A través de esta exposición podemos entender la obra de Shilpa Gupta como un ejercicio de traspasar, desdibujar y finalmente disolver las fronteras, desde las nacionales e ideológicas hasta las imaginadas.
El visitante que se acerque hasta el Centro Botín de Santander podrá descubrir en la muestra Yo también vivo bajo tu cielo a la reconocida artista india Shilpa Gupta (Mumbai, 1976), a través de una emotiva presentación de su obra más reciente, primera que tiene lugar en España, donde la voz y la poesía inundan la sala expositiva para reclamar la existencia de aquellas personas que han sido silenciadas y desdibujar las fronteras que limitan el movimiento de individuos, bienes o ideas.
Los silencios y ausencias derivadas de la censura y el aislamiento son preocupaciones que están muy presentes en la obra de la artista. Por ello trabaja con la palabra escrita, cantada o hablada como un lugar para la resistencia, visibilidad y empatía, algo que puede apreciarse en su obra I Live Under Your Sky Too (Yo también vivo bajo tu cielo), una instalación de luces LED con la frase que da título a la muestra -escrita en inglés, español y urdu– y que nos recuerda que, esta exposición, escenifica una clara intención de presencia.
La insistencia de Gupta por llenar los espacios vacíos de voces de diversas comunidades y en una gran variedad de idiomas, es una consecuencia natural de su vida en Mumbai, en un ambiente extraordinariamente multicultural y polifónico, inmersa en un mar de lenguas, religiones, culturas y creencias. Esta experiencia diaria se traduce en un cuerpo de trabajo que nos vincula con lo desconocido, con lo que no nos resulta familiar, con lenguas que no comprendemos pero que, aun así, pueden penetrar nuestro inconsciente.
De esta manera, la obra central de la exposición es un espacio de escucha compartida titulado Listening Air, 2019-2024 (El aire escucha) y producida por la Fundación Botín expresamente para la ocasión. En ella, un conjunto de micrófonos suspendidos y en movimiento emanan las voces de distintas comunidades oprimidas a lo largo de la historia, haciendo audibles palabras que han resonado en paisajes lejanos y diversos, conectando campos de arroz, bosques, calles y universidades de distintas partes del mundo.
Los silencios y ausencias derivadas de la censura y el aislamiento son preocupaciones que están muy presentes en la obra de la artista
La obra incluye canciones como Bella Ciao, que ha viajado desde las mujeres trabajadoras del arroz del valle del Po (Italia) en la década de 1940, hasta las “sentadas” de los agricultores en Nueva Delhi en 2020; We Shall Overcome, una canción popular y obrera que ha pasado por Carolina del Sur (Estados Unidos) para ser cantada por los trabajadores de las plantaciones de tabaco y durante los movimientos por los derechos civiles en las calles, hasta la plaza de Tiananmen de Pekín, entre otros lugares; Hum Dekhenge, escrita por el poeta Faiz Ahmed Faiz en 1979 en Pakistán, que traspasó fronteras y resonó en los campus universitarios de la India, sirviendo de símbolo de esperanza durante los recientes disturbios políticos; o No Nos Moverán, cuyo origen es como canto espiritual de las personas africanas esclavizadas del sur de Estados Unidos, un grito de liberación que traspasó décadas para erigirse como una de las primeras letras reaccionarias al golpe de estado de 1973 en Chile y cruzó el Atlántico para cantarse durante las protestas de estudiantes y trabajadores en España hasta nuestros días.
La percepción de la lengua y la canción se convierten así en una experiencia física compartida, en la que los visitantes entran a formar parte de la coreografía de la instalación, experimentando y reaccionando a las voces grabadas.
Centro Botín, Santander • Hasta el 8 de septiembre