Castellana. La presencia de zonas verdes, como el Parque de El Retiro proporcionan espacios de esparcimiento y recreación, al que cabe sumar la gran oferta de servicios en las inmediaciones. 

Asimismo, su excepcional conexión con las principales vías de comunicación, como la Avenida de América y la calle Serrano, facilita tanto la movilidad en vehículo propio como en transporte público. La presencia de estaciones de metro cercanas y paradas de autobús brinda un acceso rápido y eficiente. 

Entre las vías de acceso de transporte público, destacan las estaciones de metro de Núñez de Balboa, Diego de León y el intercambiador de Avenida de América, así como las líneas de autobús 29, 52 y 61. 

En conjunto, la ubicación estratégica del nuevo edificio del Colegio de Registradores en Príncipe de Vergara 70, ofrece una combinación ideal de accesibilidad y cercanía con otras instituciones.

Dados los particulares condicionantes urbanos del edificio, su especial localización y su deficiente presencia, privada durante décadas de la adecuada unidad y significación, se proyecta el nuevo acondicionamiento integral conquistando el conjunto mediante una abstracción directa: el volumen límite. 

El edificio en su conjunto se diseña bajo premisas de máximo ahorro energético, que disminuyen la demanda mediante el aislamiento de los diferentes componentes de las fachadas y el control de la radiación solar

Contemplando el cuerpo capaz, y atendiendo a su extrema orientación, se dispone un sistema de protección externo en continuidad volumétrica, tanto en los frentes verticales como en la formación de cubiertas. 

Se asienta una fachada dinámica cuya materialidad incluye un sistema de elementos lineales prominentes, que además de favorecer la ventilación, proporcionan un eficaz sistema de aislamiento e iluminación selectivo. 

El pautado sistema de abrigo, muy cambiante con las horas y las visiones, se compone para no menoscabar en ningún caso la adecuada apertura y transparencia. 

Protegido de este modo, se vacía su interior para posibilitar el nuevo programa, los planos útiles. La forma espacial nace entonces de la sustracción de todo lo innecesario, encontrando un espacio de espacios de carácter adecuado que traspasa visualmente el fondo edificado. Una sociedad de recintos que, en su estratégica disposición, facilita las jerárquicas relaciones de un edificio institucional que, por su situación, necesita abrirse al cielo y al sol, pero que también demanda resguardarse de las calles con sus envolventes.

La elección de los materiales persigue tanto la calidad como la cualidad. El tornadizo gris de la fachada, terso y luminoso, se complementa con las cálidas superficies interiores que delimitan los diferentes usos. Buscando lo perdurable y lo grato. La alteración oportuna.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

El edificio en su conjunto se diseña bajo premisas de máximo ahorro energético, que disminuyen la demanda mediante el aislamiento de los diferentes componentes de las fachadas y el control de la radiación solar. La configuración formal de lamas difusoras de las envolventes provoca sombras auto arrojadas que limitan y controlan el aporte solar directo sobre los huecos de fachada, además de incrementar la efectiva luminosidad por reflexión. 

Para compensar las cargas de climatización los sistemas energéticos instalados, con unidades exteriores de tipo aerotérmico y unidades interiores ampliamente distribuidas por los diferentes locales, son capaces de proporcionar, simultáneamente, frío o calor, ajustando la temperatura individual que cada espacio pueda demandar en todo momento. Los nueve sistemas independientes instalados, todos ellos con recuperación energética, permiten el máximo control higrotérmico y posibilitan el mayor ahorro energético al consumir estrictamente la energía demandada en función del uso estricto. 

A su vez, los espacios se han dotado de sistemas de renovación que aseguran la calidad del aire interior, instalando en todos ellos recuperadores de energía con una eficiencia superior a la exigida. Durante los periodos de baja demanda serán capaces de mantener las condiciones interiores necesarias sin necesidad de mayores gastos energéticos.

Se han instalado también sistemas de iluminación con compensación de luz natural en todas las zonas dispuestas junto a las fachadas exteriores, apoyados por sistemas de control por presencia, lo que permitirá un considerable ahorro en la demanda de energía de esta instalación. 

Tanto las redes de datos como el alumbrado general y la alimentación a todos los equipos de trabajo se han conectado a sistemas de producción autónomos capaces de asegurar la continuidad del servicio, evitando al máximo las posibles afecciones externas que pudieran ocasionar su paralización

El sistema energético integrado se completa con un sistema de producción fotovoltaica localizado en los planos verticales orientados al sur de las lamas de la cubierta, posibilitando una producción eléctrica que limitará de manera significativa la demanda de energía externa y será capaz de producir y compensar hasta un 10% de la demanda total.

Tanto las redes de datos como el alumbrado general y la alimentación a todos los equipos de trabajo se han conectado a sistemas de producción autónomos capaces de asegurar la continuidad del servicio, evitando al máximo las posibles afecciones externas que pudieran ocasionar su paralización. 

Todas estas actuaciones posibilitan la mejor certificación energética, obteniendo una clasificación “A”, con una reducción teórica de un 17,1% respecto del consumo de energía no renovable y hasta de un 38,9% de las emisiones de CO2 con respecto de los límites fijados para este tipo de clasificación. 

Dadas las excepcionales medidas ambientales y constructivas implementadas se ha obtenido el sello de calidad de la edificación de la certificación BREEAM.