No tengo ninguna intención de contarles nada de los lepidópteros, no sé casi nada, lo justo y necesario. Lo que quiero es hablar de tres grandes mujeres de República Dominicana que son símbolo de la libertad en todo el mundo. Tres mujeres, tres hermanas, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, conocidas como “Las Mariposas”, que murieron brutalmente asesinadas, el 25 de noviembre de 1960, por orden del dictador Trujillo, “El Chivo”, uno de los más sanguinarios de Iberoamérica, por no decir el que más. Y por ellas, el 25 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, instituido por la ONU en 1999.
En los últimos años he ido varias veces a Dominicana como voluntaria con los Misioneros Dominicos, a la provincia de El Seybo. Adoro ese país. A cualquier sitio al que vas te encuentras con la foto de las hermanas Mirabal. En el estudio de Radio Seybo, mi principal lugar de voluntariado, hay una. No te deja indiferente, te llama la atención. Los dominicanos están orgullosos de ellas. Su desgarradora historia, su muerte, su asesinato disfrazado de accidente, hizo caer al dictador Trujillo, que murió asesinado seis meses después. Llegó, entonces, la democracia.
Me llamó la atención el nombre de “Las Mariposas”. Ellas mismas se denominaron así. Era el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas. La mariposa es el símbolo de transformación y cambio por excelencia. Su propio ciclo de vida hace transmutar hacia lo bueno y lo bello. Un significado que nos lleva a lo positivo, la metamorfosis que lleva a una nueva etapa de la vida.
Patria tenía 36 años, Minerva 34 y María Teresa 26. Hay una cuarta hermana, Bélgica Adela, conocida como Dedé, que no tuvo un papel tan activo. Hasta que murió, en 2014, Dedé mantuvo muy vivo el espíritu y la lucha de sus hermanas y lo contó en un libro, “Vivas en su jardín”. A ella no la mataron, decía, para poder contar la historia de sus hermanas, para que no vuelva a pasar. Muchos dominicanos no han vivido esa situación. De familia acomodada, con estudios universitarios, casadas y madres de niños pequeños, nacieron en la provincia de Salcedo, situada en el centro norte del país, y hoy lleva su nombre, “Hermanas Mirabal”, y allí se encuentra su “Casa Museo”, su última residencia, en la que descansan sus restos. Minerva y su marido, Manolo Tavárez, crearon el “Movimiento Revolucionario 14 de junio”, agrupación política que combatió la dictadura y a la que se unieron Patria y María Teresa.
La historia de “Las Mariposas” me ha hecho leer sobre ellas y ver varios documentales. He encontrado el momento de hablar de ellas, su historia no se queda en Dominicana, ha traspasado fronteras
“Si me matan sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, decía Minerva. Respondía así cuando le decían que Trujillo iba a matarla. Una frase premonitoria, una frase que parece haberse cumplido porque, al cabo de los años, “Las Mariposas” han sacado sus brazos de la tumba y son todo un símbolo en República Dominicana, un símbolo extendido al resto del mundo. Minerva y María Teresa fueron encarceladas en varias ocasiones, y tanto ellas como sus maridos fueron sometidos a una cruel tortura, pero siguieron luchando. No les importaba el acoso policial.
El 25 de noviembre de 1960 fueron capturadas cuando regresaban de la cárcel de Puerto Plata, al norte de Dominicana, tras visitar a sus maridos. Fueron interceptadas por un grupo de policías. Las golpearon y tiraron su coche por un barranco, para que pareciera un accidente. Con ellas murió su chófer, Rufino de la Cruz.
La historia de “Las Mariposas” me ha hecho leer sobre ellas y ver varios documentales. He encontrado el momento de hablar de ellas, su historia no se queda en Dominicana, ha traspasado fronteras. “Es importante no olvidarlas porque, generalmente, las luchas de las mujeres son invisibles y tienden a borrarse. Querían la libertad para el pueblo dominicano”. Lo dice Minou Tavárez Mirabal, hija de Minerva y de Manolo Tavárez, exdiputada y excandidata a la Presidencia de República Dominicana en 2016.
Cuanto más voy a Dominicana más me gusta ese bello país y su gente luchadora. Cuando vuelva, que espero hacerlo, me gustaría acercarme al Museo de las hermanas Mirabal. Son símbolos de la libertad para el mundo entero.
Patricia Rosety