“Lo único que puede salvar a nuestro país es que mantenga su pluralismo y diversidad”
Cofundador de Los Sabandeños, y uno de los más veteranos del grupo, Elfidio Alonso Quintero sigue siendo el alma mater de esta formación musical tinerfeña que ya acumula más de medio siglo de vida. Miembro honorario de la Academia Canaria de la Lengua desde 2022, no sólo la música ha alimentado la trayectoria profesional de este amante del folclore canario, que también ha ejercido como periodista y político, y cultivado diversos géneros literarios como escritor.
Comencemos retrocediendo a 1965 y a los orígenes de Los Sabandeños. ¿Cómo surge la idea de crear esta agrupación musical?
Éramos un grupito de amigos a los que nos gustaba la música y tocábamos en romerías, parrandas y locales socio-culturales, hasta que Paco Padrón y Norberto Yáñez, fundadores de la primera discográfica canaria, se fijaron en nosotros y nos ofrecieron grabar un disco con cuatro canciones, un Extended Play (EP). Por entonces todavía no teníamos un nombre, y se nos ocurrió el de Los Sabandeños por el nombre de una finca, Sabanda, a la que íbamos a menudo a ensayar.
Hace unos años celebraban el medio siglo de vida del grupo. En su opinión, ¿cuáles han sido las claves para que hayan perdurado en el tiempo?
Creo que la constancia tiene mucho que ver, así como el haber sabido amoldarnos a situaciones complicadas que otros grupos no han podido superar; pero también un sentimiento poderoso que nos ha permitido subsistir y permanecer.
En este más de medio siglo, ¿cómo han evolucionado la música y el folclore canarios?
Nosotros quisimos hacer de la música canaria nuestra seña de identidad, y son varios los grupos que han secundado nuestro ejemplo de no ir al negocio, sino hacer las cosas por amor a nuestra idiosincrasia. Eso nos hace sentir muy satisfechos.
“Quisimos hacer de la música canaria nuestra seña de identidad, y son varios los grupos que han secundado nuestro ejemplo de hacer las cosas por amor a nuestra idiosincrasia. Eso nos hace sentir muy satisfechos”
¿Y qué ha sido lo mejor de estos años?
Lo mejor, sin duda, la fidelidad de la gente, que siempre ha creído en nosotros y han considerado que formamos parte de la cultura tradicional canaria, por nuestra labor de rescate, divulgación y de celadores de todos los aspectos que siguen muy vivos en todos los habitantes del archipiélago.
¿Diría que a Los Sabandeños aún les queda mucho camino por delante? ¿Cómo reciben su música las nuevas generaciones?
Las nuevas generaciones nos han recibido muy bien, porque tenemos la suerte de contar con un público tradicional muy fiel, que ha ido contagiando esa pasión a la juventud. Además, nosotros también hemos ido renovando a los miembros de la agrupación con gente más joven y más preparada, que sabe más de música que nosotros, que puede tocar una partitura y que nos ha dado una mayor dimensión musical. De hecho, sólo quedamos cinco fundadores y somos 35.
¿En qué está ahora la agrupación?
Estamos de gira con un espectáculo homenaje a mi persona, que me han regalado mis compañeros y por el que les estoy verdaderamente agradecido. Además, estamos muy satisfechos de la acogida que nos está dispensando el público y por el cariño que nos demuestran. Por otro lado, en enero estaremos en el Wizink Center de Madrid, participando en el homenaje a M.ª Dolores Pradera. Allí cantaremos alguna canción que hicimos con ella, como el clásico La flor de la canela, y disfrutaremos de este homenaje junto a otros amigos y la familia de la artista.
Hablando de M.ª Dolores Pradera, ¿qué ha significado ella para Los Sabandeños?
Ha sido un ejemplo para nosotros. Ella nos facilitó el camino en la elección del cancionero latinoamericano y hemos colaborado de forma estrecha en recitales, conciertos y discos. Le estaremos eternamente agradecidos por su magisterio y por su ejemplo.
¿Qué lugar ocupa la música en la vida de Elfidio Alonso?
Yo creo que el músico se hace, pero también nace. Y a mí me pasó un poco eso. A los cinco años, ya tenía una afición enorme por la música y en verano cantaba por los bares de la isla del Hierro con mis tíos, llevando las canciones de mi tierra, Tenerife, porque, por aquel entonces, el único medio de transmisión era la radio, el cine y poco más, y la música era un buen vehículo de transmisión entre islas. Entonces ya era, y aún sigue siendo, una de mis grandes pasiones.
¿Y qué instrumentos toca?
