Nelly Calderón Navarro
El valor de la renuncia
Me casé a inicio de los años sesenta y con mi esposo nos fuimos a vivir a Tumbes, una ciudad en aquel entonces pequeña y que es fronteriza con el Ecuador. Al inicio me costó mucho dejar las costumbres limeñas, y de alguna manera lo compensé cuando empecé a enseñar literatura y lenguaje en un discreto colegio de educación secundaria una etapa de lindos recuerdos, de poesía y de pasillos que es una música típica y tradicional ecuatoriana llena de nostalgia, para mi una poesía musicalizada.