“Mi ideal sería el de un mundo que pusiera en valor a las personas por serlo, no por razón de nuestro sexo”


La diputada y vicesecretaria de Sectorial del Partido Popular ha sido la primera mujer en ocupar algunos de los cargos que ha desempeñado en su trayectoria política y profesional. En esta entrevista analiza la situación de la economía española y nos da su opinión sobre la gestión de los fondos europeos o la llamada armonización fiscal.


¿Qué representa para usted la fecha del 8 de marzo?

La verdad, para ser sincera, no es que represente nada especialmente emocionante. Tenemos el año lleno de fechas representativas de muy diferentes cosas y no sirven realmente para mucho. La visibilidad puede ayudar a que se resuelvan desigualdades pero creo que hay medidas mucho más eficaces. Y se corre el riesgo de que todo se quede en lo superficial, en el folklore. Mi ideal sería el de un mundo que pusiera en valor a las personas por serlo, no por razón de nuestro sexo. Que, por cierto, es algo que ahora también se quiere poner en tela de juicio, con los problemas de seguridad jurídica que se pueden acarrear y que ustedes, como registradores, deben ser bien conscientes.

¿Su condición de mujer le ha perjudicado, ayudado o ha sido neutra en su trayectoria profesional y política?

Yo no me he sentido discriminada por ser mujer y espero no haber sido favorecida por mi condición como tal. A lo largo de mi vida profesional he sido pionera en muchas ocasiones: con dos compañeras más fuimos las primeras interventoras del Estado, allá por 1973; fui la primera directora general de Presupuestos, la primera secretaria de Estado de Presupuestos… Y creo que, en todos los casos, se debía a mis méritos no a una discriminación positiva. 

La verdad es que respecto a la discriminación positiva de las mujeres tengo sensaciones contradictorias, porque no tengo la seguridad de que realmente nos ayude. Y eso que en el ejercicio de mi responsabilidad como presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores impulsé la existencia de cuotas de participación de las mujeres en los Consejos de Administración de las sociedades cotizadas.

¿Cómo ve la situación económica de España?

Regular. Estamos saliendo de una crisis global con más daños y más lentamente que los países de nuestro entorno. Sigue habiendo muchas incógnitas y no sabemos si cuando la pandemia acabe habremos sufrido daños estructurales que, de momento, no se observan al tener todavía en marcha muchas líneas de ayudas coyunturales.

Es por esto por lo que estamos haciendo tanto hincapié en que se acierte con las políticas económicas por el Gobierno y se apliquen bien los fondos europeos. Necesitamos que se genere crecimiento sostenible en el tiempo y se cree empleo estable. El desempleo es nuestro principal problema con tasas que doblan las de nuestros vecinos.

“Estamos saliendo de una crisis global con más daños y más lentamente que los países de nuestro entorno. Sigue habiendo muchas incógnitas y no sabemos si cuando la pandemia acabe habremos sufrido daños estructurales que, de momento, no se observan al tener todavía en marcha muchas líneas de ayudas coyunturales”

¿Es usted crítica con la gestión de los Fondos europeos? ¿Por qué?

Somos críticos desde el principio cuando, unilateralmente, el Gobierno decide hacer su propio Plan de Recuperación y enviarlo a Bruselas sin las más mínimas consultas con los otros niveles de la administración de España (Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales) ni con los partidos políticos con representación parlamentaria, especialmente el principal partido de la oposición y alternativa de gobierno. Las cosas no empezaban bien. Pero es que, además, el Gobierno decidió regular la gestión de la aplicación práctica de los recursos que nos vienen de Europa mediante un Real Decreto Ley que centralizó en Presidencia las decisiones más importantes, en especial las relativas a los proyectos a financiar.

Creemos, sinceramente, que este procedimiento no es la mejor garantía para que se cumplan los objetivos para los que nos han sido dados los Fondos: crecer y crear empleo con reformas estructurales que cambien España y nos hagan más fuertes de cara al futuro.

Y eso sin entrar en los riesgos que supone la utilización de procedimientos poco seguros, opacos y sin concurrencia en lo que atañe a la selección de los proyectos como señalaba antes.

Hubiera sido necesaria algún tipo de institución independiente que participara en la selección y gestión, que aportara neutralidad y aplicación de criterios técnicos en los procesos y se comportara con la máxima transparencia.

¿Qué opina de la llamada armonización fiscal?

En los términos en los que se está discutiendo creo que va radicalmente en contra de los principios competenciales y de autonomía financiera actualmente vigentes.

Se está hablando con mucha ligereza de deslealtad fiscal y de otros conceptos por actuaciones en materia de tributos cedidos por determinadas comunidades autónomas que no han hecho otra cosa más que desarrollar su ámbito competencial eligiendo las políticas económicas que han creído más adecuadas.

Yo no he visto poner en tela de juicio las políticas de gasto y la prestación de servicios que, de acuerdo con la normativa estatal vigente, están llevando a cabo las comunidades con diferencias en muchos casos (sirva como ejemplo cuando Madrid comenzó con la educación bilingüe). Sin embargo, se critican políticas tributarias con el mismo soporte legal que las políticas de gasto.

Además, el debate se está centrando en unos impuestos, Patrimonio y Sucesiones y Donaciones, que están obsoletos y muchos de nuestros vecinos ya han abandonado.

El Registro de la Propiedad y Mercantil español aporta seguridad jurídica y transparencia a un bajo coste según diversos estudios. ¿Comparte usted esta visión?

No conozco los estudios y no puedo opinar sobre el coste, pero de lo que estoy plenamente convencida es que la seguridad que aporta puede que no tenga precio. Es un activo intangible de difícil cuantificación y que sólo se pondría en valor si nos faltara. Lo que hay que procurar que no ocurra.