En un acto presidido por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que asistió acompañado de la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente, se entregaron las condecoraciones que la corporación registral concede anualmente para reconocer el trabajo de los registradores en labores corporativas, y el de las personas e instituciones que trabajan por el fortalecimiento del Estado de derecho. 

Coincidiendo con la fecha del aniversario de la sanción de la Ley Hipotecaria, el Colegio de Registradores de España celebró como cada año su tradicional acto de entrega de las medallas y placas de honor y el homenaje a los registradores jubilados. La jornada estuvo presidida por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y por la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente.

El acto, que contó también con la asistencia de los altos cargos de Justicia como Francisco de Borja Vargues, secretario general para la Innovación y Calidad del Servicio Público de Justicia; Ana Gallego, directora general de Cooperación Jurídica Internacional y Derechos Humanos y Consuelo Castro Rey, abogada general del Estado, reunió además a destacadas personalidades como Encarna Roca, vicepresidenta del Tribunal Constitucional; Mariano Rajoy, ex presidente del Gobierno y registrador; Enrique López, Consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid; María José de la Fuente, presidenta del Tribunal de Cuentas y Beatriz Corredor, registradora y presidenta de Red Eléctrica de España.

“El Colegio de Registradores de España celebró como cada año su tradicional acto de entrega de las medallas y placas de honor y el homenaje a los registradores jubilados. La jornada estuvo presidida por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y por la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente”

Durante la inauguración, Juan Carlos Campo destacó “la contribución de los registradores al Estado de Derecho como garantes de la seguridad jurídica”. Asimismo, el titular de Justicia calificó la función registral como imprescindible para un servicio público de calidad, y clave en la desjudicialización del conflicto mediante la conciliación registral. También subrayó la función de los registradores como referente tecnológico fundamental para la coordinación de los registros mercantiles y para la lucha contra la delincuencia transfronteriza, con herramientas como el Registro de Titularidades Reales.

Campo quiso resaltar, además, el compromiso con la igualdad del Cuerpo de Registradores, donde la presencia femenina es cada vez más importante, con un 60% de mujeres en la última promoción.

Por su parte la decana del Colegio de Registradores, María Emilia Adán, quiso iniciar sus palabras con un emotivo recuerdo a Mercedes Rajoy y a Luis Benavides, “compañeros que nos dejaron este año antes de tiempo, y cuyo recuerdo permanecerá no solo en nuestro corazón, sino también en la institución”. Seguidamente, la decana glosó los méritos de cada uno de los condecorados, “personas y entidades que hacen posible con su esfuerzo, que España sea conocida por tener un institución registral fiable, que dota de confianza a los inversores y protege a la ciudadanía”.

A continuación, la directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública, Sofía Puente, que asistió a su primer acto público con los registradores tras su nombramiento, señaló que cuando fue propuesta para este cargo pensó en que era un reto profesional y personal, y destacó la disposición de colaborar con los registradores para encontrar soluciones consensuadas y negociadas. También se refirió al cambio de denominación de su departamento motivado por la asunción de nuevas competencias, entre ellas, la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA), y por la importancia de la seguridad jurídica en nuestro país.

CONDECORADOS

Con este acto de reconocimiento el Colegio de Registradores “pretende sacar a la luz el trabajo constante, cotidiano y discreto de personas e instituciones que creen que pueden mejorar la calidad de la vida democrática de los que nos rodean”, destacó la decana de los registradores, e insistió en que “necesitamos ejemplos virtuosos que nos muestren modelos de conducta que seguir, y las personas e instituciones premiadas se consagran como faros de conducta, y como ejemplo de ese inconformismo que permite explorar nuevos caminos que nos lleven al fin deseado”.

En esta ocasión, la corporación reconoció con sus medallas de honor a los catedráticos Vicente Guilarte, Carmen Alonso y Ángel Rojo; al abogado del Estado José Manuel Villar y a los registradores Enrique Rajoy, Margarita M.a de Carlos, Adoración Reyes Gómez de Liaño, Ana Isabel Baltar, Joaquín Pedro Torrente,  María del Carmen Iglesias, Jorge López y Gabriel Alonso. 

