El Colegio de Registradores ha presentado un informe que analiza la presencia de la mujer en la empresa española en su doble vertiente, como participante en la dirección orgánica de las empresas y como trabajadora en las mismas.
La participación de la mujer en el mercado laboral español ha experimentado cambios muy significativos en las últimas cuatro décadas, reflejando tanto factores socioculturales como avances legislativos destinados a promover la igualdad de género, abordando los grandes desafíos persistentes como son la discriminación salarial y la menor representación femenina en roles de liderazgo.
El informe El rol de la mujer en la empresa española, que fue presentado en rueda de prensa por la directora de Responsabilidad Social Corporativa, Dulce Calvo, es un documento pionero elaborado por el Colegio de Registradores de España a partir de información del Registro Mercantil, cuyo Depósito de Cuentas, fuente básica para conocer aspectos financieros y de sostenibilidad de las empresas españolas, integra por primera vez datos referentes al número de mujeres en órganos de administración, así como cifras de empleabilidad por género.
Para poner en contexto lo que suponen las pymes societarias sobre las sociedades mercantiles totales, conviene destacar que aproximadamente el 98% de empresas personas jurídicas, es decir, sociedades mercantiles, son pyme, que engloban aproximadamente el 70% del empleo en nuestro país.
El porcentaje de participación de las mujeres en el órgano de administración de las sociedades mercantiles españolas, sean pyme o grandes empresas, dista mucho de aproximarse a la paridad con los hombres. Salvo en las microempresas, donde el porcentaje de mujeres fue de uno frente a cinco a favor de los hombres, en las pequeñas, medianas y también en las grandes empresas, las mujeres apenas llegaron a representar de media uno de cada siete puestos en el órgano de administración.
Con relación al análisis según los principales tipos societarios, anónimas y limitadas, se observa que en dos de cada tres sociedades anónimas no hay ninguna mujer en su órgano de administración, mientras que en las sociedades limitadas la proporción de ausencia femenina es mayor, en tres de cada cuatro sociedades limitadas no hay mujeres en dicho órgano.
La conclusión general en cuanto a la participación de la mujer en la pyme y en las grandes empresas, según lo indicado en los depósitos de cuentas, sería que todavía queda un largo camino por recorrer hasta llegar a una razonable paridad de género en los puestos de máximo nivel de decisión, es decir, en la estructura orgánica de las sociedades mercantiles españolas.
En relación a la presencia femenina en el órgano de administración, desglosada por Secciones de actividad de la CNAE, se puede destacar que las actividades que muestran una proporción mayor de mujeres son las siguientes: P (Educación) con el 28,2% de participación femenina en su órgano de administración; seguida de la T (Hogares que emplean personal doméstico, aunque su actividad es muy reducida con relación a las grandes Divisiones de actividad) con el 27,8%; la S (Otros servicios) con el 27,5%; el 27,2% para la Sección Q (Actividades sanitarias y servicios auxiliares); y a mayor distancia, la L (Actividades inmobiliarias) con el 21,9%. Todas ellas son actividades del sector terciario, es decir, de servicios, actividad que domina la economía de los países desarrollados, y en particular la economía española.
PARTICIPACIÓN EN EL EMPLEO SOCIETARIO
Las pyme en su conjunto suponen siete de cada diez empleos societarios y eso demuestra su enorme importancia en la economía española y en la vida diaria de los ciudadanos.
Con relación al desglose por género del empleo societario en las pymes, el porcentaje de empleo femenino es más alto en las microempresas, con el 37,4% del empleo, seguido de un porcentaje similar en las medianas, con el 36,9% y en última posición se sitúan las pequeñas, con el 32,6%. En contraste con lo anterior, las grandes muestran una mayor proporción de empleo femenino, llegando al 44,1% del volumen analizado. Con estos datos se aprecia que, en el entorno de la pyme societaria española, poco más de uno de cada tres empleos sería para mujeres frente a los otros dos restantes, que lo desempeñarían hombres.
En cuanto a la calidad del empleo, medida según el indicador de empleo fijo y no fijo, tanto en hombres como en mujeres, muestra cifras similares y por tanto una gran paridad entre unos y otras. En el caso de las microempresas, los hombres con contrato fijo suponían el 86,8% mientras que en las mujeres llegaban al 88,9%, casi dos puntos más, reflejando en ambos géneros que casi nueve de cada diez puestos son empleos fijos. Las pequeñas empresas muestran una situación todavía más parecida, con los hombres con contrato fijo en el 88% de los casos y las mujeres en el 88,8%. A medida que crece de manera importante el tamaño de las empresas tiende a reducirse el porcentaje de empleo fijo y, en consecuencia, aumenta la proporción de empleo no fijo: en las medianas (realmente grandes para la estructura societaria de nuestro país) caen ligeramente, hasta el 87,8% en los hombres y hasta el 87,6% en las mujeres, mostrando mayor caída en la comparación con las grandes empresas, en las que desciende el empleo fijo hasta el 84,1% en los hombres y el 83,5% en las mujeres, es decir entre 3 y 4 puntos menos en el caso de los hombres y entre 4 y 5 puntos menos en el caso de las mujeres.
