En primer lugar me gustaría agradecer al Colegio de Registradores de España la organización de este evento, y hacerlo en un momento difícil pero que no le quita calor ninguno. Es para mi un verdadero honor participar en la entrega de este X Premio Gumersindo de Azcárate, una cita que se ha convertido en ineludible para el sector Justicia.
A pesar de las circunstancias hoy podemos volver a encontrarnos, y nos encontramos para recordar la figura de uno de los impulsores de la modernidad en España. Jurista, filósofo, historiador, escritor, político y académico, logró compaginar su labor profesional con una participación activa en las que fueron sus principales causas vitales: los problemas sociales y la educación. A él le debemos la Institución Libre de Enseñanza y la Fundación Sierra Pambley. Destacó por ser un apasionado de la libertad de enseñanza y por impulsar el acceso a la educación de las personas, de hombres y mujeres en igualdad. Sin duda un hombre adelantado a su tiempo que practicaba la justicia social.
“La cooperación jurídica es un instrumento que nos une, que nos aporta conocimiento, y que mejora el Estado de derecho; en suma, que fortalece nuestras democracias”
En segundo lugar me gustaría dar la enhorabuena a mi querida Rebeca Grynspan, secretaria general Iberoamericana que recoge el premio entregado en esta edición a la Comunidad Iberoamericana de Naciones, que desde su creación en el año 1991 fomenta de una manera vigorosa la colaboración entre las naciones que lo forman en torno a principios y valores que todos compartimos, fortaleciendo nuestras relaciones culturales, políticas, económicas y sociales, y también, por qué no decirlo, nuestras relaciones jurídicas.
Hace apenas unos días celebrábamos la reunión de la Comisión Delegada de la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Americanos, de la que España forma parte por primera vez en 15 años, ya que es rotatoria. Se trata de un espacio de fortalecimiento de la cooperación en materia de Justicia en la Comunidad Iberoamericana que promueve procesos de transformación institucional y el desarrollo de políticas públicas en materia de justicia, y ello, todo, como contribución al bien social de la región. Allí mismo pude pronunciar al resto de mis colegas que el Consejo de Ministros acaba de remitir a las Cortes Generales el Tratado de Medellín para recabar su consentimiento y proceder al depósito del instrumento de ratificación. Este tratado permitirá impulsar la lucha contra la delincuencia organizada y la impunidad, incrementando a la vez las garantías de seguridad y confiabilidad de nuestra cooperación jurídica internacional. La delincuencia no tiene fronteras, es cada vez más global y está más organizada. La cooperación jurídica con los países iberoamericanos es sin duda la mejor herramienta que tenemos en este momento para hacerle frente. Es un instrumento de cooperación que nos une, que nos aporta conocimiento, y que mejora el Estado de derecho; en suma, que fortalece nuestras democracias.
No se puede entender España sin Iberoamérica. Lo que somos hoy como sociedad es producto de los siglos de la Historia, de nuestros aciertos, y por qué no decirlo, también de nuestros errores. Nos separa un océano, pero nos une un horizonte común. Tenemos un proyecto común que desarrollaremos a través de los diferentes instrumentos de cooperación multilateral. Todo el trabajo realizado desde 1991 sería imposible sin la labor de la Secretaría General Iberoamericana, nuestro espacio oficial de convergencia, pero también de trabajo, seguimiento y acuerdo de la región iberoamericana a ambos lados del Atlántico.
“No se puede entender España sin Iberoamérica. Lo que somos hoy como sociedad es producto de los siglos de la Historia, de nuestros aciertos, y por qué no decirlo, también de nuestros errores. Nos separa un océano, pero nos une un horizonte común”
Tras la muerte de Azcárate, Ortega y Gasset publicaba su homenaje póstumo en el diario El Sol, y afirmaba: “Seguir a Azcárate, es seguir hacia adelante”. Y yo añado, seguir estrechando los lazos que nos unen como comunidad es seguir hacia adelante, hacia el futuro.
Enhorabuena querida Rebeca, y enhorabuena a todas las personas que llevan creyendo en este proyecto común, incluso antes de que naciera.