“La sociedad solo será justa si avanzamos juntos”
¿Qué representa para usted la fecha del 8 de marzo?
El día 8 de marzo es un día de celebración y también de reivindicación. La sociedad española ha cambiado radicalmente en los últimos 40 años. Todos los ciudadanos hemos consolidando derechos y libertades y hemos alcanzado unos niveles de progreso social y económico que nos han equiparado a los países de nuestro entorno europeo.
Pero la revolución real, lo que nos ha convertido en una sociedad democrática y moderna, ha sido el cambio trascendental del papel de la mujer en la sociedad española. Tradicionalmente relegadas, casi de forma exclusiva y excluyente, a la tarea de ser madres, esposas y amas de casa, con la consagración del principio de igualdad en la Constitución de 1978, hemos podido acceder, en las mismas condiciones que los hombres, a una educación y a una formación universitaria, y de ahí a puestos de trabajo y profesiones que, históricamente, nos habían sido vedadas.
Pero no podemos conformarnos, queda mucho por hacer, debemos avanzar en políticas reales y efectivas de igualdad y de conciliación, de corresponsabilidad en la educación y el cuidado de los hijos, dotando a nuestro sistema legal y económico de aquellas herramientas, que nos sitúen al hombre y a la mujer en el mismo punto de partida, con igualdad de oportunidades para ambos, sólo así podemos hablar de igualdad.
“Más de la mitad de la carrera la formamos mujeres, creo que nuestra presencia es un ejemplo de que con mérito y capacidad es posible llegar. Y esa debe ser también nuestra reivindicación”
En su condición de juez decana de Madrid, ¿cómo cree usted que la mujer enriquece la defensa y reivindicación de los derechos de los ciudadanos? ¿Puede señalar alguna experiencia personal?
Quienes integramos la carrera judicial, todos, hombres y mujeres, estamos claramente comprometidos en la defensa y la reivindicación de los derechos y libertades de los ciudadanos. Somos jueces formados en los valores y principios constitucionales, que creemos firmemente en la igualdad y en la dignidad del ser humano como núcleo esencial de nuestras decisiones. Pero insisto, tanto los hombres como las mujeres.
Más de la mitad de la carrera la formamos mujeres, creo que nuestra presencia es un ejemplo de que con mérito y capacidad es posible llegar. Y esa debe ser también nuestra reivindicación.
Desde nuestra labor jurisdiccional nos hemos anticipado, en muchas ocasiones, en la protección y el reconocimiento de derechos sociales y profesionales que han amparado a la mujer en el mercado laboral. Y ese amparo y protección se han producido también en el ámbito penal. No existe una justicia heteropatriarcal o machista.
Creo que esta tarea nos corresponde a los jueces, precisamente, por el papel esencial que desempeñamos en una sociedad democrática. Una función que debemos ejercer para que exista una igualdad de hombres y mujeres, no de mujeres contra hombres. La sociedad solo será justa si avanzamos juntos.