Llevo veinte años con vosotros, señaló Vicente Guilarte en su intervención,  “y mi agradecimiento al oficio es infinito y lo es también a las personas, que encarno de manera somera hoy en María Emilia Adán, y entonces en José Manuel”. Aspiro, dijo, “a seguir adentrándome con vosotros en el futuro y a fomentar el registro tecnológico que el tiempo y la ciudadanía nos requieren”.

Por su parte Carmen Alonso manifestó que le hacía especial ilusión recibir esta medalla “por razones de amistad y razones de relación que he mantenido durante muchos años con el Colegio, no solo en la Comisión General de Codificación sino también porque hace más de 10 años formé parte del grupo para la reforma del reglamento del Registro Mercantil”.

En sus palabras de agradecimiento José Manuel Villar señaló que “asesorar a un colectivo cuya función es tan importante como la salvaguarda de la seguridad jurídica es un especial honor”. Y destacó que en un país en el que se judicializa casi todo, “que el ámbito registral ofrezca unos mecanismos de salvaguarda de los derechos sin necesidad de acudir a los tribunales es una garantía para todos”.

Ángel Rojo agradeció al Colegio esta distinción que “me estimula más para estar al servicio de todos, tanto del Ministerio, a través de la Dirección General, como del propio Colegio en lo que es un reto importante: saber los pasos adelante, en algunos casos rupturistas, que tiene que dar el Registro Mercantil tal y como lo tenemos configurado en la actualidad”. 

Finalmente Margarita de Carlos que habló en representación de los demás registradores que fueron galardonados con esta medalla, reconoció el orgullo que le producía recibirla “porque significa el reconocimiento a muchos días y horas de trabajo extra que hemos realizado en favor de los compañeros pero, sobre todo, de la institución registral”.  De Carlos tuvo también un agradecimiento especial “a las familias que se han visto privadas de nuestro tiempo y dedicación para que nuestros esfuerzos pudiesen enfocarse a estas labores”.

En este año, las placas de honor del Colegio fueron concedidas a la Guardia Civil, que fue recogida por Manuel Llamas, general de Brigada jefe de la jefatura de la Policía Judicial del Cuerpo; al Consejo General de la Abogacía, recibida por su presidenta, Victoria Ortega; al Consejo General de Procuradores, representado por su presidente, Juan Carlos Estévez y al Consejo General de Gestores Administrativos, que recogió su presidente, Fernando Jesús Santiago. Todos ellos agradecieron en nombre de sus instituciones el reconocimiento que supone esta distinción.

HOMENAJE

El tradicional acto de entrega de las medallas de honor es el momento elegido también para rendir un merecido homenaje a los registradores que cumplieron la edad de jubilación en 2019: Ramón Orozco, José María Méndez, Francisco Salvador, Antonio Jiménez, Juan Carlos González, Leopoldo Sánchez, Eduardo de Paz, Manuel Galán, Antonio García Conesa, Joaquín Cortés, Dolores Fernández Pacheco, Fernando Curiel, Manuel Casero, Florentín Daniel Gil, Concepción Rodríguez, Jesús Garbayo, Eduardo Martínez y Ramón Abelló.

En representación de todo el grupo habló Ramón Orozco, que recordó la dificultad adicional que supuso para ellos su incorporación a la profesión. La mayoría de nosotros, dijo, procedemos de la promoción de 1976, “un año muy importante porque ingresamos con una serie de conocimientos jurídicos que luego tuvimos que modificar con las nuevas leyes que se redactaron durante la Transición”. Orozco finalizó su intervención destacando el privilegio de haber podido ejercer “una de las profesiones que son más útiles a la sociedad”. María Emilia Adán se dirigió a ellos señalando que la condición de registrador o registradora no se perdía por dejar el servicio activo, y les recordó que en su nueva etapa tendrían abiertas las puertas del Colegio de par en par como “lugar de encuentro con las nuevas generaciones, pero también con los ciudadanos que requieren de vuestra sabiduría”.