S.M. el Rey Felipe VI durante la inauguración de la exposición.

La exposición refleja la figura clave del monarca en la acción benefactora, que tuvo una enorme importancia a nivel humano y diplomático en la I guerra mundial, en especial con Bélgica, Francia y Alemania.


El 11 de noviembre de 2018 se cumplieron 100 años del fin de la Gran Guerra. Como acto de conmemoración de la acción humanitaria de España en la I Guerra Mundial, Patrimonio Nacional y la Fundación Banco Santander han organizado la exposición Cartas al Rey. La mediación humanitaria de Alfonso XIII en la Gran Guerra, que nace fruto de la recopilación de más de 200.000 expedientes procedentes de la Oficina de Mediación Humanitaria establecida en el Palacio Real por el Rey Alfonso XIII.

Desde el año 2014, el Archivo General de Palacio se ha encargado de catalogar y digitalizar estos expedientes, dentro de un proyecto de conservación y difusión de los fondos documentales relativos a la I Guerra Mundial. Con esta exposición se pretende divulgar y dar a conocer al público una parte de la historia sobre la contienda, prácticamente desconocida en nuestro país: la relevancia que adquiere la Secretaría Particular del Rey Alfonso XIII y la acción diplomática de España —especialmente, las embajadas y legaciones en Europa— durante el conflicto bélico. Se trata de una importante aportación historiográfica y documental a la historia de la I Guerra Mundial.

LA OFICINA DE MEDIACIÓN HUMANITARIA

La figura del Rey Alfonso XIII es clave en la mediación diplomática y humanitaria durante la Gran Guerra. Sus conexiones familiares con Austria-Hungría y Reino Unido le hacen si cabe más sensible, en lo que se refiere a las circunstancias que atravesaban los militares en los distintos frentes, y también sus familias. En este contexto nace la Oficina de la Guerra Europea, creada por iniciativa del Rey y dependiente de su Secretaría Particular. Su objetivo: socorrer a las víctimas de la guerra.

A partir de una nota de agradecimiento a su labor, publicada en junio de 1915 en La Petite Gironda, un periódico local francés, toda la prensa internacional se hizo eco de la noticia y de su generosa encomienda. La difusión de esta información ocasionó la llegada masiva de cartas a la Secretaría Particular del Rey, con el consecuente aumento del número de peticionarios: familiares de combatientes ansiosos por saber el paradero de los suyos; y soldados angustiados al desconocer en qué situación se hallaban sus parientes en territorio ocupado.

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL

En total 48 personas prestaron sus servicios en la Oficina de la Guerra Europea. A la postre, una vez finalizado el conflicto, se reconoce su labor, también a nivel internacional: al personal diplomático se le concede la medalla de la Reconnaissance Française; las mujeres reciben la Medalla de la Cruz Roja y el resto del personal, la Cruz de Plata de Isabel La Católica. Por su parte, Alfonso XIII recibió numerosas muestras de agradecimiento a su labor, como pudo comprobar en sus visitas oficiales a Bélgica e Italia en 1923. En conjunto, la mediación humanitaria de España en la I Guerra Mundial representa una de las actuaciones más relevantes de esa naturaleza en la Época Contemporánea.