“El consenso siempre es un aval importante para un equipo y para un programa”


Con la serenidad de quien conoce la Institución Registral y el entusiasmo de quien cree firmemente en su potencial de transformación, María Rosario Jiménez Rubio asume el cargo de decana del Colegio de Registradores marcada por un compromiso claro: modernizar sin perder la esencia, reforzar la presencia pública del Registro y consolidar una cultura corporativa basada en la excelencia técnica, el servicio al ciudadano y la cooperación institucional.

En esta conversación aborda los retos inmediatos, la digitalización, el papel del registrador en la seguridad jurídica de la economía y los cambios que, a su juicio, definirán el futuro de la profesión. Le agradecemos su disponibilidad y le deseamos mucha suerte y acierto en esta nueva etapa que comienza para el Colegio de Registradores.


La nueva decana del Colegio de Registradores, María Rosario Jiménez Rubio, acaba de tomar posesión de su cargo. Dentro de nuestra revista, la actual decana ha participado publicando artículos así como en la sección de entrevistas, entre las que destacan las realizadas a personalidades como Vicente del Bosque, Juan Bravo Baena, Rosa Aguilar o Juanma Moreno e Inmaculada Montalbán, entre otros. Decana, ¿qué percepción de nuestra revista le han trasmitido sus entrevistados a lo largo de este período y cómo valora la revista como mecanismo de difusión de nuestros proyectos e ideas?

La sección de entrevistas en la que participo, y espero que siga contando conmigo, me ha permitido entablar conversaciones personales con profesionales del mundo político, jurídico e incluso deportivo con los que he coincidido casualmente en mis tareas corporativas, y que considero amigos, como los citados. Todos son entrañables, carismáticos y tienen interesantes experiencias vitales que dejan asomar en las entrevistas. Además, la revista Registradores es muy valorada y prestigiosa, tiene un público muy numeroso, y a los profesionales les gusta mucho por su combinación de temáticas, que van desde las propuestas literarias a los comentarios de resoluciones, y por la apuesta renovadora que ha experimentado en los últimos años. Y, por supuesto, nuestra revista tiene el valor añadido de ser vehículo de transmisión de nuestro trabajo, nuestros proyectos inmediatos, e inspiradora para todos en cualquier caso.

El proceso electoral recientemente celebrado en el Colegio de Registradores finalizó con la proclamación de la candidatura que usted lideraba. ¿Qué ha supuesto para la Institución Registral este proceso electoral?

El Colegio de Registradores ha vivido un proceso electoral pacífico y un relevo tranquilo en su Junta de Gobierno, que implica unidad y cohesión en una Corporación, además de confianza en el equipo y deseo de continuidad en los proyectos que están en marcha y en las líneas de actuación. El consenso siempre es un aval importante para un equipo y para un programa. Además, implica la responsabilidad de mantenerlo, ya que, como dice la célebre frase atribuida a Henry Ford, “llegar juntos es el principio; mantenerse unidos es el progreso, y trabajar juntos es el éxito”. Cada uno de nosotros aporta talento y esfuerzo al equipo. Y los registradores somos, sin duda, un gran equipo. 

Usted ha colaborado en tareas corporativas durante más de veinte años, ocho de ellos como decana territorial en Andalucía Oriental. ¿Qué le ha motivado para dar este nuevo paso al frente y qué supone para usted?

Comencé a colaborar en el Colegio recién aprobada, y he tenido la oportunidad de trabajar con todas las Juntas de Gobierno desde entonces en distintas áreas. Hemos tenido compañeros muy comprometidos y dedicados en todas ellas, a los cuales no dejo pasar la ocasión de agradecer en nombre de todos los compañeros ese intenso trabajo y ese sacrificio personal que supone el trabajo corporativo. El Colegio es responsabilidad y deber de todos, y el resultado es la sumatoria de ese esfuerzo común. Conservar y reforzar el trabajo hecho por mis antecesores, y seguir construyendo el futuro con ilusión, mejorar y facilitar el trabajo de los colegiados y el funcionamiento del Colegio… ésa es la motivación. 

Personalmente, es un privilegio y un grandísimo honor representar a los registradores. Somos un colectivo prestigioso por nuestro extraordinario trabajo, y un pilar fundamental de la seguridad jurídica y la estabilidad económica de España, además de una referencia internacional. Es un orgullo inmenso ser la decana del Colegio de Registradores en cualquier foro.

