“El humor no te excusa de todo, pero tampoco hay que judicializarlo”
Dice que nació “para contar historias”, y comenzó a hacerlo desde muy joven. Con su Manolito Gafotas conquistó las ondas siendo una veinteañera, y hoy su personaje ha traspasado fronteras y ella es una de las escritoras más reputadas de nuestro país.
Con varias novelas publicadas, guiones de cine, un Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, y una columna en El País, su inquietud comunicadora la ha llevado a subirse a un escenario para revivir la posguerra, teatralizando una historia familiar en El niño y la bestia, mientras espera la publicación de su nueva novela, A corazón abierto, y su Manolito cumple un cuarto de siglo estrenando serie en Hollywood.
Cerró 2019 subida a un escenario con El niño y la bestia, ¿cómo surge este espectáculo?
Hace 2 años, vino a verme María Lindo, a la que no conocía aunque su abuelo y mi padre eran primos. Ella es oboísta y vive en Berlín, y me pidió que le escribiese un texto para un espectáculo musical. Por entonces, yo trabajaba en un libro de relatos sobre mis padres, y me pareció bonito reescribir para el teatro una de esas historias que, de alguna manera, nos unía a ambas. Le pasé el texto, y sobre él Jarkko Riihimäki compuso la partitura. El espectáculo terminó de cuajar en los ensayos que tuvimos en Berlín, donde estrenamos en noviembre de 2018, coincidiendo con el acto de celebración del 30 aniversario del hermanamiento de esta ciudad con Madrid, en presencia del alcalde berlinés, Michael Müller, y la entonces alcaldesa madrileña, Manuela Carmena.
¿Cuáles son sus sensaciones interpretando algo tan personal?
Subo al escenario muy nerviosa. En la función me convierto en una narradora que sigue los pasos de un niño (que es mi padre) por las calles de Madrid. Apoyada por la música, explico cómo se siente en esa ciudad devastada por la guerra, en la que también encuentra nuevos amigos y vive momentos que le hacen sonreír. Quiero que los espectadores se emocionen con esta historia, que hagan el viaje conmigo mecidos por la música en directo, pero tengo que contener mis emociones para no perder el control, y el equilibrio es difícil.
Ha hecho pequeños papeles en cine y televisión. Después de esta experiencia teatral, ¿volvería a subirse a un escenario?
Me lo propusieron hace unos meses, pero creo que aún no estoy preparada. Lo he pasado muy bien haciendo cameos en el cine, pero el teatro me parece algo dificilísimo, alto riesgo. Hay que tener una valentía especial para enfrentarse a un escenario. Después de esta experiencia, admiro a los actores muchísimo más de lo que ya lo hacía.
VIAJE MUSICAL AL MADRID DE LA POSGUERRA
Un “relato musical para adultos” protagonizado por un niño de nueve años obligado a madurar aceleradamente, y solo, en el Madrid devastado por la Guerra Civil en los meses posteriores a la firma de la paz. Ésa es la mejor definición de El niño y la bestia para Elvira Lindo, quien refleja en esta historia lo que su propio padre, Manuel Lindo, que ya había aparecido en varias de las columnas escritas por su hija periodista, le contaba sobre cómo fue enviado por sus progenitores a vivir a la capital con una tía enfermera, porque ellos tenían “demasiadas bocas que alimentar”. Pero la tía era una mujer de las de “la disciplina, con sangre entra”, y el pequeño Manuel, huyendo de sus castigos, pasó muchas horas deambulando por las calles. Sus sensaciones y experiencias en esas escapadas son las que ahora relata su hija, acopañada en directo por el sexteto berlinés Linien Ensemble.
Ha estrenado 2020 con la noticia de que Hollywood quiere hacer una serie con las historias de su querido Manolito Gafotas. ¿Cómo se siente?
