El Decanato de Asturias del Colegio de Registradores, la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia y el Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo, organizaron un homenaje al registrador, al académico, al jurista y al amigo, César García-Arango. Durante su intervención la entonces decana de los registradores asturianos, Margarita de Carlos Muñoz, destacó que no solo se trataba de un homenaje a la figura, sino también a la de la familia, “fundamental en su vida”, y a la “impronta profesional que dejó en nosotros como registradores”.
Germán Gallego del Campo, registrador jubilado y académico de número, ensalzó las virtudes como académico del que fuera su compañero, a quien definió como un “adelantado a su tiempo” en materia de ley hipotecaria. Plácido Prada, por su parte, se refirió a García-Arango como “ejemplo para las nuevas generaciones”, y el entonces director del Centro de Estudios del Colegio de Registradores, Manuel Ballesteros, lo presentó como un hombre “riguroso, serio y con visión”.
García-Arango desarrolló su carrera profesional como registrador durante 44 años, hasta que se jubiló en marzo de 2008. También fue miembro fundador de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, y su tesorero más tarde. Por eso, su presidente, Leopoldo Tolivar Alas, clausuró el acto recordando que “desde la Academia, no podemos olvidarnos de todos aquellos que la construyeron desde la nada y la convirtieron en lo que es hoy en día”.