Descrita con frecuencia como la segunda potencia turística del mundo, por detrás de Francia, España es en realidad la primera. El año pasado recibió 93,8 millones de turistas mientras que Francia acogió a más de 102. Pero lo que de verdad más importa son los ingresos que generan los viajeros extranjeros. Y ahí España es campeona del mundo con unos ingresos que rondaron los 209.000 millones de euros.
¿Por qué le gana de lejos al país vecino? Porque Francia es ante todo París, donde las estancias del turista son cortas, y porque es además un país de tránsito por el que pasan en coche millones de turistas que apenas se paran y gastan en su periplo rumbo a España o Italia. La duración media de las estancias es de 3,3 días. En España son más largas (5,5 días) y el gasto medio por viaje alcanza casi los 1.400 euros.
Esta estadística turística tiene un lado menos positivo. El peso del turismo en el PIB de España alcanzó 13,1% en 2024 mientras que en 2019, último año de normalidad antes de Covid-19, fue del 12,3%. Ahora genera nada menos que el 13,4% del empleo. Más de una cuarta parte del crecimiento económico de España el año pasado (3,1%) es achacable al turismo.
España no alcanzará probablemente en 2025 los cien millones de turistas, como algunos vaticinaron, pero el crecimiento se mantuvo en el primer semestre. Llegaron 44,5 millones de visitantes extranjeros, un 4,7% más que el año pasado, aunque el gasto medio por visitante disminuyó un poco. “El turismo mantiene su fortaleza, pero no es indemne a la creciente complejidad e incertidumbre del contexto geoeconómico internacional”, señala Exceltur, la principal patronal del sector.
De todas las grandes economías de Europa, España fue la que experimentó en 2020 la mayor recesión a causa de la crisis provocada por el Covid-19. La caída del PIB fue ese año del 11,9%, el doble que la media de la UE. Una década antes (2008/2009) también fue el gran país europeo más golpeado por la llamada crisis de las “subprime”, la concesión masiva de hipotecas de alto riesgo.
El peso del turismo en el PIB de España alcanzó 13,1% en 2024 mientras que en 2019, último año de normalidad antes de Covid-19, fue del 12,3%. Ahora genera nada menos que el 13,4% del empleo. Más de una cuarta parte del crecimiento económico de España el año pasado (3,1%) es achacable al turismo
Un factor que agravó entonces la debacle económica española fue el desmoronamiento del turismo. Cuanto mayor es la dependencia de ese sector, mayor es el impacto de la crisis. Prueba de ello es que en Baleares, la comunidad autónoma más dependiente del turismo, la caída del PIB fue del 21,7% en 2020. En Canarias, la segunda más supeditada al sector, el desplome fue del 18,1%. La renta per cápita en ese archipiélago se colocó ese año a la cola de España.
Los fondos Next Generation de la Unión Europea, aprobados en julio de 2020, pretenden, entre otros objetivos, que las economías europeas sean más resilientes y estén mejor preparadas para futuros desafíos. En España el turismo ha vuelto, sin embargo, a ser la gallina de los huevos de oro y, a juzgar por su mayor peso en la economía, es ahora más ponedora. Quizás no se ha aprovechado suficientemente la era post-Covid para impulsar otros ejes de crecimiento más sólidos.
La Organización Mundial de la Salud ha advertido que una nueva pandemia podría surgir en cualquier momento. Los riesgos geopolíticos son además ahora mayores que hace seis años cuando se propagó el Covid-19. Las caídas del turismo en Egipto, Jordania y, sobre todo, Israel tras el inicio de la invasión de Gaza, en octubre de 2023, lo demuestran. España ha sido un destino alternativo para algunos de los que renunciaron a viajar a Oriente Próximo.
Pero ni siquiera es necesaria una pandemia para que el turismo sufra un revés. Basta para asestarle un golpe con que Ryanair, la compañía aérea que más pasajeros traslada a España, decida suprimir rutas para lograr que las autoridades aeroportuarias (AENA) se dobleguen ante sus reivindicaciones. Diez aeropuertos españoles recibirán menos tráfico de la línea de bajo coste y en dos de ellos (Jerez de la Frontera y Valladolid) no aterrizará ni uno de sus aviones durante la próxima temporada.
Ignacio Cembrero