“Las aseguradoras están particularmente concienciadas con la atención a los colectivos vulnerables, entre los que figuran los mayores”
Hace menos de un año, usted fue nombrada presidenta de Unespa, la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, sustituyendo a otra mujer, Pilar González de Frutos. ¿Podría hacernos un balance de su actuación, al frente de un sector que emplea directamente a 54.000 personas, siendo mujeres el 54 por ciento?
La verdad es que han sido unos meses ciertamente intensos. Aunque formaba parte de la casa desde hace muchísimos años, la asunción de nuevas responsabilidades constituye una oportunidad para retomar contacto con mucha gente y conocer también a personas nuevas. Nuestra actividad institucional ha sido un no parar desde la pasada primavera hasta hoy. Es fundamental potenciar el diálogo con todas las partes interesadas, ya sea la Administración Pública, los interlocutores sociales o los representantes de colectivos; tanto a nivel nacional como internacional.
El seguro representa el 5,3% del PIB. Protegemos a familias, empresas e instituciones de los riesgos a los que se ven expuestas. Mi prioridad, por lo tanto, es situar el seguro en el lugar que le corresponde por su relevancia social, poner de manifiesto el papel que podemos jugar en la transición hacia una economía más justa y sostenible. También debemos trasladar que el seguro puede, a través de la colaboración público-privada, ayudar a afrontar algunos de los grandes desafíos que tiene la sociedad española por delante, como pueden ser los efectos del envejecimiento demográfico (pensiones, salud, dependencia…) o los fenómenos climáticos.
Efectivamente, las mujeres representamos el 54% de la plantilla del seguro. En cambio, ocupamos un tercio de los puestos directivos del seguro. No hay igualdad todavía, es verdad. Pero su presencia ya es mayoritaria en ciertos departamentos.
Siete de cada 10 Departamentos de ‘Compliance’ y seis de cada 10 Departamentos de Recursos Humanos están dirigidos por mujeres, por ejemplo. Las mujeres también están al frente de cerca de la mitad de los departamentos de Comunicación y de Marketing. En el extremo opuesto, no hay que obviar que la presencia de directivas es menor en los departamentos Comercial, Administrativo, en Informática y, sí, todavía escasean en Dirección General.
La mujer ocupa, actualmente, tres de cada 10 puestos en los comités de dirección de las aseguradoras. Su peso es menor si analizamos los consejos de administración, donde representan a dos de cada 10 consejeros. Pero aquí se ve un cambio importante: casi la mitad de los puestos renovados en consejos en 2022 fue para una mujer. Con tasas de reemplazo como estas, es previsible que en no muchos años la composición de los consejos se haya equilibrado bastante.
La paridad no se ha logrado en el seguro todavía, eso está claro. Actualmente, manejamos ratios de presencia femenina de entre el 20% y el 33%, según estemos midiendo asientos en los consejos o puestos en los comités de dirección.
“El incendio de Valencia es un ejemplo muy bueno de la importancia que tiene el seguro para la sociedad. Del papel social que juega esta industria ante sucesos que, ciertamente, constituyen un mazazo en la vida de las personas”
Usted tiene una amplia experiencia laboral internacional. ¿El mundo de las aseguradoras tiene un perfil diferente en cada país?
El seguro forma parte de la industria financiera y, como tal, es una actividad completamente internacionalizada. Hay algunas normas, como por ejemplo las de contabilidad, que se definen en foros internacionales. Existen instituciones, como la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros (IAIS, en inglés) o la Federación Mundial de Asociaciones de Seguros (GFIA, en inglés), que sirven como foros donde aunar pautas y compartir experiencias.
En Europa, por supuesto, vemos que prácticamente toda la legislación que se nos aplica tiene su origen en Bruselas. Ahí están, por ejemplo, la Directiva de Solvencia II, la Directiva de distribución de seguros o la Directiva del seguro del automóvil, sólo por citar tres textos de referencia. Como es lógico, las asociaciones de aseguradoras contamos con una federación que nos representa en este entorno. Es Insurance Europe.
Esta arquitectura institucional, compuesta por normas y órganos multilaterales, hace que la práctica aseguradora se encuentre bastante estandarizada. Dicho esto, por supuesto que cada país tiene luego sus propias idiosincrasias.
