Dos años después del inicio de la pandemia, la última mutación del SARS-CoV-2, la variante ómicron, ha hecho que los países vuelvan a aumentar las restricciones para evitar la transmisión del que hasta ahora es el virus conocido con la propagación más rápida de la historia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que más de la mitad de la población del continente europeo se habrá visto infectada con la variante ómicron del coronavirus en las próximas seis u ocho semanas. El director de la OMS para Europa, el doctor Hans Kluge, aseguró que esta variante azota la región de occidente a oriente. Esto se suma al incremento de la variante delta que se ve desde finales de 2021. La proyección se basó en los siete millones de casos nuevos que se reportaron en Europa durante la primera semana de 2022.
Europa se ha convertido nuevamente en el epicentro de la pandemia tras casi dos años de convivir con la COVID-19. La incidencia acumulada a 14 días se ha disparado en algunos países como Austria, con más de 2.000 casos por cada 100.000 habitantes. Del mismo modo, ómicron se está convirtiendo en la variante dominante en países como Dinamarca, Portugal o Reino Unido.
Su irrupción en España ha cambiado el perfil de los contagios, infectando tanto a vacunados como a no vacunados, y está jugando un papel importante en este repunte de los casos. Con una alta capacidad para romper la protección frente al contagio de las vacunas, infectar y expandirse, ómicron está empezando a ocupar el espacio que la variante delta tenía en Europa.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, abrió el debate sobre la conveniencia de hacer la vacunación contra la COVID-19 obligatoria dado que solo el 70% del total de la población europea está completamente inmunizada, lo que supone en términos generales que el 66% de los europeos están plenamente vacunados, pero que hay también un tercio, esto es, 150 millones de ciudadanos de la Unión Europea, que no lo está. Se trata de “la pandemia de los no vacunados”, afirmó.
Con este escenario, los gobiernos han optado por la tercera dosis como tabla de salvación. Malta, Islandia, Dinamarca o el Reino Unido ya han inyectado vacunas de refuerzo a más de la mitad de su población. España ha inyectado terceras dosis a un 36,78% de sus habitantes.
Durante el mes de enero Europa superó los 467 millones de ciudadanos vacunados con la pauta completa de alguna de las vacunas autorizadas y, por lo tanto, ya han sido inmunizados contra la COVID-19.
Entre los países europeos que han vacunado a un porcentaje más alto de ciudadanos se encuentran Portugal (90,15%), Malta (85,25%), España (81,60%), Dinamarca (80,46%), Irlanda (77,34%) e Islandia (77,31%).
Por el contrario, los países en los que el ritmo de vacunación avanza de manera más lenta y cuentan con un porcentaje menor de población inmunizada son Moldavia (24,80%), Armenia (24,95%), Bulgaria (28,45%) y Georgia (29,94%).
En cuanto a los países con mayor número de habitantes de Europa y que cuentan con un porcentaje de población vacunada más alto se encuentran España (81,60%), Italia (75,13%), Francia (75,01%), Alemania (72,08%) y Reino Unido (70,24%).
A diferencia de otros países europeos, España no está necesitando especiales incentivos para que la población, de cualquier franja de edad, acuda a su cita o la pida, lo que nos sitúa como el país de los 50 más poblados del mundo con mayor porcentaje de población vacunada con pauta completa frente al coronavirus. Si bien la tercera vacuna parece estar encontrando menor aceptación en la franja de edad de 20 a 40 años.
PLANES DE CONTINGENCIA
Ante la ralentización del ritmo de vacunación en los países que reportan una mayor incidencia del COVID y el aumento de los contagios, los gobiernos han empezado a diseñar e implementar planes de contingencia que permitan contener los contagios sin bloquear la economía europea nuevamente. En este sentido, los confinamientos selectivos, el veto a la entrada en espacios interiores sin pasaporte COVID o la vacunación obligatoria, son algunas de las fórmulas que los países europeos con tasas de vacunación insuficientes y una escalada imparable en los contagios, están explorando hacia la población que ha decidido no inmunizarse.
Austria fue uno de los primeros países en regresar al confinamiento general de la población, tras un confinamiento inicial a las personas no vacunadas. Además, acaba de presentar el proyecto que prevé la vacunación obligatoria contra el coronavirus para mayores de 18 años a partir del 1 de febrero, con lo que se convierte en el primer país de la UE en adoptar una medida similar. Grecia anunció una multa de 100 euros para los mayores de 60 años que no se vacunen.
En Alemania se propuso un confinamiento que restringe el acceso a cines y teatros solo a las personas vacunadas o que hayan pasado el Covid. El gobierno alemán ha aprobado también una ley que permite reducir el salario de los empleados no vacunados si pierden días de trabajo por una cuarentena. En este sentido, el Bayern de Múnich recortó el sueldo a 5 jugadores por no estar vacunados. Por su parte, el Gobierno de Eslovaquia decretó un confinamiento general de dos semanas y el de la República Checa un el estado de emergencia por 30 días.
