“La valía y la profesionalidad es lo que debe primar porque ahí es donde reside la verdadera igualdad”
Hay quien piensa que el 8 de marzo no debería ser una fecha reivindicativa, o que debería dejar de celebrarse, como primer paso para normalizar la igualdad. ¿Está de acuerdo?
Ojalá conmemorar el 8 de marzo ya no fuera necesario, pero todavía queda mucho camino por recorrer para conseguir una verdadera igualdad.
Soy de las que piensa que la pelea por la igualdad no debe ser cuestión de un día ni de una fecha concreta. Todos los días tenemos que trabajar para romper los numerosos techos de cristal que hoy en día aún se encuentran las mujeres. Ese es el verdadero compromiso que tenemos que asumir todos.
Pero, en estos momentos, el 8 de marzo sigue siendo necesario porque nos obliga a todos a hacer un parón y reflexionar qué hemos conseguido como sociedad y qué metas nos quedan por conquistar.
Como madre y mujer volcada en su trabajo creo que aún tenemos trabajo que hacer. La verdadera conciliación de la vida familiar y laboral es uno de los grandes retos que tenemos pendientes. Lo vivo, como muchas madres, en primera persona. Con la pandemia, los problemas para conciliar se han hecho más evidentes. Ninguna mujer debería renunciar a su carrera profesional ni a alcanzar puestos de responsabilidad por ser madre. Aún nos queda mucho camino que recorrer.
En su opinión, ¿son necesarias las cuotas femeninas, o aboga más por la meritocracia?
A mi me gustaría que me eligieran siempre para una responsabilidad, no por una cuota, sino por meritocracia. No creo que haya ninguna mujer que le guste que la elijan para un determinado cargo por cuestiones de cuota, sino por su valía y por su profesionalidad.
Creo mucho más en la meritocracia que en el sistema de cuotas. Ahora bien, el sistema de cuotas, en un determinado momento, ha funcionado en algunos ámbitos de alta responsabilidad como en consejos de dirección, donde cuando han accedido las mujeres ha acreditado que se funciona mucho mejor cuando hay una presencia equilibrada de hombres y mujeres.
Dicho esto, a mi me gustaría que siempre me eligieran por mérito y capacidad y no por cuotas. Creo que es el objetivo final y el que perseguimos todas. La valía y la profesionalidad es lo que debe primar porque ahí es donde reside la verdadera igualdad.
“Los últimos datos señalan que sólo el 13% de estudiantes de carreras STEM en España son mujeres. Debemos reducir esa brecha y lo debemos de hacer desde la infancia. La igualdad de oportunidades debe trabajarse desde la educación, ahí reside la clave”
¿Qué iniciativas pueden mejorar la situación de la mujer trabajadora con respecto al hombre en términos de reconocimiento, igualdad de oportunidades y de trato?
Estoy convencida de que el futuro de los sectores productivos está en las disciplinas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y creo que, en este ámbito, debemos mejorar la visibilidad de las mujeres que son pioneras y que han triunfado en unos sectores donde hay mayoría de hombres. Dándole mayor visibilidad a estas mujeres, que son referentes para todas, se puede ayudar y contribuir a que las niñas apuesten por estas áreas que son el futuro. Los últimos datos señalan que sólo el 13% de estudiantes de carreras STEM en España son mujeres. Debemos reducir esa brecha y lo debemos de hacer desde la infancia. La igualdad de oportunidades debe trabajarse desde la educación, ahí reside la clave.
A diferencia de otros países de nuestro entorno, no hemos tenido todavía una presidenta mujer en España. ¿A qué atribuye este hecho?
Creo que es un hecho circunstancial, no creo que responda a una cuestión de género. En mi partido hay grandes referentes, mujeres políticas que han roto techos de cristal. Las primeras mujeres presidentas del Congreso y del Senado han sido del Partido Popular (Luisa Fernanda Rudi y Esperanza Aguirre), la primera mujer española en ser comisaria europea fue Loyola de Palacio, del Partido Popular. Y la Valencia actual no se entiende sin Rita Barberá que estuvo 24 años al frente de la alcaldía y transformó esta ciudad.
Lo importante es que al frente del Gobierno haya una persona capaz, de palabra, con visión y que lleve a cabo políticas que creen riqueza, puestos de trabajo y consoliden el estado de bienestar. Sobran dirigentes que practican políticas sólo de cara a la galería y que se apropian de banderas como el feminismo. La defensa de la igualdad y de la mujer es un asunto de todos. Flaco favor nos hacen a las mujeres quienes lo usan de forma partidista.