En el ramo de no vida, tenemos nuestras especificidades en España. Por ejemplo, el seguro se caracteriza aquí por hacer una prestación directa de los servicios. Entre tanto, en el ramo de vida ahorro el mercado español destaca por la preeminencia de los productos con garantías.
El mercado español también tiene instituciones propias, como el Consorcio de Compensación de Seguros, que se hace cargo de cubrir determinados fenómenos naturales y otros hechos extraordinarios; o Agroseguro, el pool que protege la actividad agropecuaria. En cambio, vamos bastante rezagados en materia de ahorro para la jubilación si se nos compara con países de Centroeuropa, Escandinavia o del mundo anglosajón.
La composición del negocio en los mercados maduros es de, aproximadamente, un 50%-50%. La mitad de los ingresos provienen del seguro de vida y la otra mitad de los seguros patrimoniales o de “no vida”. En España, en cambio, el seguro de vida aportaba el 44% de los ingresos por primas a cierre de 2023, así pues, todavía tenemos margen de mejora.
Pero todo esto es una cuestión de composición del mercado. No de la práctica profesional.
La actualidad nos lleva a un caso concreto en el que el sector de las aseguradoras tiene un gran protagonismo, como es el incendio de Valencia. ¿Considera que en catástrofes de este tipo los seguros responden con la urgencia que los damnificados requieren?
El incendio de Valencia es un ejemplo muy bueno de la importancia que tiene el seguro para la sociedad. Del papel social que juega esta industria ante sucesos que, ciertamente, constituyen un mazazo en la vida de las personas.
La respuesta de las aseguradoras implicadas en el suceso ha sido inmediata, como se ha podido comprobar a través de sus comunicados. Se han reforzado los servicios de atención a los afectados y se han desembolsado cantidades a cuenta. Todo para ayudar a las personas implicadas a capear esta complicada situación.
El incendio de Valencia pone de manifiesto, sobre todo, la importancia de protegerse. En la actualidad detectamos que existen déficits de protección o “gaps” de aseguramiento que constituyen fuentes de vulnerabilidad para las personas. Estas carencias afectan a distintas facetas de la vida, no sólo a la vivienda. Es necesario proteger la vida, la salud, la jubilación, el patrimonio…
Pero no basta con tener un seguro. Hay que tener un buen seguro. En otras palabras, hay que evitar el infraaseguramiento. Las protecciones deben evolucionar en paralelo al coste de la vida para que, si se produce un percance, la póliza contemple unos pagos que permitan hacer frente de manera adecuada a los daños sufridos.
El Colegio de Registradores tiene un compromiso con impulsar el lenguaje jurídico claro y sobre este tema hemos celebrado recientemente una Jornada. ¿Cómo presidenta de UNESPA comparte la inquietud para luchar por una redacción accesible y fácilmente entendible de los contratos? ¿Tiene alguna iniciativa en este sentido?
El seguro ha avanzado enormes distancias para acercarse a la gente, para explicarse mejor. Estamos Seguros es la iniciativa de educación financiera que promueve UNESPA y una de las muchas actividades emprendidas en el marco de nuestra industria para acercar la cultura aseguradora. En el marco de Estamos Seguros abordamos, entre otras muchas iniciativas, la simplificación del lenguaje asegurador. Animamos a las entidades a adoptar términos más sencillos en la documentación informativa que distribuyen a sus potenciales clientes.
No obstante, el alcance de iniciativas como esta tiene un límite. No hay que perder de vista que el seguro es una actividad regulada y que, de hecho, dispone de una ley específica en materia contractual: la Ley de contrato de seguro (LCS). Esta norma se remonta a 1980 y, si bien fue muy garantista y apropiada en aquel momento, ahora adolece de algunas carencias en un mundo altamente digitalizado.
Más allá de las acciones sectoriales como las que acabo de mencionar, algunas aseguradoras tienen programas de educación financiera en marcha a título individual y todas realizan enormes esfuerzos en simplificar sus servicios a los consumidores. Un vistazo a cualquier página web o a las redes sociales permite apreciar los avances en esta materia: el lenguaje empleado es más sencillo, los formatos más intuitivos y agradables a la vista, las aplicaciones permiten hacer seguimiento del estado en que se encuentra un determinado siniestro, etc. Todo es mucho más transparente. Y esto, indudablemente, hace que los consumidores tengan una mejor percepción del seguro.
