“Siempre me sentí muy bien acogida por los compañeros”

María Luisa Leira Martínez nació en Cartagena el día cuatro de enero de 1936. Su padre era un marino gallego que, en una de sus escalas, se enamoró de la ciudad y sobre todo de una cartagenera. Es hija única, pero pertenece a una familia grande y unida, integrada también por sus abuelos maternos y sus tíos. Estudió en el colegio de San Miguel, que tienen las Hijas de la Caridad en Cartagena, y aún conserva de aquellos años buenas amigas, a las que ha añadido después multitud de amigos a lo largo de su vida, vinculados a su trabajo profesional o ajenos a él. Casada con un marino, siguiendo la tradición familiar. Devota de la Virgen de la Caridad, entusiasta de las procesiones y de todas las tradiciones cartageneras. Apasionada por la música y la cultura en todas sus variantes. Y sobre todo inteligente, trabajadora, educadísima y bondadosa.

Siendo una niña rodeada de tantos mayores, ¿tenías todas las posibilidades de ser una niña mimada?

Fui una niña muy querida y muy responsable. Mis padres y toda mi familia me inculcaron desde pequeña el interés por el estudio y el sentido de la responsabilidad.

En una familia de tradición militar, ¿cómo se te ocurrió estudiar Derecho?

Me atraía la carrera de Derecho, pensaba que me iban a gustar las asignaturas que se cursaban en la misma.

¿Dónde estudiaste la carrera?

Hice la carrera de Derecho examinándome libre en la Universidad de Murcia. Durante el curso asistía a clase en la academia que tenían en Cartagena dos Jurídicos de la Armada: don José Manuel Claver y don Federico Trillo. Allí nos preparan a los estudiantes de Derecho y también preparaban a los futuros Jurídicos de la Armada. Terminé en 1958.

En los años cuarenta del pasado siglo una serie de disposiciones prohibieron a la mujer presentarse a gran parte de las oposiciones de la Administración del Estado, en concreto desde 1945 no pudieron presentarse a las oposiciones para proveer vacantes de registrador de la propiedad. La ley 56/1961 de 22 de julio, sobre derechos políticos, profesiones y de trabajo de la mujer, que entró en vigor el 1 de enero de 1962, permite a las mujeres participar en todo tipo de oposiciones y concursos para cualesquiera Administraciones Públicas, con alguna excepción, básicamente el Ejército, los Cuerpos de Seguridad del Estado y la Administración de Justicia.

Después de estudiar Derecho, que ya era una proeza para una chica de aquella época, ¿por qué decides preparar oposiciones a registros, cuando además no podías examinarte?

Decidí preparar la oposición porque la función del registrador de la propiedad, la calificación registral, era lo que me gustaba. En cuanto a la prohibición legal, no pensé en ella, primero porque la preparación de la oposición me iba a llevar muchos años y en segundo lugar porque la vieja prohibición de 1945 tenía que levantarse sin más remedio, la mentalidad en España estaba cambiando.

¿Dónde preparas la oposición?

En cuanto a la parte teórica, en la misma academia de Cartagena en la que estudié Derecho. Mis preparadores, que preparaban para las oposiciones de Jurídicos de la Armada, me hicieron el favor de prepararme para la oposición de registrador de la propiedad.

“Decidí preparar la oposición porque la función del registrador de la propiedad, la calificación registral, era lo que me gustaba. En cuanto a la prohibición legal, no pensé en ella, primero porque la preparación de la oposición me iba a llevar muchos años y en segundo lugar porque la vieja prohibición de 1945 tenía que levantarse sin más remedio, la mentalidad en España estaba cambiando”

En cuanto a la parte práctica, la preparé con don Federico Bas, registrador de Madrid, que me atendió con mucho cariño e interés en su Registro y con el que puede examinar todo tipo de documentos.

La Ley de 22 de julio de 1961 de derechos políticos, profesionales y del trabajo de la mujer levanta la prohibición de opositar a las mujeres y te presentas a las oposiciones celebradas en 1964, las primeras que se convocan tras la entrada en vigor de dicha ley. ¿Cómo fue el examen? ¿Notaste rechazo por parte del Tribunal por tu condición de mujer?

Efectivamente, algunos miembros del Tribunal de oposición eran contrarios a que una mujer fuera registrador de la propiedad. Pero tengo que destacar en el mismo Tribunal a don Pascual Marín, magistrado, como defensor primero de la justicia y después de que una mujer ingresara en el Cuerpo de Registradores de la Propiedad, al que estaré eternamente agradecida.

Durante la preparación y en las oposiciones, ¿recuerdas a alguna otra mujer que preparara la oposición?

No recuerdo a ninguna. Ya después de aprobar recuerdo con mucho cariño a Beatriz Blesa, registradora de la propiedad de Murcia, compañera y amiga, que desde el primer momento me acogió.

¿En qué registros has trabajado a lo largo de tu carrera?

Ingresé por el Registro de la Propiedad de Grandas de Salime, en el que solo estuve un mes. Me fui al Registro de la Propiedad de Valderrobres, en el que estuve dos años y medio. Después en el Registro de la Propiedad de Morella, también dos años y medio. En el Registro de la Propiedad de Cuevas de Almanzora estuve seis años y un año en el Registro de Vera. Y finalmente llegué en 1976 al Registro de la Propiedad de La Unión, en el que he estado treinta años y en el que me he jubilado en el año 2006. De todos mis destinos guardo muy buenos recuerdos, pero sobre todo, como es lógico por el mayor tiempo transcurrido, del Registro de la Propiedad de La Unión, en especial de su personal.

¿En tu trabajo como registradora has notado sorpresa o rechazo por parte de empleados, clientes o compañeros?

Ni sorpresa, ni rechazo. Siempre me sentí muy bien acogida por los compañeros, entre los que incluyo tanto a los notarios como a los registradores de la propiedad. Igualmente, siempre he tenido una excelente relación con los empleados de los distintos registros en los que he estado como titular o como interina.

¿Qué te parece que en la última oposición haya un ochenta por ciento de mujeres?

Me parece fantástico, siempre me ha alegrado mucho la llegada de nuevas compañeras.

¿Qué opinas de que por primera vez en la historia del Colegio de Registradores de la Propiedad haya sido elegida una decana?

Lo veo dentro de la normalidad, somos un cuerpo integrado por hombres y mujeres y elegimos a quien nos parece más idóneo, sin tener en cuenta ninguna otra consideración.

María Luisa sigue con la energía, el optimismo y el buen humor de siempre, podría volver a hacerse cargo de un Registro de la Propiedad. Pero está en su merecido descanso, que deseamos sea muy largo y muy feliz.

María Ángeles Cuevas de Aldasoro
Registradora de la Propiedad