Resulta incuestionable que el lugar en el que nacemos, las personas con las que nos relacionamos y nuestro sexo influyen en nuestro desarrollo personal y profesional.
Desde el profesorado de las primeras etapas, hasta nuestras amistades y la propia familia y, en general todo nuestro entorno, nos marcan expectativas de forma consciente o inconsciente. Las expectativas que se generan son diferentes para mujeres y hombres, y ello no sólo moldea nuestros itinerarios personales sino también los profesionales.
Pero no sólo nos limita lo que se espera de nosotras. También nos limitan los estereotipos, generadores de sesgos (in)conscientes, de los que se derivan discriminaciones que frenan el avance hacia una auténtica sociedad igualitaria. Discriminaciones tales como las de afinidad, atribución o rendimiento, dificultan a las mujeres el acceso a posiciones de poder y responsabilidad en el seno de las empresas y de las organizaciones empresariales.
Así pues, evidenciar y acabar con esos sesgos es clave para alcanzar la igualdad real. Es muy importante trabajar en la línea de convertir los sesgos inconscientes en conscientes y adoptar medidas correctoras que pongan fin a las discriminaciones que de los mismos se derivan.
Es muy importante trabajar en la línea de convertir los sesgos inconscientes en conscientes y adoptar medidas correctoras que pongan fin a las discriminaciones que de los mismos se derivan
Y para conseguirlo es muy importante que las mujeres nos empoderemos, demos un paso adelante y nos visibilicemos, algo esto último que tendemos a olvidar e incluso evitar, demostrando a otras mujeres que “si que se puede”.
Esto es algo totalmente interiorizado por las mujeres evap/BPW Valencia, de las que tanto he aprendido y continúo aprendiendo, que con sus acciones están siendo capaces de cambiar la foto en el ámbito empresarial, directivo y profesional.
Para evap/BPW Valencia siempre ha sido una prioridad visibilizar a mujeres referentes. Y entre las múltiples acciones desarrolladas a tal fin, mención especial merecen nuestros Premios, de los que este año celebraremos la XV edición. A través de ellos hemos visibilizado o aumentado la visibilidad de 44 mujeres referentes e inspiradoras.
Pero más allá de nuestras premiadas, evap/BPW Valencia me ha permitido rodearme y llegar a conocer a cientos de mujeres extraordinarias, muchas de ellas todavía invisibles o no suficientemente visibilizadas, que con sus acciones están contribuyendo a cambiar nuestra sociedad. Entre ellas figuran mujeres valientes que, por primera vez en la historia, han accedido a puestos de responsabilidad en sus organizaciones, como M.ª José como vicepresidenta de Cámara Valencia; Amaya, Encarna, Marta, Ángela, Esther, Cristina, Nuria y Ana presidiendo sus respectivas asociaciones empresariales o Auxiliadora, Regina y Angélica ostentando el decanato de sus respectivos colegios profesionales.
Estamos cambiando la foto empresarial, y de ello nos tenemos que sentir orgullosas las mujeres valencianas. Pero este cambio va más allá del puro ámbito empresarial, como acredita -por citar algunas- que la Universitat de València cuente con una rectora tras más de 500 años de historia, que el Consell Jurídic Consultiu sea presidido por una mujer; sin olvidarme de María Emilia Adán, que ha ido más allá y, transcendiendo al territorio, se ha convertido en la primera mujer decana del Colegio de Registradores de España.
Todas estas mujeres, y muchas más que no puedo citar por limitaciones de espacio, están contribuyendo a cambiar la foto en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Y si bien siempre hablo de cambiar la foto, ello no es más que el reflejo visual de un cambio profundo en el seno de las organizaciones.
Y una organización referente de este cambio es la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana, en cuyas pasadas elecciones se alcanzó una cifra histórica de un 30% de mujeres en la Junta Directiva Autonómica, porcentaje que se eleva al 35% en la provincial CEV Valencia, de la que además tuve el honor de ser reelegida presidenta en ese mismo acto.
Las mujeres vamos ocupando más y más espacio en la foto, pero es mucho el camino que nos queda por recorrer, por lo que debemos seguir trabajando “con prisa y sin pausa” en pro de la sociedad igualitaria a la que aspiramos y con la que soñamos. Y debemos hacerlo visibilizándonos, pues citando a Virginia Woolf: “Durante la mayor parte de la historia, ‘Anónimo’ era una mujer”.
Eva Blasco