Por otra parte, la ley por la que se creará la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero incorpora, entre sus objetivos fundacionales, la promoción de la educación financiera. Aquí tenemos una oportunidad de mejorar los conocimientos que la sociedad tiene sobre el seguro. Convendría incorporar la educación financiera al currículo de la educación obligatoria.
“Hace unos años se creó en el sector Empower Women in Insurance o Red EWI. Esta iniciativa tiene como objetivo impulsar la presencia de la mujer en los puestos de dirección del sector asegurador y dotarle de mayor visibilidad dentro de la industria”
En el Informe sobre la digitalización de la industria aseguradora se destaca en gran impulso de la digitalización y las nuevas tecnologías en el sector que usted preside. ¿Cómo conjugan desde UNESPA la brecha que se produce entre la alta digitalización y los usuarios que no disponen de un avanzado nivel en el uso de las nuevas tecnologías?
El seguro es una actividad que combina el uso de las nuevas tecnologías con la atención presencial. Antes me he referido a los esfuerzos elaborados por las entidades para desarrollar páginas web, aplicaciones y servicios de atención telemática ágiles e intuitivos. A esto se puede sumar la atención cara a cara.
Las aseguradoras cuentan con una extensísima red presencial. Esta red está compuesta por agentes de seguros, corredores, sucursales bancarias y oficinas propias. Y lo que vemos es que los territorios de la llamada “España vaciada” –que son, además, los más envejecidos demográficamente–, son los que presentan unas ratios de puntos de atención más generosas. Provincias como Teruel (26,5 puntos de atención por cada 10.000 habitantes), Orense (24,8) o Soria (23,8) son los lugares con mayor capilaridad del seguro. En contraste, las últimas posiciones son para las provincias que albergan grandes urbes, como Madrid, Barcelona o Valencia.
Las aseguradoras están particularmente concienciadas con la atención a los colectivos vulnerables, entre los que figuran los mayores. Sabemos que ellos son las personas menos habituadas a manejar herramientas digitales. Por esta razón, disponemos de canales para atenderles en persona y asegurar su adecuada inclusión financiera.
La RedEWI, Empower Women in Insurance le ha otorgado el premio Mujer más inspiradora.¿Cómo valora estas iniciativas que tienen como objetivo impulsar la presencia de mujeres en el ámbito directivo?
Hace unos años se creó en el sector Empower Women in Insurance o Red EWI. Esta iniciativa tiene como objetivo impulsar la presencia de la mujer en los puestos de dirección del sector asegurador y dotarle de mayor visibilidad dentro de la industria.
La Red EWI se marcó al echar a andar un objetivo muy concreto en materia de promoción de la mujer: que en 2025 el 40% de los directivos del seguro fueran mujeres. Al fijarse esta meta, el seguro se ha convertido en un ejemplo para otras industrias. De hecho, en promoción de la igualdad vamos por delante de lo que dice la legislación.
La Red EWI implica a profesionales de todo el sector. Ya sean de aseguradoras, mediadores, actuarios… Y desarrolla varias iniciativas para lograr sus metas. Entre todas ellas me gustaría destacar dos:
La creación de un Observatorio de la Igualdad del sector asegurador: Desde este observatorio se realiza con carácter anual una revisión del proceso de promoción de la mujer a puestos directivos en nuestra industria.
La constitución de un directorio público de mujeres directivas del seguro. Este directorio ayuda a quienes organizan foros o jornadas a identificar a mujeres directivas y contactarlas para que ejerzan de ponentes.
Red EWI ejerce, además, de un punto de encuentro en el que las mujeres y los hombres podemos interactuar y desarrollar relaciones profesionales en condición de igualdad, porque si algo desea Red EWI es que en este proceso participen también los varones.
Por otra parte, merece la pena destacar que cerca de la mitad de las aseguradoras cuenta con planes de desarrollo de carrera formales. Y aquí, debo subrayarlo, las grandes beneficiadas de su existencia son las mujeres. Ellas constituyen el 52% de las personas adscritas a estos planes de carrera.