El pasado 20 de diciembre el Registro de la Propiedad de Aldaia reabría sus puertas al público, tras casi dos meses cerrado debido a las consecuencias de la DANA que asoló los municipios de Valencia Sud el fatídico 29 de octubre y dejó más de 220 fallecidos a sus paso.
La reapertura del Registro de Aldaia estuvo cargada de simbolismo, por lo que significaba de vuelta a la ‘normalidad’, si por ésta entendemos volver a atender presencialmente a los ciudadanos de las poblaciones de Aldaia, Alaquàs y Picanya, en un contexto que sigue siendo anómalo, por cuanto las secuelas de la riada siguen estando todavía presentes.
No fue este, sin embargo, el único Registro que resultó golpeado por la furia del agua. Otros afectados, como es el caso de los registros de Algemesí, Chiva 1 o Xirivella, tuvieron que solicitar algunos días inhábiles para poder reabrir en condiciones.
A ellos se suman los registros de la propiedad que atienden a vecinos de numerosas localidades afectadas: Torrent 2 (al que pertenecen las localidades de Alfafar, Catarroja, Massanasa, Sedaví y Llocnou de la Corona), Picassent 2 (que comprende los pueblos de Albal, Beniparrell, Silla y Alcàsser), Requena, Valencia 11 (que abraza las pedanías del Sur de la capital valenciana), Valencia 17 (que abarca las localidades de Paiporta y Benetússer), Valencia 8 (pedanía de La Torre), Valencia 13, Valencia 2, Alberic, Alzira 1, Alzira 2, Benaguasil, Carlet 1, Carlet 2, Cullera, Chelva, Chiva 2, Llíria, Manises, Moncada 1, Paterna 2, Picassent 1, Sueca, Tavernes de Valldigna, Torrent 1, Torrent 3, Villar del Arzobispo y Xàtiva 1.
En definitiva, se trata de un total de 32 registros de la provincia de Valencia, que dan servicio a los ochenta y cinco municipios más ocho pedanías que han padecido de forma directa, en mayor o menor medida, los efectos devastadores de la DANA. Solo este dato permite calibrar perfectamente la magnitud de la catástrofe.
Aunque por fortuna no hubo que lamentar daños personales, algunos trabajadores de estos registros sufrieron los rigores de la DANA en sus propias carnes, afectando directamente sus viviendas o bien perdiendo sus vehículos y enseres más preciados.
Los propios empleados, ayudados por vecinos y voluntarios, tuvieron que afanarse con sus propias manos para recuperar los registros y devolverlos a su estado original. Una tarea ardua e incansable para la que contaron con la ayuda del Colegio de Registradores de España y del propio Decanato Autonómico.
Pero más allá de estos daños, lo más importante era ayudar a los miles de afectados en una situación tan difícil, y hacerlo en el menor tiempo posible. Desde un primer momento, se facilitó a los afectados notas simples de sus inmuebles de forma gratuita
Así por ejemplo, se habilitó un espacio en el local de los registros mercantiles de Valencia para que los trabajadores del Registro de Aldaia pudiesen realizar su trabajo a distancia. Se facilitó a este Registro personal de limpieza y técnicos de electricidad y mantenimiento para ayudar en las tareas de adecuación y limpieza. El Decanato emitió a su vez una circular a todos los registradores de la Comunitat Valenciana para invitarles a colaborar.
Los daños materiales fueron cuantiosos; mesas, ordenadores, impresoras, puertas de acceso e interiores, paredes, estanterías, cables, enchufes, instalación eléctrica… hubo que limpiarlos o cambiarlos. Y por encima de todo, hubo que sacar barro. Mucho barro.
Pero más allá de estos daños, lo más importante era ayudar a los miles de afectados en una situación tan difícil, y hacerlo en el menor tiempo posible. Desde un primer momento, se facilitó a los afectados notas simples de sus inmuebles de forma gratuita, asumiendo su coste el Colegio nacional. Al principio fueron una avalancha de peticiones, tanto a través de un correo electrónico habilitado al efecto como de forma presencial en las instalaciones de la sede colegial autonómica.
Más tarde se automatizó el proceso, integrando en la página web del Colegio de Registradores de España una sección específica donde los interesados podían solicitar estas notas simples online de forma sencilla, que necesitaban a su vez para poder gestionar la solicitud de ayudas. Fueron un total de doce mil notas simples, que fueron emitidas de forma urgente.
Como contrapunto a tanto desastre, todos los registros afectados funcionan ya a pleno rendimiento. Un auténtico renacer de una pesadilla que, sin duda, tardará mucho tiempo en olvidarse.
Vicente Küster















