A quienes ahora representamos a las instituciones nos corresponde preservarlas
Tras acceder al cargo de fiscal general del Estado hace casi medio año, Álvaro García Ortiz se ha propuesto “situar al ser humano y la dignidad inherente a su condición” como eje fundamental de su trabajo, además de promover las reformas que permitan cumplir mejor la misión constitucional de la institución que dirige.
¿Qué significa para un fiscal convertirse en fiscal general de Estado?
No es fácil de explicar, significa asumir una enorme responsabilidad desde el pleno conocimiento de la institución, y supone llegar a un puesto seguramente mitificado dentro de la profesión. Y es sobre todo un honor, un inmenso honor, poder aportar, compartir, con toda humildad, los principios que integran los valores fundamentales de esta profesión, siempre al servicio de la ciudadanía.
¿Qué objetivos se ha marcado como prioritarios a lo largo de su mandato al frente de la Fiscalía General del Estado?
Situar al ser humano, a la persona con mayúsculas, y la dignidad inherente a su condición como eje fundamental de nuestro trabajo.
En otro plano, por supuesto, promover o iniciar si es posible los caminos que nos puedan llevar a cumplir mejor nuestra misión constitucional, impulsando las reformas internas o legales necesarias para ello.
Muchos años con responsabilidad como fiscal de medio ambiente. ¿Cómo valora la función de la Fiscalía en ese ámbito y como ha ayudado a que mejore no sólo el respeto a la Ley sino la sensibilidad social?
La sensibilidad medioambiental es ya una prioridad de las sociedades avanzadas, y la nuestra lo es, pero para ello no solo basta promulgar leyes sino que es preciso hacerlas cumplir. La Fiscalía en un momento determinado ha sido un referente en la protección del medioambiente y debe seguir siéndolo, pero es el conjunto de la ciudadanía quien debe impulsar el cambio de mentalidad y actitud acerca de las consecuencias ambientales de nuestros actos y nuestra forma de vida.
Usted nació en Lumbrales (Salamanca). ¿Como percibe el problema de la llamada España vacía? ¿Cabe alguna actuación desde el mundo jurisdiccional? ¿Valora positivamente la permanencia de registros de la propiedad en pequeñas poblaciones?
Creo que es imprescindible vertebrar el territorio para que el tejido social que configura un país permanezca. Sin esos presupuestos renunciaremos a ser lo que somos y lo que fuimos. Por eso es tan importante la presencia de las instituciones en todos aquellos lugares dónde sea posible. Pero no solo es una cuestión institucional, es también un derecho de los ciudadanos que habitan esos territorios acceder a los servicios públicos en condiciones de igualdad con quienes ocupan otros espacios, urbanos o de cualquier otra condición. El problema no es solamente la pérdida de habitantes, es la pérdida de la razón de vida y de ser de una parte importantísima de este país.
En formación, en presencia y sobre todo en cooperación internacional la fiscalía española es vanguardia en el espacio judicial y en las instituciones europeas
El Ministerio Fiscal opera bajo los principios de legalidad e imparcialidad. ¿Tienen estudios en la FGE sobre la percepción de la ciudadanía en cuanto a la efectividad de dichos principios? ¿Cabe alguna iniciativa para reforzarlos en algunos temas sensibles políticamente?
La Fiscalía es sin duda una de las instituciones mas desconocidas dentro de los órganos constitucionales, tenemos un serio problema de credibilidad fruto de ese desconocimiento. No hemos sabido trasladar lo que hacemos y cómo lo hacemos, nuestra condición de servidores públicos. Mas allá de eso, tanto los prejuicios que despierta la forma de elección del fiscal general, como la imagen antipática que el mundo del cine y la literatura han trasladado del trabajo de la fiscalía han condicionado en gran medida el conocimiento de los mecanismos de respuesta que la propia legislación establece para reforzar estos principios. En ello vamos incluso por delante de muchos de los países de nuestro entorno.
Desde hace años se debate sobre la conveniencia de que la investigación penal se encomiende a los fiscales, de hecho, está en tramitación la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en ese sentido. ¿Cree que es una reforma necesaria? ¿Contribuiría a hacer la justicia penal más ágil y eficaz? ¿Necesitaría alguna reforma de su Estatuto Orgánico para blindar la autonomía del fiscal?