En Francia no habrá confinamiento ni toque de queda, pero el Gobierno ha decidido generalizar la dosis de refuerzo de la vacuna a todos los mayores de 18 años y acaba de aprobar su proyecto de ley para crear el pasaporte de vacunas. La norma implica que solo quienes tengan la pauta completa con tres dosis o dos dosis con una certificación de curación de la enfermedad en los últimos seis meses o una exención médica, podrán entrar en lugares culturales, grandes centros comerciales, bares y restaurantes, así como acceder a los transportes públicos de media y larga distancia.
En Italia los no vacunados no podrán entrar a restaurantes, teatros, discotecas, eventos deportivos, ceremonias públicas y fiestas. También será necesario contar con el certificado COVID básico para utilizar el transporte público, que se puede obtener con un test negativo. Además, la dosis de refuerzo estará disponible para todos los mayores de 18 años y será obligatoria para los profesionales de la salud, el personal de colegios y los militares.
Portugal, con la mayor tasa de vacunación de la Unión Europea, volvió a rescatar el uso del certificado digital y de los test negativos para acceder a restaurantes, alojamientos turísticos, eventos con asiento marcado y gimnasios, mientras que para visitar residencias y hospitales, acceder a grandes eventos o a recintos deportivos y a discotecas y bares se pedirá además un test negativo, también a vacunados. El Gobierno preparó una «semana de contención de contagios» tras la Navidad para evitar que las reuniones familiares provocaran una escalada en la propagación del virus, como ya ocurrió el año anterior. Por ello, entre el 2 y el 9 de enero fue obligatorio teletrabajar. El inicio del trimestre escolar, que estaba previsto para el día 3 de enero, se retrasó hasta el 10.
España no está necesitando especiales incentivos para que la población, de cualquier franja de edad, acuda a su cita o la pida, lo que nos sitúa como el país de los 50 más poblados del mundo con mayor porcentaje de población vacunada con pauta completa
En España, el Gobierno aprobó un decreto para que la mascarilla volviera a ser obligatoria también en los espacios exteriores, tras solicitarlo ocho comunidades autónomas, y decidió también reforzar la campaña de vacunación con la tercera dosis.
Por su parte las comunidades autónomas adoptaron medidas como el pasaporte Covid o una prueba diagnóstica negativa para el interior de establecimientos, residencias de mayores y hospitales; la reducción de aforos, la limitación de horarios o el cierre del ocio nocturno. Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura, fueron las que descartaron la aplicación de restricciones adicionales por el incremento de los contagios.
En respuesta a estas y otras medidas se han producido en diversas capitales de Europa como Bruselas, París, Londres, Viena o Copenhague, manifestaciones por percibirlas como desproporcionadas e inútiles. Por el contrario, en España no se están viviendo este tipo de protestas como en el resto del continente.
ÚLTIMOS DATOS EN ESPAÑA
Sanidad notificó la segunda semana de enero 134.942 nuevos contagios detectados en la última jornada, de forma que el total de casos registrados asciende a 7.592.242. Además, se contabilizan 247 fallecimientos, la cifra más elevada en una sola jornada desde el 26 de marzo del año pasado, en la tercera ola, que elevan el recuento a 90.383 muertos oficiales.
La incidencia acumulada a 14 días suma 52,64 puntos, su menor incremento desde el 17 de diciembre, aunque vuelve alcanzar un nuevo techo de la pandemia, ya por encima de los 3.000 casos; en concreto, son 3.042,11 casos por cada 100.000 habitantes. La incidencia baja en cuatro comunidades autónomas: Cataluña (-175 puntos), Castilla-La Mancha (-94), Madrid (-50) y Andalucía (-38). En todos los demás territorios, se mantienen las subidas, algunas tan acusadas como la de Murcia, con 898 puntos más.
Todos los territorios están en riesgo muy alto y han superado su récord de incidencia de toda la pandemia. Igualmente, todos los grupos tienen un riesgo muy elevado según el semáforo de Sanidad, por encima de los mil casos por cada 100.000 habitantes, aunque los adolescentes y las franjas de 30 a 59 años superan los 3.000.
La campaña de vacunación avanza y, tras empezar a inmunizar en diciembre a los niños de entre cinco y once años, ya hay más de 40 millones de personas, el 84,6 % de la población, con al menos una dosis. De ellas, algo más de 38 millones, un 80,3 %, tienen la pauta completa y más de 16 millones, un tercio de la población, han recibido una dosis de refuerzo.
Ómicron es más transmisible y todo apunta a que tiene capacidad de provocar síntomas leves con relativa facilida. Sin embargo, todavía no está claro el nivel de gravedad que pueden alcanzar los contagios con esta variante. Lo que está claro es que ha multiplicado los contagios tanto entre quienes no están vacunados como en quienes sí lo están, pero las vacunas se están mostrando muy efectivas a la hora de proteger de la enfermedad grave a los infectados. Aunque precisar ese nivel de protección es muy complejo, los datos parciales recogidos en España y los análisis realizados en el Reino Unido muestran que las personas inmunizadas tienen mucho menos riesgo de ser hospitalizadas o morir por culpa del virus.
A la espera de los últimos datos del Ministerio de Sanidad, los aportados por las comunidades autónomas recientemente apuntan a una ralentización del creciente ritmo de contagios diarios de COVID en España. Una expansión de la variante ómicron que parece contenerse en la transmisión, pero que sigue aumentado en cuanto a la ocupación hospitalaria.