“El Colegio es responsabilidad y deber de todos, y el resultado es la sumatoria de ese esfuerzo común”

Ha asumido el decanato en un momento de cambios normativos, tecnológicos e institucionales. ¿Cómo afronta este inicio de mandato y cuáles son las prioridades que se ha marcado?

Asumo el decanato con una mezcla de responsabilidad, ilusión y sentido de la continuidad. El Colegio de Registradores ha avanzado de manera significativa en los últimos años, especialmente en el ámbito tecnológico y en la consolidación del Registro como garante de seguridad jurídica preventiva. Mi objetivo es construir sobre ese trabajo, reforzarlo y llevarlo un paso más allá.

Las prioridades del inicio de mandato se articulan en tres ejes. El primero es la modernización institucional, entendida no solo como digitalización, sino como un proceso más amplio que afecta a la organización interna, a la comunicación, a la formación continua y a la capacidad de anticipar los cambios normativos.

El segundo eje es la proyección social y divulgativa del Registro. A veces damos por supuesto que la ciudadanía entiende qué hacemos, pero no siempre es así. Creo que tenemos la obligación de explicar de manera cercana el papel que desempeñamos en la economía: sin Registro no hay crédito hipotecario fiable, no hay seguridad en las transacciones inmobiliarias, no hay protección efectiva frente a la suplantación o el fraude. Difundir esta labor es una prioridad.

Y el tercer eje es la cooperación institucional, tanto con los ministerios con los que trabajamos de forma habitual como con otras corporaciones jurídicas, colegios profesionales, universidades y organismos públicos. El Derecho registral se encuentra en un punto de encuentro entre la innovación, el e-gobierno y la protección del ciudadano, y esa posición nos obliga a trabajar en red.

Empieza un mandato exigente, pero estoy convencida de que contamos con una estructura sólida y con un Cuerpo de Registradores altamente preparado para asumirlo.

La digitalización es un proceso imparable. ¿Qué pasos concretos prevé impulsar para consolidar un Registro plenamente electrónico y qué desafíos se plantean en este proceso?

La digitalización es, sin duda, uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, y el Registro no puede ser una excepción. Sin embargo, me gusta insistir en que la digitalización debe ser un medio, no un fin. El objetivo no es tener un Registro “moderno” en términos técnicos, sino un Registro más accesible, más seguro y más eficiente para los ciudadanos, empresas y administraciones públicas. En esta línea, vamos a impulsar varias líneas de actuación.

En primer lugar, el desarrollo y consolidación del Registro electrónico, de forma que la consulta, presentación de documentos y tramitación puedan realizarse íntegramente por vía telemática, con todas las garantías jurídicas que forman parte de nuestra identidad profesional. En este sentido hemos avanzado mucho, pero queda por completar la interconexión plena de sistemas y la automatización de ciertos procesos auxiliares.

Además, hay que reforzar la ciberseguridad y la protección de datos. La digitalización exige sistemas robustos, auditorías permanentes y una cultura de seguridad compartida por todos. Los ciudadanos confían en que el Registro custodia información sensible, y debemos estar a la altura de esa confianza.

Igualmente, queremos profundizar en la formación tecnológica continua para registradores y empleados. La tecnología no puede dejarnos atrás. El Colegio tiene la capacidad de ofrecer una formación especializada de gran nivel, y vamos a ampliarla.

Por lo tanto, las nuevas tecnologías exigen adaptación normativa, inversión sostenida, gestión del cambio y, sobre todo, la necesidad de mantener intacto el espíritu del sistema registral. La digitalización no puede erosionar la esencia de nuestra función: la calificación jurídica independiente y la responsabilidad profesional.

“Nuestros ejes de trabajo prioritarios son la digitalización, la proyección social y divulgativa del Registro y la cooperación institucional”

Retos de los registradores de España de cara al futuro. ¿Qué desafíos afronta nuestra función?

Vivimos en un mundo dinámico, donde emergen nuevas formas de hacer negocio, nuevas estructuras patrimoniales y nuevos riesgos jurídicos. El Registro debe estar en sintonía con esa realidad, pero sin renunciar a los principios que le dan sentido: publicidad, seguridad, legalidad y prioridad.

