En el 160 aniversario de la promulgación de la Ley Hipotecaria, querría hacer un breve comentario sobre el pasado, el presente y el futuro de la mujer registradora con ocasión del Día Internacional de la Mujer.
Mirando hacia atrás, rindo un cariñoso homenaje a mis compañeras jubiladas, mujeres con coraje y carácter a las que he conocido en nuestros encuentros de las tardes de los martes, modelos a seguir de trabajo bien hecho y vocación de servicio. Todas son protagonistas de una historia profesional iniciada en entornos rurales pequeños y en una sociedad muy distinta a la actual que reservaba a la mujer un papel muy diferente. Traigo aquí, también, el reconocimiento a las oficiales y auxiliares con las que he compartido muchas horas de faena en los diferentes Registros servidos. Una presencia femenina eficiente en nuestras oficinas desde hace muchos años.
El presente habla por sí solo, con un alto porcentaje de mujeres registradoras que, día a día, al igual que nuestros compañeros, dirigen la oficina a cuyo frente se encuentran, gestionan sus recursos y las plantillas, atienden las consultas de los usuarios, asesoran a particulares y profesionales y califican y controlan la legalidad de los miles de documentos que acceden a los Registros de la Propiedad. También la mujer tiene una importante representación en cargos colegiales, con nuestra decana nacional y ocho decanas autonómicas y territoriales.
El futuro es estimulante. Y así, junto a nuestros compañeros, seguiremos avanzando y contribuyendo a la transformación de la función registral en la dirección que la sociedad de este siglo XXI nos exija, con pleno respeto a los principios hipotecarios que son base de nuestro sistema registral.
María del Pilar Rodríguez Álvarez