“Donde hay mujeres, hay futuro”
¿Qué representa para usted la fecha del 8 de marzo?
El 8 de marzo es el día para rendir homenaje a todas las mujeres que nos precedieron en defensa de la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres. En el recuerdo todo un símbolo, el de la huelga de las trabajadoras textiles de Nueva York en las que protestaron por las penosas condiciones de trabajo bajo el lema “Pan y Rosas” y las víctimas del incendio de la fábrica de camisas en la que fallecieron 125 mujeres y 25 hombres, una tragedia que trajo como consecuencia las primeras normas de seguridad y salud laboral durante los primeros años del siglo XX.
Mis orígenes están en una pequeña aldea gallega y desde mi infancia tengo muy arraigado el trabajo de las mujeres de mi familia y de mi entorno que durante años sacaban adelante la casa porque los maridos habían emigrado. Ya en democracia, desde que empezamos a celebrar este Día Internacional, para mí es un momento de reivindicación y de balance. De donde partíamos, cómo estábamos las mujeres en España y de los pasos firmes que hemos ido dando durante la transición democrática, la entrada en la UE, las leyes de igualdad y contra la violencia de género de los Gobiernos de Zapatero y ahora la igualdad entre hombres y mujeres, la igualdad salarial pasan a ser uno de los ejes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Para mí el 8 de marzo es ver cómo hemos avanzando y lo que deseo es que sigamos avanzando con la incorporación de las mujeres también a los lugares donde se toman las decisiones. España es un país cada vez más feminista, y los comportamientos machistas son reprobados socialmente y eso me enorgullece muchísimo.
Usted ha desempeñado el cargo de Comisionada del Gobierno para el Reto Demográfico. ¿Cree que hay diferencias entre el mundo urbano y el rural en igualdad entre hombres y mujeres?
Por supuesto que las hay. Si hablamos de las brechas entre el medio urbano y el rural, una de ellas, sin duda, es la de la Igualdad. Diferencias tanto en el ámbito de la igualdad de derechos como en el de la igualdad de oportunidades, desde las dificultades de las mujeres en el medio rural para denunciar la violencia de género, por poner un ejemplo relevante o como el hecho de que mujeres cada vez mejor y más formadas tengan muchos obstáculos para desarrollar sus proyectos de vida, personal, familiar o profesional en las áreas rurales y se vean obligadas a marchar a las áreas urbanas para alcanzar sus expectativas. Hay un dato que es muy significativo, pese que que tradicionalmente las mujeres han tenido un papel fundamental en las labores de agricultura y ganadería no fue hasta 2011 cuando se aprobó la Ley de Titularidad Compartida, una ley que nació con la voluntad de favorecer la igualdad, a través del reconocimiento jurídico y económico de la participación de las mujeres en la actividad de la explotación. Una Ley que venía a paliar las desigualdades que las mujeres han sufrido durante siglos.
En un estudio que realizamos desde el Comisionado sobre Igualdad y Medio Rural comprobamos que el número de mujeres que superan los 65 años en los pueblos de menos de 500 habitantes es muy superior al de la media española. Esto significa que la que llaman España vaciada, que yo prefiero denominar en riesgo de despoblación, se está masculinizando y envejeciendo, un medio rural en el que las mujeres mayores son el pilar funcional básico, para la atención y el mantenimiento de las personas también mayores en sus hogares, pero a costa de sus propios derechos y sin reconocimiento social. Tenemos que dar oportunidades a las mujeres jóvenes para que no se vayan y puedan encontrar oportunidades. El papel de las mujeres para evitar la despoblación es uno de los ejes clave. En el mundo rural emprenden más las mujeres, al contrario que en las ciudades, y su éxito empresarial crea un mayor arraigo. Donde hay mujeres, hay futuro.
La actividad económica, el empleo, la vivienda, la sanidad y la educación, junto con la conectividad digital y la movilidad. La clave está en reforzar los servicios públicos, ya que atraen nuevos nichos de empleo y de población. Entre ellos, por supuesto destaca el Servicio Público de Justicia y los Juzgados de Paz en España, que son un elemento de cohesión y vertebración social en zonas despobladas o con baja densidad de población.
“Tengo que reconocer que es desde el mundo de la Justicia como más se ha contribuido a la Igualdad real entre mujeres y hombres. Empezando por nuestra Constitución y su artículo 14 hasta las últimas sentencias con perspectiva de género dictadas por el Tribunal Supremo. Y donde más se ha avanzado es sobre todo en la jurisdicción social”
En estos momentos preside la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. ¿Qué iniciativas pueden desarrollarse para continuar en el camino hacia la plena igualdad?
Bien, pues tengo que reconocer que es desde el mundo de la Justicia como más se ha contribuido a la Igualdad real entre mujeres y hombres. Empezando por nuestra Constitución y su artículo 14 hasta las últimas sentencias con perspectiva de género dictadas por el Tribunal Supremo. Y donde más se ha avanzado es sobre todo en la jurisdicción social. ¿O acaso no nos acordamos de cuando quedarse embarazada podía ser motivo de despido procedente?
El Pacto de Estado contra la Violencia de Género también ha impulsado muchos avances en el ámbito de la Justicia, donde se ha apostado sobre todo por la formación a los operadores jurídicos, sobre todo jueces y fiscales, y la mejora de la asistencia a las víctimas de violencia de género y sus hijos menores.
Me consta que para el Ministerio de Justicia, liderado ahora por mi querido ministro Juan Carlos Campo, la igualdad entre mujeres y hombres es una prioridad.
Pero queda mucho por hacer, como feminista tengo que admitir que no me gusta nada ver esas fotos de comienzo del año judicial llenas de hombres.
Es curioso, hoy en día accede un porcentaje mayor de mujeres a la carrera judicial pero no ha sido hasta 2020 cuando hemos visto a la primera magistrada que llega a presidenta de Sala del Tribunal Supremo.
Hay que preguntarse por qué y fomentar medidas que favorezcan el acceso a los espacios de poder a las mujeres en el mundo de la Justicia.
Como mujer con una larga trayectoria dedicada al servicio público, ¿qué obstáculos considera urgente remover en este ámbito?
Pues la clave para mí reside en tener modelos de referencia. Vuelvo al inicio de la entrevista, yo veía a las mujeres de mi familia liderando la economía y el trabajo en casa al tiempo que atendían la crianza y educación de sus hijas e hijos.
Las mujeres jóvenes de hoy tienen muchos más referentes, por lo tanto, más posibilidades de identificarse y aspirar a ser lo que deseen ser. Por otro lado, creo que se ha avanzado y hemos de seguir avanzando en la corresponsabilidad y en la conciliación pero necesitamos reforzar los servicios públicos de cuidados, profesionalizarlos y dotarlos de mayor estabilidad presupuestaria. No puede ser que cuando llega una crisis sean las mujeres, una vez más, las que tengamos que cargar con los cuidados, como se ha visto con el Covid. Me preocupa en este sentido una buena regulación e implantación del teletrabajo para que no suponga una sobrecarga en las responsabilidades de las mujeres.
No puede ser que una mujer en pleno siglo XXI tenga que elegir entre ser madre o su carrera profesional. No se puede admitir la diferencia salarial, a igual trabajo igual salario, es irrenunciable.
En definitiva, estamos en la buena dirección, hemos avanzado mucho, pero hasta que no eliminemos todas las desigualdades entre hombres y mujeres, todos los días seguirán siendo 8 de marzo.