Al principio me sorprendió mucho, pero la historia de este personaje literario ha sido siempre sorprendente. Sólo espero que la serie sea buena y que llegue a todos los públicos, porque Manolito es para todos los públicos.
¿Sabe ya quién será Manolito y si vivirá en Nueva York o en Madrid?
No sé mucho aún, porque estamos en la primera fase del proyecto, pero el protagonista seguirá siendo un niño del barrio de Carabanchel, eso seguro.
Y ahora que se cumple un cuarto de siglo de la creación del personaje, ¿se plantea retomar su historia con él adulto?
Acabo de hacer una ficción sonora para RNE, en breve publico una novela, voy a hacer un guion para el cine, y en junio llevamos El niño y la bestia a un festival precioso en la huerta de Valencia, en Picanya, así que… tendrá que esperar un tiempo.
¿De qué trata A corazón abierto, la novela que verá la luz en marzo?
He intentado indagar en la psicología de 2 personas tan cercanas como misteriosas para mí: mis padres. De niña pasaba el tiempo observándolos y tratando de comprenderlos, y llevaba mucho tiempo pensando en escribir sobre su historia de amor, la enfermedad de mi madre, e incluso relatar su juventud, tal y como yo la imagino. Así que, los he convertido en personajes de novela a través de mi mirada en diferentes etapas de mi vida.
“La escritura es para mí una necesidad de comunicar que me nace de las entrañas. Nunca he escrito para meterlo en un cajón”
¿Lo de escribir le viene de niña?
Escribo desde pequeña. La escritura es para mí una necesidad de comunicar que me nace de las entrañas. Nunca he escrito para meterlo en un cajón; siempre he necesitado que alguien lo escuchara o leyera.
¿Y suele autocensurarse?
No mucho. Incluso, empleando el humor, he entrado en terrenos complicados, que me exponían, y he sufrido la corrección política o el desdén. Pero el humor es algo básico en mí, tiene que ver con la materia orgánica de la que estoy hecha, con mi forma de moverme.
¿Hay un límite para el humor?
El humor no te excusa de todo; hay cosas que no tienen gracia. Yo he hecho mucho humor y no me ha resultado necesario burlarme de alguien o herir a nadie profundamente. Creo que cada uno debe marcarse los límites. Lo que no hay que hacer es judicializar el humor.
¿Qué le quita el sueño?
A veces, el nerviosismo de exponerme delante de los demás. Otras, la situación del país, la incertidumbre del futuro para la gente joven, porque tengo hijos jóvenes…
Si hubiese aceptado la cartera de Cultura que le ofreció Pedro Sánchez en la anterior legislatura, ¿en qué frentes hubiese actuado primero?
Me parece muy urgente el Estatuto del Artista. El Estado debe comprender que un artista tiene una vida profesional muy incierta y, por tanto, sus ingresos también lo son, y debería tenerlo en cuenta a la hora de declarar a Hacienda. Los han hecho sufrir mucho en los últimos años, y no me parece justo.
LA VIDA CON UNA SONRISA
“Sonríe aunque te duela el corazón. Sonríe aunque se esté rompiendo. Cuando hay nubes en el cielo, te las arreglarás si sonríes a través de tu miedo y tristeza. Sonríe, y tal vez mañana verás que el sol brilla por ti”. Así se lee en español la primera estrofa de Smile, la canción con música de Charles Chaplin y letra de Geoffrey Parsons y John Turner, que Elvira Lindo decidió poner de banda sonora de su vida hace mucho tiempo.
La escritora, y actriz ocasional en alguna de las películas que ha guionizado, acaba de recoger un premio internacional en Bilbao que la reconoce como “humorista vocacional” y “escritora cuyo sentido del humor con mirada propia está presente de modo inseparable tanto en su obra, como en su manera de afrontar la vida”. Y precisamente risas no faltan en su casa, donde –dice– “tenemos muy buen humor y reímos todos los días por cualquier chorrada”.
Gema Fernández González