“Los registradores cumplen una función social esencial”


Catedrático de Derecho Procesal, y desde el año 2018 decano de la Facultad de Derecho de la UAM, Juan Damián Moreno ha sido director del Departamento de Derecho Privado, Social y Económico y secretario general de la Universidad. Ha colaborado en la elaboración de varias propuestas legislativas en materias de su especialidad, motivo por el que el Ministerio de Justicia le concedió la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort.


La UAM viene colaborando con el Colegio de Registradores en la organización del Curso CADRI desde el año 2009. ¿Cómo valora su participación en estos cursos de especialización para juristas extranjeros?

De manera muy positiva; nos sentimos muy honrados de participar en un proyecto tan interesante y tan innovador desde el punto de vista académico. Poner en contacto a profesionales españoles con registradores de Latinoamérica es una experiencia apasionante y que nos enriquece intelectualmente. La relación con el Colegio de Registradores siempre ha sido excelente y la sintonía con Ángel Valero, el director del Curso, es absoluta. El coordinador del curso, mi compañero Máximo Juan Pérez, a quien le debemos gran parte del éxito de este curso, y yo mismo, nos sentimos muy a gusto trabajando juntos. 

En el cuadro docente del curso participan profesores de la UAM especializados en distintas ramas del derecho relacionadas con el Registro de la Propiedad. ¿Cuál es su satisfacción acerca del programa docente y del nivel de los estudiantes participantes?

El programa del Curso es muy intenso y recorre las materias principales dentro de su ámbito, y el nivel de preparación de los estudiantes que participan es realmente alto. Están muy preparados; eso supone un gran reto para la Facultad que nos obliga a ser especialmente exigentes en la selección del profesorado. Tenga en cuenta que quienes se matriculan en el curso hacen un gran esfuerzo por desplazarse a nuestro país para asistir a los cursos y no podemos defraudar sus expectativas. 

“El nivel de preparación de los estudiantes que participan es realmente alto, eso supone un gran reto para la Facultad que nos obliga a ser especialmente exigentes en la selección del profesorado”

A partir del año 2016 las clases se llevan a cabo en la Residencia La Cristalera que la UAM tiene en Miraflores de la Sierra, en lugar de en el propio Campus de la Facultad de Derecho. ¿Considera que ese cambio de sede ha sido positivo?

Este cambio obedeció a razones organizativas, pero tiene enormes ventajas ya que favorece la comunicación entre los participantes y nos permite dar valor a un espacio muy querido para la universidad en un entorno inigualable. Compartir experiencias entre los registradores de los distintos países me parece que es un valor a tener en cuenta lo cual incrementa los niveles de rendimiento. En todo caso, no me gustaría que sacara la impresión de que todas las actividades tienen lugar en La Cristalera; están repartidas a lo largo del curso entre los distintos lugares de las instituciones participantes. 

¿Considera conveniente la continuación del Curso desde la perspectiva de la Universidad?

El derecho registral tiene una enorme proyección en todo el mundo. Los registradores cumplen una enorme función social, especialmente en estos momentos: se ha convertido en un termómetro que mide el nivel de seguridad jurídica de un país. Por lo tanto, me parece que este tipo de cursos contribuyen a incrementar la importancia de esta función; en este sentido me parece que la universidad debe seguir jugando un papel esencial en la formación de estos profesionales. Como representante de una de las Facultades de Derecho más prestigiosas, me encantaría que pudiésemos incrementar esta colaboración.