Decanas autonómicas y 160 aniversario Ley Hipotecaria

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Al feminismo le puedo hacer un elogio personal que puede ser malinterpretado: No soy seguidora del movimiento feminista. ¿Por qué? Porque el nivel alcanzado personal y profesionalmente es suficientemente satisfactorio como para que el tema me resulte residual en ciertos aspectos.

Pero eso, es una verdad a medias, porque el feminismo no es sólo la erradicación de la violencia de género, la brecha salarial, el acceso a los puestos de decisión y de poder. El movimiento feminista, y aquí es donde toma todo su interés personalmente, busca una transformación de la sociedad más profunda basada en la “sostenibilidad”. En esa dirección, ciertas mujeres, al frente de determinados países, en estos tiempos de pandemia, han sido un gran impulso, por ser buenos ejemplos de liderazgos ejercidos con firmeza y empatía con los más vulnerables (reconocido por la ONU). Necesitamos más. En la época poscovid, el feminismo luchará, además, de por los temas tradicionales antes citados, por otros debates como en la gestión del tiempo y de los horarios. En palabras de Beatriz Gimeno, presidenta del Instituto de la Mujer, “poner la vida en el centro no es nada místico”. La gestión del tiempo quizás será imprescindible para la sostenibilidad del planeta, y esta nueva realidad refuerza que lo que habría sido una reivindicación feminista en busca de la igualdad, ahora, resulta que van a converger otros intereses que apoyan la causa y a los que deberán someterse incluso los económicos.

…Y aunque el movimiento feminista mira hacia ese futuro, la sociedad y no ya el feminismo, incluso la más igualitaria europea, sigue con problemas tales como “Hay barrios de Francia y Suecia a los que ya no van las mujeres” -Ayaan Hirsi Alí- (artículos de prensa del día 5 de febrero de 2021). 

A esa realidad, entre otros muchos factores, están contribuyendo las redes sociales, utilizadas por el islamismo radical, la ultraderecha y la desinformación-manipulación procedente de Rusia, entre otros… Es importante tomar consciencia de que las redes, sin demonizarlas, pueden y están siendo utilizadas para propagar una tendencia dirigida a mantener el patriarcado como sistema de poder del hombre sobre la mujer: Alex Rodríguez en La Vanguardia del 31 de enero de 2021 publicaba “Las redes también están siendo usadas para expandir los movimientos neomachistas (…), uno de cuyos principales objetivos es combatir en los próximos años la entrada de las reivindicaciones de las mujeres en la agenda política”.

Carmen Florán