¿Qué representa para usted el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer?
Tengo la suerte de no haber tenido que plantearme el significado del “8 de marzo” hasta el momento de contestar esta pregunta de la revista Registradores. Debido al lugar y época de mi nacimiento, España siglo XX, siempre he dado por hecho que las mujeres, igual que los hombres y sin hacer distinción entre ellos, tenemos el derecho y el deber de trabajar. Como registradora nunca he tenido que plantearme la igualdad porque siempre la he experimentado, tanto con mis compañeros, de ambos sexos, como en relación a los usuarios del Registro, a los que no importa que él o la garante de sus derechos y seguridad jurídica sea una mujer o un hombre.
Pero esto que hoy damos por hecho no siempre ha sido así. Desde aquel 8 de marzo de 1857, en el que miles de trabajadoras textiles, bajo el lema “pan y rosas”, protestaron en las calles de Nueva York por sus penosas condiciones laborales, los avances en el campo de los derechos de la mujer trabajadora en la civilización cristiana occidental han sido enormes. Pero todavía quedan muchos lugares y sociedades de nuestro mundo actual, incluso a veces geográficamente cercanos a nosotros, en los que la mujer no disfruta, ni mucho menos, de la igualdad de oportunidades de las que nosotras gozamos. Por eso todavía, tanto a mujeres como a hombres y por el bien de todos, nos queda mucho por hacer en este campo.
En su condición de presidenta de Conviventia, ¿cuál es su reflexión sobre el papel de la mujer en la mediación?
La empatía, la inteligencia emocional y saber escuchar y facilitar el diálogo entre las partes son cualidades fundamentales que la persona mediadora debe de tener, además de ser conductas que las mujeres, por educación y en nuestro día a día, tenemos que poner en práctica. Esto nos ayuda en la labor de mediación, en la resolución extrajudicial de conflictos por acuerdos a los que llegan las partes por sí mismas, en un todos ganamos y gracias a nuestra colaboración.