Para mí desde luego es un honor haber podido tener la oportunidad de entregar el premio a la presidenta del Consejo de Estado, un órgano absolutamente indispensable en la arquitectura institucional de nuestro país.
Tal y como podemos leer en el Diario de Sesiones todavía hoy del Congreso de los Diputados de aquel lejano año de 1907, Gumersindo de Azcárate presentó ante las Cortes una ley, la Ley de nulidad de ciertos contratos de préstamos. Le parecía, y así lo explicó en aquel Diario de Sesiones en aquel debate, que era el momento, el lugar y la herramienta jurídica necesaria para luchar contra la usura y luchar contra aquellas personas que ante seres humanos más vulnerables ellos hacían negocio.
Esa norma que reivindicaba la Justicia, que reivindicaba que tuviéramos un orden jurídico y un orden social que fuera justo como hoy lo reivindica nuestra Constitución, creo que pone muy de manifiesto la figura de Gumersindo de Azcárate que da nombre al premio que los registradores entregan hoy al Consejo de Estado. Esa apuesta por las instituciones, por la acción pública, por las políticas públicas, por las leyes que son capaces de mejorar la vida de nuestros conciudadanos. A eso nos dedicamos en lo público y a eso se dedican todos ustedes desde los diferentes puestos de responsabilidad que tienen.
El jurista, el historiador, el catedrático, el político que da nombre a este premio, fue un ejemplo de hombre de Estado, fue un ejemplo de jurista, fue un defensor de la libertad de expresión, y de hecho fue purgado de la universidad precisamente por defender la libertad de cátedra y la libertad de expresión, por eso fue uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza, una de las experiencias pedagógicas más importantes, más avanzadas de nuestro país tanto en el siglo XIX como en el siglo XX, donde pudo compartir con grandes personajes de nuestra historia, grandes hombres de Estado que hicieron nuestro país, España, mejor.
“Que se conceda este premio al Consejo de Estado nadie de los aquí presentes lo podremos poner en duda. Creo que conecta perfectamente la biografía de Gumersindo de Azcárate con lo que supone el Consejo de Estado hoy en nuestra institución y en nuestro Estado de Derecho”
Que se conceda este premio al Consejo de Estado nadie de los aquí presentes lo podremos poner en duda. Creo que conecta perfectamente la biografía de Gumersindo de Azcárate con lo que supone el Consejo de Estado hoy en nuestra institución y en nuestro Estado de Derecho. Es el artículo 107 de nuestra Constitución el que se refiere al Consejo de Estado. Vela por la observancia de la Constitución, dictamina sobre las consultas que le hace el Gobierno o por el correcto funcionamiento de la Administración Pública. La figura de la presidenta, la figura de todos los consejeros aquí presentes, consejeros permanentes del Consejo de Estado, consejeras permanentes del Consejo de Estado, también los electivos, hacen su labor cada día para garantizar que se cumple ese mandato, mejorando la calidad de las normas que mandamos al Consejo de Estado para informe y también asesorando al Gobierno en las funciones que tiene el Consejo de Estado.
Por eso una frase de la presidenta del Consejo de Estado que la repite con cierta frecuencia, de que el Consejo es la casa de la reflexión jurídica pero no de la controversia política, creo que define muy bien lo que es y lo que debe ser el Consejo de Estado, es el sentido último que ha de tener el máximo órgano consultivo del Estado, poder ilustrar al Gobierno, poder ilustrar a las comunidades autónomas también, en la labor que tenemos de llevar a cabo políticas públicas para hacer que la convivencia en nuestro país sea cada día mejor.
Es una labor titánica que ha de estar fuera de contextos políticos concretos, que ha de hacerse como se ha venido haciendo siempre por el Consejo de Estado, de una manera ejemplar. Por eso es un premio absolutamente merecido. Como ministro de la Presidencia en este caso creo que soy el que más contacto tengo con el Consejo de Estado, sino el que más, estaré seguro en los puestos de arriba, y quiero decir que compruebo con mis propios ojos como el Consejo de Estado hace siempre esa labor después de debates interesantes, profundos, detallados, serenos en el seno del Consejo de Estado, con las personas que lo conforman que son de un prestigio y de una autoridad indiscutible en nuestro país y que por tanto mejoran desde luego la calidad de nuestras normas.
Por eso felicito al Consejo de Estado por recibir este premio, felicito a los registradores, gracias presidenta por darme la oportunidad de entregar el premio. Creo que el premiado, el Consejo de Estado, es en este caso absolutamente indiscutible. Acierto en la concesión del premio, acierto también en el Consejo de Estado en la labor que hace en el día a día, y por tanto el legado de Gumersindo de Azcárate creo que hoy se ve de nuevo reforzado con este premio a nuestro gran órgano consultivo, ejemplo de muchos en Europa, que es el Consejo de Estado. Enhorabuena Carmen, y enhorabuena también, María Emilia.