La reforma es tan necesaria como inevitable, la actual ley de enjuiciamiento, su modelo procesal, está caduco. Las nuevas formas de delincuencia exigen otra forma de investigar y de juzgar, y el planteamiento del siglo XIX que todavía hoy rige en nuestro sistema penal no sirve en la actualidad. No estamos homologados con los países con tradición jurídica similar a la nuestra y nos estamos convirtiendo en una excepción, una rareza en el derecho comparado. Naturalmente que se ganaría eficacia si cumplimos nuestros roles constitucionales, los jueces tutelando los derechos fundamentales y juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, y los fiscales aportando el material probatorio y dirigiendo la investigación para llevarla a juicio. Los cambios también en nuestro estatuto son necesarios, pero lo son en cualquier caso, con reforma penal o sin ella.
Las nuevas formas de delincuencia exigen otra forma de investigar y de juzgar, y el planteamiento del siglo XIX que todavía hoy rige en nuestro sistema penal no sirve en la actualidad
En un momento en el que se discute también el sistema de acceso por oposición a ciertas profesiones jurídicas, ¿cuál es su opinión?
Creo que el acceso por oposición es una garantía de igualdad entre todos los españoles, y debe mantenerse un sistema objetivo mediante una prueba que garantice esos principios. Pero también creo que el examen, para ser juez o fiscal en este caso, no debe convertirse en una olimpiada de gimnasia mental, sino promover habilidades diferentes y reconocer otras competencias. La memoria no es el único patrimonio de un jurista que debe conocer la sociedad en la que vive y trabaja, y los ciudadanos a los que sirve.
¿Nos puede hablar del trabajo de los fiscales españoles en el plano internacional: Unión Europea, Tribunal Penal Internacional, etc.?
Es muy importante, la carrera fiscal alimenta muchos puestos en la esfera internacional y actualmente hay fiscales prácticamente en todos los organismos internacionales, aun con situaciones administrativas que los desligan de la carrera. En formación, en presencia y sobre todo en cooperación internacional la fiscalía española es vanguardia en el espacio judicial y en las instituciones europeas.
Los Registros de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles suponen un soporte estructural insustituible para la protección del medio ambiente, y se encuentran estrechamente comprometidos con la preservación de las costas y los espacios naturales protegidos, así como con la protección de los suelos quemados. ¿Qué más actuaciones considera que podrían tener los Registros en materia de medio ambiente?
Es una pregunta muy interesante, creo que el régimen de propiedad determina muchas dinámicas sociales. La delimitación exacta de propiedad y el uso de las nuevas tecnologías es un avance importantísimo para que los Registros tengan la importancia y trascendencia que deben tener en una sociedad avanzada, permiten el uso de instrumentos de control imprescindibles para garantizar el correcto funcionamiento del sistema económico. La delimitación de espacios y de usos dentro de esos espacios, es fundamental para la preservación del medio. Creo que hay posibilidades inmensas en la colaboración entre los registros y las fiscalías, por ejemplo en materia urbanística y mediambiental, tanto en la investigación como en el aseguramiento y ejecución de las resoluciones de los tribunales.
Creo que hay posibilidades inmensas en la colaboración entre los registros y las fiscalías, por ejemplo en materia urbanística y mediambiental
La revista Registradores alcanza el número 100. Casi 25 años de presencia en la vida pública. ¿Qué acontecimientos sucedidos en ese periodo de tiempo destacaría? ¿Qué reflexiones le suscita?
Muchas, es imposible resumirlo en unas frases, pero fundamentalmente lo podría sintetizar en una. Somos una sociedad mucho más avanzada que hace 25 años. Si echamos la vista atrás podremos ver cómo este país ha crecido a un ritmo impresionante, con todos los problemas y con todas las dificultades, pero vivimos en paz y con una generación formada para afrontar el futuro con todas las garantías. A quienes ahora representamos a las instituciones nos corresponde preservarlas, allanar el camino para que este desarrollo no se interrumpa y que dentro de otros 25 años, en esta misma revista, podamos volver a hacer la misma afirmación.