La igualdad de género, condición sine qua non para la prosperidad y el desarrollo

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En los últimos tiempos, se ha hablado mucho acerca de los grandes desafíos del S.XXI, la transición ecológica y digital, y la importancia de abordarlos con una perspectiva inclusiva y con igualdad de género para lograr una mayor prosperidad. Frente a la aproximación del pasado, casi exclusivamente centrada en los indicadores macroeconómicos y financieros, los organismos y foros internacionales cada vez incorporan más una visión integradora de crecimiento y distribución, una visión más cualitativa que incorpore y ponga en valor aquellos factores que determinan el desarrollo a largo plazo.

La incorporación de la mujer en el ámbito económico, social y político es, sin duda, una de las palancas más importantes para lograr un crecimiento que sea verdaderamente sostenible, que lleve a crecientes niveles de bienestar y de estabilidad económica y social.

La igualdad de género constituye la condición sine qua non para la prosperidad y el desarrollo, no sólo porque las mujeres representan el 50% de los recursos humanos de una economía, sino también porque la presencia de las mujeres es fundamental en el diseño e implementación de políticas públicas, para asegurar que los intereses y necesidades de toda la población están adecuadamente representados.

Además, la visibilización de mujeres líderes tiene un importante efecto motivador, sirve de referente para las niñas y promueve la igualdad de género como uno de los valores centrales para una sociedad más justa.

Si bien la falta de representación femenina sigue siendo acusada en muchos ámbitos, España es un ejemplo claro en cuanto al importante progreso en igualdad de género. La creciente presencia femenina ha sido sin duda uno de los motores de modernización del país desde la llegada de la democracia y ha de seguir siéndolo de cara al futuro.

La incorporación de la mujer en el ámbito económico, social y político es, sin duda, una de las palancas más importantes para lograr un crecimiento que sea verdaderamente sostenible, que lleve a crecientes niveles de bienestar y de estabilidad económica y social

De acuerdo con el Instituto Europeo para la Igualdad de Género, el porcentaje de mujeres en órganos superiores y altos cargos en la Administración General del Estado ha pasado de ser el 29% en 2017 a cerca del 44% en la actualidad. De hecho, actualmente, 14 de los 22 ministerios están encabezados por mujeres, así como las tres Vicepresidencias del Gobierno.

Este progreso no se limita únicamente a la Administración General del Estado, sino al conjunto de la economía española, que progresivamente ha visto incrementadas las tasas de participación de las mujeres en el mercado laboral y en ámbitos tradicionalmente dominados por hombres como las finanzas, la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas.

Lo mismo sucede cuando observamos la brecha salarial de género. Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística muestran que el crecimiento del salario medio de las mujeres ha sido superior al de los hombres en el periodo 2018-2020. Gracias a ello, la brecha salarial de género en términos del salario mensual alcanzó en 2020 un mínimo histórico, situándose en torno al 16% en general y por debajo del 6% si se tienen en cuenta exclusivamente los empleos a jornada completa.

En términos de hora trabajada, según Eurostat, la brecha salarial en España es menor a la media de la Unión Europea, en el entorno del 9% frente al 14%, y está por debajo de países de nuestro entorno como Francia o Alemania.

El avance es también claro en los gobiernos e instituciones europeas e internacionales, con líderes como Ursula Von der Leyen, Roberta Metsola y Christine Lagarde encabezando tres de las instituciones europeas más importantes, la Comisión, el Parlamento y el Banco Central Europeo, Ngozi Okonjo-Iweala como Directora General de la Organización Mundial del Comercio, Kristalina Georgieva como Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional y Gita Gopinath como nueva Directora Gerente Adjunta.

En definitiva, son importantes los progresos logrados hasta la fecha, pero queda un gran camino por recorrer.

Desde el Gobierno de España estamos absolutamente comprometidos con garantizar la igualdad de género, que es uno de los cuatro ejes transversales del Plan de Recuperación.

Por un lado, en el ámbito de las inversiones, es reseñable el importante volumen de recursos destinados a la educación y formación, la atracción y el desarrollo del emprendimiento y el talento femenino en el ámbito de la digitalización, además del impulso de la nueva economía de los cuidados y toda la agenda destinada a reducir las desigualdades, que incide de forma especial sobre las mujeres.

Por ejemplo, se han transferido ya más de 1.800 millones de euros a las Comunidades Autónomas para emprendimiento y capacitación digital para mujeres del entorno rural y agrario. También están fluyendo los préstamos de ENISA para mujeres emprendedoras, las inversiones para hacer gratuita la escolarización en el primer ciclo de infantil, en formación profesional, en políticas activas de empleo y en la economía de los cuidados.

Por otro lado, desde la perspectiva de las reformas estructurales, destaca el Real Decreto de igualdad retributiva, destinado a eliminar la brecha salarial y la transparencia retributiva, y, sobre todo, la Reforma Laboral, para modernizar el mercado de trabajo, reducir la temporalidad e impulsar la creación de empleo estable y de calidad, con un efecto especialmente importante sobre los jóvenes y las mujeres.

Este año continuaremos desplegando medidas que contribuirán al desarrollo de nuestro país, con la igualdad de género como eje transversal que debe inspirar todas las acciones. Por razones de justicia social y también por racionalidad económica. Porque el crecimiento futuro puede aumentar significativamente si cerramos cuanto antes esta brecha del pasado. Y ello depende de las decisiones que tomemos ahora, en el presente.

 

Nadia Calviño