«España es más fuerte cuando trabaja en una misma dirección”


El presidente del Gobierno nos ha concedido esta entrevista con motivo del 40 aniversario de la Constitución. Pedro Sánchez ha dado respuesta a todas las cuestiones planteadas acerca de los logros conseguidos por nuestra Carta Magna, y los objetivos y etapas que se deberían seguir para su reforma, insistiendo en el diálogo y el consenso como vías a seguir.


 

En estos momentos, el Estado tiene un amplio programa para la conmemoración del 40 aniversario de la Constitución. En la presentación de los actos usted reivindicó el espíritu del diálogo de 1978. ¿Cree que se ha perdido ese espíritu de diálogo y consenso que permitió aprobar la Constitución de 1978?

La ciudadanía española quiere que haya diálogo y acuerdo para resolver las crisis más graves y afrontar las reformas que el país necesita. Más bien quien ha fallado es la representación política que en muchos momentos no ha sabido estar a la altura de las aspiraciones de los ciudadanos. Hay mucho más consenso social sobre el rumbo que debemos tomar como país del que en muchas ocasiones se percibe. Mi objetivo es conseguir canalizar esa realidad social. Pensemos en la Transición, en los meses previos a la aprobación de la Constitución. ETA mataba, la extrema derecha nostálgica tenía grupúsculos violentos, las calles estaban llenas de manifestaciones que parecían indicar la imposibilidad del consenso. Y fue posible.

Es necesario que recordemos que hay muchas más cosas que nos unen de las que nos separan, que tenemos una década por ganar y hemos de hacerlo todos juntos. España es más fuerte cuando trabaja en una misma dirección.

Si tuviese que señalar las grandes aportaciones de la Constitución a la sociedad española en estos 40 años, ¿qué destacaría?

La concordia, eso lo primero. El ejercicio de reconciliación y convivencia que hicimos gracias a una sociedad que anhelaba la democracia. También esa capacidad orteguiana que tuvimos de darnos objetivos comunes, como la entrada en Europa o la creación de un Estado de Bienestar digno. Todo ha sido posible en el marco de la Constitución. Esta Carta Magna es uno de los pocos proyectos políticos de la historia de España en el que se han sentido representados la inmensa mayoría de sensibilidades políticas y territoriales, y la descentralización y el Estado autonómico han sido un éxito desde todo punto de vista. Con esta Constitución, por primera vez en siglos actuamos como un solo país, unido y con un propósito común que empezaba por devolvernos la democracia. Esta Constitución asumió para todos que España es un país complejo y que en esa complejidad reside su riqueza. Y qué decir del desarrollo económico de España. Nuestro PIB se ha multiplicado desde entonces. España se ha modernizado y no hubiera sido posible sin la Constitución.

El constitucionalista Manuel Aragón asegura que la reforma constitucional requiere: consenso político, tranquilidad pública y preparación técnica. ¿Está de acuerdo en la necesidad de estos tres requisitos para emprender una reforma constitucional?

Naturalmente. Por eso reivindico la necesidad de que exista un consenso político, sobre todo, en temas en los que hay un amplio consenso social. Como él mismo afirma, no se puede reformar una Constitución fruto del consenso olvidando ese espíritu. Cualquier reforma tiene que ir encaminada a mantener y mejorar la existente. Hay mucho en lo que se puede mejorar, pero el marco es respetar ese espíritu del 78. Reformar la Constitución es reforzarla. Debemos ser capaces de ampliar el perímetro de lo que abarca nuestra Constitución, y eso se consigue reformándola haciendo honor al espíritu con el que se aprobó hace cuarenta años.

“Con esta Constitución, por primera vez en siglos actuamos como un solo país, unido y con un propósito común que empezaba por devolvernos la democracia. Esta Constitución asumió para todos que España es un país complejo y que en esa complejidad reside su riqueza”

Usted ha hablado de un cambio exprés en la Constitución que puede acabar con los aforamientos en 60 días. ¿Podría producirse este cambio en los próximos meses?

Por supuesto que puede y debe producirse. Pero la condición necesaria es alcanzar un consenso político en torno a este proyecto. Hay un reto político fundamental que es conseguir que tras el descrédito de estos últimos años los ciudadanos vuelvan a creer en la política, que se sientan representados en nuestras instituciones, y que éstas se conviertan en una herramienta para resolver problemas y no en un problema en sí mismo. Debemos ofrecer un testimonio inequívoco de ejemplaridad y ahí se inscribe la reforma de los aforamientos.

El profesor Rubio Llorente en su propuesta de reforma de la Constitución, proponía reformar el Título VIII que ha sido fuente de muchos problemas. ¿La distribución territorial de competencias podría ser el aspecto más espinoso de una reforma?

Ha sido un gran éxito como proyecto que aúna integración y descentralización. Cohesión y diversidad. Sin embargo, el tiempo ha mostrado disfunciones y evidentemente es necesario reformarlo, actualizarlo y relegitimar el contenido de este título. Nuestra propuesta sería un modelo federalista, pero insisto, que es necesario que exista consenso político. Existen elementos básicos en los que ese consenso podría existir. Evitar la conflictividad y garantizar la convivencia. Pero debemos huir de los discursos que han surgido a modo de enmienda a la totalidad del Estado Autonómico. Insisto, ha sido un éxito. Sin él no habríamos alcanzado las cotas de desarrollo y bienestar de las que hoy disfrutamos. De modo que, sí, autocrítica y a mejorar sobre la base de lo que nos ha dado los mejores cuarenta años de nuestra historia. El espíritu del 78 también es el Estado Autonómico.

Usted ha establecido además el objetivo de la reforma en actualizar nuestros derechos y libertades, blindar el Estado social y revitalizar nuestra democracia. ¿Cómo se materializarían esos cambios?

La sanidad debe ser un derecho fundamental. Mejorar el derecho al trabajo. Mejorar la protección a las familias. Dotar de contenido al derecho a la vivienda. Reforzar derechos medioambientales. Incorporar el Derecho europeo. No sólo debe reconocerse la estabilidad presupuestaria sino también la estabilidad social. La Constitución debe recoger una carta de derechos efectivos y no un pacto de mínimos. Si una enseñanza profunda nos ha enseñado la crisis es que la estabilidad y el bienestar social son parte irrenunciable del pacto democrático, y cuando se ha resentido, se ha resentido la democracia.

¿Cuál serían a su juicio las etapas que deberían seguirse para realizar una reforma constitucional?

Debemos abrir un debate con la sociedad y con el resto de las fuerzas políticas. Ha de ser participativo. Buscar consensos sociales y hacer un esfuerzo de generosidad política. Siempre digo que los cambios verdaderamente efectivos que llevamos a cabo desde la política o la empresa son aquellos que la sociedad ya ha asumido y reclama como necesarios. Por eso creo que el debate debe ser abierto, participativo y amplio, que se produzca una auténtica deliberación política y social. Cuando hay un objetivo común, nada lo para por mayores que sean las dificultades. Esa fue una de las lecciones de 1978.

La integración de España en la Unión Europea supuso una adaptación para España de la normativa comunitaria. ¿Contempla incorporar a nuestra Constitución algún aspecto de otras constituciones europeas?

Sin duda, como no podía ser de otro modo, nuestros constituyentes incorporaron elementos de otras experiencias exitosas sobre todo del contexto europeo. Ahora lo importante es que seamos capaces de mejorarla para dar respuesta a realidades y problemas que no existían hace 40 años y que la ciudadanía se reconozca y se sienta representada en ella, con la misma intensidad con la que nació hace ya cuatro décadas.

Fernando Acedo-Rico Henning