Un poco de todo: el timple canario, que es un instrumento de cuerda pulsada parecido a la guitarra, pero bastante más pequeño y de sólo cinco cuerdas; un poco la guitarra; y en el grupo soy oficialmente “el pandereta”, un apodo del que me siento orgulloso, porque es un instrumento de los más antiguos y muy ligado al folclore español. Aunque, quizá, me hubiera gustado aprender a tocar algún instrumento de viento, como el saxofón, la flauta o el clarinete, o incluso la huesera, un instrumento hecho con huesos de cordero en forma de escalera, que se cuelga al cuello y se hace sonar frotándolo con una castañuela.
No obstante, la música no lo ha ocupado todo en su vida; también ha ejercido como periodista, político y escritor, ¿alguna de estas profesiones pesa más en su vida que las demás?
Todas se complementan, derivan y conducen unas a otras. Estudié Periodismo en la Universidad de La Laguna, y durante 13 años fui redactor jefe del periódico El Día, también hice radio y televisión, y compuse la sintonía del programa El Tenderete, que aún sigue en la parrilla de TVE los fines de semana. Además, soy licenciado en Derecho y miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife desde hace 50 años, aunque, confieso que sólo he ejercido esta profesión en una ocasión, interviniendo como fiscal suplente durante tres meses.
En cuanto a la política, llegué de la mano de un partido nacionalista, ahora reconvertido en Coalición Canaria, pensando en que me brindaría una oportunidad única para defender mi deseo de mantener las señas de identidad de nuestro pueblo. Aunque ya tenía inquietudes políticas, porque mi padre fue diputado en Cortes con la II República y, condenado a muerte, tuvo que escapar cuando yo era sólo un bebé, y ya no pude verle hasta que cumplí 14 años, cuando nos dieron un permiso especial a mi madre y a mí para visitarle en París, donde vivía exiliado.
“Tenemos la suerte de contar con un público tradicional muy fiel, que ha ido contagiando esa pasión a la juventud”
Se presentó como candidato a la alcaldía de La Laguna y ganó las elecciones hasta en tres ocasiones. ¿Cómo recuerda sus tres legislaturas como primer edil de su ciudad natal?
Con muchísimo cariño. Creo que la gente me apoyó, y la prueba es que salí vencedor tres veces consecutivas, manteniendo entre 12 y 11 diputados, lo que quiere decir que algo hice bien.
¿Y qué piensa de los políticos de hoy en día y de la actual situación de España?
Creo que lo único que puede salvar a nuestro país es que mantenga su pluralismo y diversidad ideológica, y los perfeccione a través del diálogo y los acuerdos. Porque todos dependemos de todos y nos complementamos y enriquecemos unos a otros.
¿Qué le gustaría dejar como legado?
El folclore hace familia, amigos y hermanos, y eso ya lo llevo conmigo. Con 88 años, mi papel en Los Sabandeños ya es de mero asesor, aunque ellos me llaman “el jefe” y “el patrón” y me llena de orgullo y satisfacción ese respeto, no me gusta pavonearme, y sigo intentando ser útil a mis compañeros, me aprendo todas las canciones y no falto a ningún ensayo, pero viajo menos y sólo voy a las actuaciones si no están demasiado lejos.
Una misión cultural de más de medio siglo
Reconocidos como grandes embajadores de la música hispana, Los Sabandeños llevan más de medio siglo cohabitando en la historia musical con personalidad, reconocimiento y éxitos.
Su labor, ininterrumpida desde que en 1965 unos amigos del entorno universitario de La Laguna (Tenerife) se formalizaron como agrupación musical, se refleja en más de 95 trabajos discográficos, que recogen parte del legado tradicional canario y latinoamericano, canciones de creación propia y versiones adaptadas.
Con más de dos millones de copias vendidas de sus discos, que han sido editados hasta en Japón, son los únicos españoles, además de Julio Iglesias, que cuentan con un Disco de Diamante. Han colaborado con los nombres más importantes de la música hispana, como M.ª Dolores Pradera, Pablo Milanés, Caco Senante o Soledad Jiménez, entre otros. Y el Gobierno de Canarias les otorgó la Medalla de Oro en 1995, así como el Premio Canarias de Cultura Popular. También son varias las calles del archipiélago bautizadas con su nombre.
Pero esto es sólo una pequeña muestra de los múltiples reconocimientos nacionales e internacionales que ha recibido esta formación con más de 35 componentes, encabezados por uno de sus fundadores, Elfidio Alonso.
Y es que el engranaje de Los Sabandeños se mueve preciso gracias al equilibrio entre la veteranía de componentes que acumulan décadas dentro de la formación y la juventud de las nuevas generaciones de músicos que van incorporándose, todos con una gran preparación y un dominio absoluto de sus instrumentos, bajo la batuta del director musical Israel Espino.
Con su apuesta por renovar el folclore y la canción canaria, introduciendo nuevos instrumentos, pero sin perder un ápice del amor por la cultura y la tradición popular que conservan desde sus orígenes, Los Sabandeños están convencidos de que aún les queda un largo camino por explorar.
Gema Fernández