Hay libros que huelen a especias y aventuras, a hierbabuena, salitre y encuentros inesperados, a vida y libertad. Tánger entonces es uno de ellos, entre otras razones por la nostalgia, concisión y belleza con la que el ensayista y traductor Antonio Pau (Torrijos, Toledo 1953) recrea la ciudad de su infancia, a la que llegó con apenas dos años.
Allí, como explicaba su padre a su hermana y tía para invitarla a visitarlos: “Oirás hablar todos los idiomas imaginables y verás los tipos más estrafalarios. Pero las rarezas resultan aquí tan habituales que no hay ninguna que llame la atención”.
De la mano de Pau (autor de míticas versiones de versos de Rilke y Hölderlin) recuperamos un Tánger internacional sin banderas ni miedo en el que convivían sin problemas gentes de razas, idiomas y religiones distintas y en el que era posible coincidir en la Medina, en librerías o cafés, con André Gide, Cocteau, Genet, Marguerite Yourcenar, Jack Kerouac, Tennessee Williams o Paul Bowles.
Desde la nostalgia y la gratitud el autor recorre las callejuelas y los zocos de Tánger, sus escuelas y patios, sabiendo que es el símbolo de su propia vida. Sí, Tánger le permitió descubrir la belleza de varios idiomas que hizo suyos casi sin sentirlo, y marcó su vida. De ahí este delicioso librito, con el que satisface una deuda tan gozosa como estas páginas.
por Elena Costa
El Cultural, 26 de enero de 2018
Antonio PAU | La Veleta | Granada, 2017 |