«No nos empeñemos en intentar que el Blockchain encaje absolutamente en cualquier sector o industria”


Cristina Carrascosa pertenece al grupo de trabajo del Observatorio Blockchain, creado por la Comisión Europea con el apoyo del Parlamento. Licenciada en Derecho y apasionada de la tecnología y los sistemas legislativos, ha trabajado durante la mayor parte de su carrera en Firmas Legales Internacionales. Coautora del libro Blockchain: la revolución industrial de internet y graduada por el IE Law School, es actualmente directora legal de dos startups que trabajan con tecnologías descentralizadas, ChainGo y Klenergy. Además, es profesora asociada de otras escuelas de Negocio como el IE Business School.


 

¿Qué supone para usted la incorporación al Observatorio de la Unión Europea? ¿Cree acertado el acercamiento de la UE a la tecnología blockchain (BC)?

Para mí, un reconocimiento profesional y la oportunidad de poder colaborar y trabajar en el ámbito europeo para que la tecnología blockchain pueda desarrollarse en dicho entorno bajo el paraguas legislativo adecuado. Que la propia Comisión haya decidido crear un órgano que actualmente tiene dos grupos de trabajo con los profesionales que más y mejor conocen la tecnología blockchain es, en mi opinión, un movimiento acertado, no solo porque demuestra que quieren conocer primero qué es, de la mano de personas que trabajan día a día con ella, sino porque además es una aproximación a la regulación muy adecuada. No regular en caliente, primero entender de qué estamos hablando. La Unión Europea es consciente de que la tecnología blockchain es un sector que además de innovación aporta inversión y generación de empleo de alta calidad, por lo que sentar las bases para que los proyectos no se vayan fuera es fundamental.

¿Qué opina de iniciativas como Alastria de la que el Colegio de Registradores participa?

Cualquier iniciativa que pretenda unir y fomente la cooperación, a mí me parece acertada.

¿Cómo entiendes que los smart contracts integrados en BC pueden conciliarse con la normativa de protección al consumidor y protección de datos? ¿Sería necesario que lo que acceda a una hipotética BC sea controlado por alguien para evitar que la inmutabilidad de la BC se arrastre a lo largo del tiempo?

Creo que los smart contracts nacieron con un objetivo claro, y que actualmente los tenemos un poco desvirtuados. No son contratos, sino software obediente. Y también creo que la normativa de protección de datos se elaboró antes de que la tecnología blockchain tuviese esta primera fase de proliferación, por lo que quizás ha llegado el momento de intentar conciliar la una con la otra. Pero tener a alguien controlando lo que se sube a una blockchain no tiene ningún sentido, para eso, mejor utilizar bases de datos que se pueden modificar en cualquier momento.

¿Cuál es su opinión sobre los casos de uso proyectados para el Registro de la Propiedad o el Registro Mercantil en otros países? ¿No están más cerca de un archivo de transacciones que de un Registro de derechos?

El problema con los activos materiales y la blockchain es la dificultad de conciliar la realidad offchain con la onchain, es decir, crear el reflejo de lo que sucede en el tráfico jurídico en la cadena de bloques.

“La Unión Europea es consciente de que la tecnología Blockchain es un sector que además de innovación aporta inversión y generación de empleo de alta calidad”

Por eso, iniciativas que ya existen en otros países relacionadas con el Registro de la Propiedad o el Mercantil y Blockchain están aún en fase muy embrionaria en otros países, porque el desarrollo de un protocolo que refleje de forma exacta la realidad del tráfico jurídico es complicado y limitado.

¿Puede ser el BC un buen medio de acceso de documentación a los diferentes registros?

Si, perfectamente.

¿Es el BC de ahora un adelanto de lo que va a ser el verdadero BC?

No creo que haya una “verdadera” Blockchain. Creo que como sociedad le estamos exigiendo desde el principio demasiado. Quiero decir, hay tecnologías coetáneas a la Blockchain a las que no les pedimos que sean capaces de funcionar y hacerlo bien en un periodo tan breve de tiempo. Ethereum, por ejemplo, es una Blockchain que ha evolucionado a través de contribuciones públicas, no tiene empuje privado y además lo hace a nivel mundial, que es más complicado aún si cabe. Después de casi 10 años, hace algunas cosas bien y otras no tanto, pero aun así, me encuentro frecuentemente con que se le exige que sea capaz de cubrir casi cualquier caso de uso.

Blockchain es una tecnología que sirve para lo que sirve. No nos empeñemos en intentar que encaje absolutamente en cualquier sector o industria. Evolucionará, y se ira perfeccionando lo que pueda funcionar mejor, pero no significa que la que tenemos ahora no sea verdadera.


Compromiso europeo con las tecnologías de cadena de bloques

El observatorio y foro de la cadena de bloques (blockchain) que ha puesto en marcha la Comisión Europea, con el apoyo del Parlamento Europeo, resaltará las principales novedades de esta tecnología, promoverá los agentes europeos y reforzará el compromiso europeo con las numerosas partes interesadas que intervienen en actividades de cadena de bloques.

Las tecnologías de cadena de bloques, que permiten almacenar bloques de información distribuidos por la red, se consideran un avance muy significativo, ya que garantizan niveles elevados de trazabilidad y seguridad en las transacciones económicas en línea.

La comisaria europea de Economía Digital y Sociedad, Mariya Ivanova Gabriel, en la presentación del Observatorio, realizado el pasado 1 de febrero, detalló que “construirá un foro abierto para los tecnólogos, innovadores, ciudadanos, partes interesadas de la industria, autoridades públicas, reguladores y supervisores de Blockchain, para discutir y desarrollar nuevas ideas y direcciones”. La pretensión del observatorio, dijo, “es monitorizar y aprovechar las enormes oportunidades que la tecnología de la cadena de bloques puede aportar tanto al sector privado como al público”.

La Comisión Europea ha financiado proyectos sobre la cadena de bloques a través de los programas de investigación de la Unión Europea (7.º PM y Horizonte 2020) desde 2013. De aquí a 2020, financiará proyectos que podrían hacer uso de las tecnologías de cadena de bloques, por un importe de hasta 340 millones euros.

El observatorio desempeñará un papel activo en este ámbito, ayudando a Europa a aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece la cadena de bloques, desarrollar competencias y mostrar su liderazgo en este ámbito.