Creo que para adaptarnos a esta nueva realidad debemos avanzar en tres direcciones.

La primera es la actualización normativa. La tecnología ha introducido fenómenos como la tokenización de activos, las plataformas colaborativas, la economía digital y la inteligencia artificial en la gestión de patrimonio. El Derecho debe responder a esos retos, y el Registro ha de estar preparado para incorporarlos cuando así lo disponga el legislador.

La segunda dirección es la versatilidad operativa. Cada vez recibimos documentos más complejos, expedidos por autoridades de distintos países, con estructuras jurídicas novedosas. Necesitamos criterios homogéneos, capacidad analítica y canales de consulta que faciliten que la respuesta registral sea rápida pero rigurosa.

La tercera dirección es la colaboración con otros organismos públicos, especialmente con los dedicados a la lucha contra el fraude, el blanqueo de capitales y la criminalidad económica. El Registro es un pilar de seguridad preventiva, y cuanto mejor se integre en los sistemas de información del Estado, mayor eficacia tendrá.

En definitiva, el Registro debe ser una institución jurídica del siglo XXI, capaz de adaptarse a nuevas realidades sin perder los valores que lo han mantenido útil y necesario a lo largo de casi dos siglos.

“Las nuevas tecnologías exigen adaptación normativa, inversión sostenida, gestión del cambio y, sobre todo, la necesidad de mantener intacto el espíritu del sistema registral”

En una era tecnológica como la actual, y en anteriores artículos suyos hacía referencia a la importancia creciente de la estrategia corporativa, la creatividad, la inteligencia emocional, la Responsabilidad Social Corporativa… Proyectos como Jubilare o la Fundación Registral tienen cada vez más actividad. ¿Cree que está reforzándose la dimensión humana de la función registral?

Me parece una cuestión esencial porque el registrador es garante de derechos en un contexto de cada vez mayor complejidad social. A veces se dice que el registrador trabaja con documentos, con asientos, con archivos… y es cierto. Pero lo que realmente hacemos es proteger a personas reales: familias que compran una vivienda, emprendedores que constituyen una sociedad, herederos que necesitan seguridad en la transmisión de bienes, ciudadanos vulnerables que confían en que su propiedad está a salvo de fraudes o usurpaciones.

El componente humano del Registro es muy profundo. La seguridad jurídica no es un concepto abstracto: se traduce en tranquilidad, estabilidad patrimonial, paz social. Por eso creo firmemente que debemos cuidar la manera en que atendemos al ciudadano, sea en el despacho, por teléfono o de forma telemática. El trato profesional, claro y empático forma parte también de nuestra responsabilidad.

Como decana, quiero reforzar esta dimensión a través de programas de formación en comunicación jurídica, buenas prácticas en atención al público y difusión del papel social del Registro. La tecnología nunca sustituirá la sensibilidad con la que el registrador interpreta la realidad jurídica para garantizar derechos. Y eso me parece uno de los elementos más valiosos de nuestra profesión.

“Empieza un mandato exigente, pero estoy convencida de que contamos con una estructura sólida y con un Cuerpo de Registradores altamente preparado para asumirlo”

¿Cómo le gustaría que se recordara este período al frente del Colegio?

Me gustaría imaginar un Registro plenamente integrado en el ecosistema digital europeo, ágil y dotado de herramientas inteligentes que faciliten la labor diaria pero sin sustituir la función calificadora. Un Registro electrónico seguro, y donde el ciudadano perciba cercanía y facilidades.

En cuanto a mi legado, me gustaría que se recordara este mandato como una etapa de diálogo, modernización y cohesión institucional. Una etapa en la que hayamos avanzado de forma sustantiva hacia un Registro más eficiente, más visible y más conectado con la ciudadanía, pero siempre fiel a sus principios esenciales.

Y, sobre todo, me gustaría que se reforzara la idea de que el Colegio es un espacio de encuentro donde todos los registradores -jóvenes y veteranos, de propiedad, mercantiles y de bienes muebles- se sientan representados y escuchados. El Colegio es un proyecto común, en el que todos tenemos un cometido, talento y energía que aportar. Si conseguimos eso, habremos hecho un buen trabajo.