La situación de gran equilibrio que muestra este indicador de calidad en el empleo es una buena noticia para la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, aunque debe tenerse en cuenta que se mide en esta ocasión, con los datos disponibles, la estabilidad (tiempo de duración) del contrato de trabajo existente, pero no las horas de duración de este, es decir, si es parcial o a tiempo completo.
Descendiendo nuevamente al detalle de las secciones de actividad en relación al empleo, podemos observar como se muestra una abrumadora presencia masculina, ocupando nueve de cada diez puestos de trabajo, en la Secciones B (Industrias extractivas) y F (Construcción); a continuación la Sección E (Suministro de agua, saneamientos y gestión de residuos), la H (Transporte y almacenamiento) y la A (Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca), sectores todos ellos en los que los hombres ocupan 4 de cada 5 empleos totales. Por último, dentro de los sectores más “masculinizados” a nivel de empleo, se encontrarían la Sección D (Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado) y la C (Industria manufacturera), en los que tres de cada cuatro empleos serían para los hombres.
En sentido contrario, las mujeres destacan en la Sección T (Hogares que emplean personal doméstico), con el 83%, no siendo significativo en ningún caso dado que su peso sobre el empleo total es del 0,01%; le sigue la Sección Q (Actividades sanitarias y de servicios sociales) en las que tres de cada cuatro empleos son para las mujeres. A continuación, los sectores con mayor proporción femenina son la Sección S (Otros servicios), Sección P (Educación) y Sección O (Administración Pública y Defensa, Seguridad social), en los que dos de cada tres empleos son para las mujeres.
Finalmente, se analiza la proporción de empleo fijo y no fijo de hombres y mujeres. Las mujeres presentan una mayor proporción de empleo fijo, claramente por encima del 90%, en la Sección K (Actividades financieras y de seguros), con el 97,3%; le sigue la Sección D (Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado), 96,8%; la Sección B (Industrias extractivas) con el 94,9% de empleo fijo femenino; y la Sección L (Actividades inmobiliarias), con el 92,1%.
El porcentaje de participación de las mujeres en el órgano de administración de las sociedades mercantiles españolas, sean Pymes o Grandes Empresas, dista mucho de aproximarse a la paridad
En sentido contrario, las mujeres presentan una menor proporción de empleo fijo en las siguientes secciones: N (Actividades administrativas y servicios auxiliares), con el 74%; le sigue la Sección A (Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca), con el 75,6% de empleo fijo femenino; y la Sección Q (Actividades sanitarias y de servicios sociales), con el 84,2%.
Como conclusión a estos datos se puede observar que, en el peor de los casos, los sectores de actividad con menor proporción de empleo fijo no bajan del 67% en el caso de los hombres en la Sección N (Actividades administrativas y servicios auxiliares), cifra que se encuentra 7 puntos por debajo de las mujeres. Resulta también significativo que dos secciones de actividad, la Sección D (Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado) y la Sección K (Actividades financieras y de seguros) muestran un grado de empleo fijo, tanto para hombres como para mujeres, alrededor del 97%, dejando el empleo no fijo en cifras totalmente marginales, poniendo de manifiesto la enorme estabilidad laboral que ofrecen ambas actividades sin ningún tipo de distinción en función del género del trabajador o trabajadora.
Este informe presentado por el Colegio de Registradores muestra, una vez más, el compromiso social de la Institución para la elaboración de conocimiento en sus áreas de actividad abordando, como en este caso, temas de actualidad y de tanto interés como como es la participación de la mujer en el mercado laboral de nuestro país.
Las cuentas anuales, instrumento clave para el conocimiento de las empresas
El objetivo del informe El rol de la mujer en la empresa española es aportar conocimiento actual sobre la presencia femenina en nuestras pymes a través de un instrumento de crucial importancia para dicho propósito: las cuentas anuales del Registro Mercantil, que constituyen una fuente informativa básica para conocer la situación financiera y de sostenibilidad de cada una de las empresas existentes en nuestro país. Además, hay que tener en cuenta que la utilización de la tecnología por las empresas españolas en su relación con el Registro Mercantil ha conseguido que el 95% de las más de 1.200.000 cuentas anuales depositadas, se presenten en formato digital y, por tanto, en formato tratable de forma automatizada, permitiendo la elaboración de estudios como este.