Jesús y el centurión.

El Museo Nacional del Prado presenta la primera gran exposición monográfica dedicada en España a uno de los maestros más brillantes y admirados del Renacimiento veneciano que deslumbró a reyes y pintores de todas las épocas.


Comisariada por Miguel Falomir, director del Museo del Prado, y Enrico Maria dal Pozzolo, profesor de la Università degli Studi di Verona, la exposición pone de manifiesto la inteligencia pictórica de un artista superlativo capaz de alumbrar un universo formal propio; un artista con una idea totalizadora del arte que abarcaba innumerables referencias estéticas y culturales que supo plasmar con gran libertad formal y conceptual. Y como todos los grandes artistas, Veronese trascendió su tiempo. La belleza y elegancia de sus composiciones sedujo durante siglos a coleccionistas y artistas, de Felipe IV y Luis XIV a Rubens, Velázquez, Delacroix o Cézanne.

La muestra reúne un centenar de obras procedentes de los más importantes museos del mundo incluido el Louvre, de París; el Metropolitan, de Nueva York; la National Gallery, de Londres, y los Uffizzi de Florencia o el Kunsthistorisches Museum de Viena, que dialogan con piezas fundamentales del Prado.

La exposición pone de manifiesto la inteligencia pictórica de un artista superlativo capaz de alumbrar un universo formal propio; un artista con una idea totalizadora del arte que abarcaba innumerables referencias estéticas y culturales que supo plasmar con gran libertad formal y conceptual

La exposición se centra en diferentes etapas de artista. Una primera que atiende a la formación en su Verona natal y en el contexto en el que se educó, y que incluye obras tan relevantes como La Sagrada Familia o La Perla de Rafael Sanzio; otra dedicada a la etapa central de la obra del artista que tuvo un tremendo éxito en vida, y que incluye cuadros tan representativos como La cena en casa de Simón, préstamo del Museo Real de Turín, o Cristo predicando en el templo, del Museo Paul Getty, de Los Ángeles. 

Sagrada Familia, llamada la Perla. Fotos: Museo Nacional del Prado

También encontraremos una sección dedicada a su legado: «Haeredes Pauli» y los admiradores de Veronese. De un lado tenemos a sus familiares, que durante una década prolongaron de forma estéril sus modelos bajo la denominación “Haeredes Pauli”; del otro, a aquellos artistas con verdadero ingenio que asumieron y propagaron su legado. La exposición se centra en los inmediatamente posteriores: El Greco, los Carracci y Pedro Pablo Rubens, pero su condición de “pintor de pintores” se prolongó hasta el siglo XX e incluye a artistas tan dispares como Velázquez, Tiépolo, Delacroix o Cezanne. La muestra finaliza recordando su lugar de privilegio en el coleccionismo europeo, razón última de su sobresaliente representación en las colecciones del Museo del Prado.

Venus y Adonis.

Con esta exposición el Prado cierra un ambicioso programa de investigaciones, restauraciones y exposiciones, iniciado hace más de dos décadas, dedicado a la pintura veneciana del Renacimiento, piedra fundacional de la antigua colección real y del actual Museo del Prado. Se trata, sin duda, de una ocasión irrepetible para conocer en profundidad la obra de uno de los artistas más brillantes y deslumbrantes del Renacimiento europeo, clave para comprender el gusto artístico de las élites de la época y su decisiva influencia en la pintura española del Siglo de Oro. 

Museo Nacional del Prado. Madrid Hasta el 21 de septiembre