El pasado mes de noviembre falleció en el exilio de Miami el poeta y periodista cubano Raúl Rivero, uno de los 75 opositores, activistas de derechos humanos y periodistas independientes encarcelados en la llamada Primavera Negra de 2003 contra la disidencia cubana.
Perteneciente a las primeras generaciones de periodistas que se graduaron en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana tras el triunfo de la Revolución Cubana, Raúl Rivero (Morón, 1945) fue uno de los firmantes de la Carta de los Intelectuales en junio de 1991, en la que se solicitaba al dictador Fidel Castro la liberación de los presos de conciencia. En 1995 fundó la agencia independiente Cuba Press, que ofrecía artículos de escritores disidentes a medios de comunicación estadounidenses y de otros países.
Autor de numerosos volúmenes de poesía y periodismo a lo largo de su carrera, Rivero se dio a conocer fuera de Cuba y en 1999 recibió el premio Maria Moors Cabot de periodismo internacional de la Universidad de Columbia. Al año siguiente fue nombrado uno de los 50 héroes mundiales de la libertad de prensa del último medio siglo por el International Press Institute.
En 2003 fue detenido junto con otros 74 disidentes por el gobierno cubano y condenado a 20 años de prisión, acusado de actividades subversivas encaminadas a afectar la independencia e integridad territorial de Cuba. Se le acusó de escribir contra el gobierno, haberse entrevistado con el diplomático estadounidense James Cason y haber organizado reuniones opositoras en su domicilio.
Su esposa, Blanca Reyes, cofundadora de las Damas de Blanco, una organización cuyas integrantes realizaban una marcha silenciosa todos los domingos para protestar por el encarcelamiento de sus familiares, denunció en una carta enviada a la organización Reporteros sin Fronteras las condiciones infrahumanas en que permanecía el poeta y periodista independiente cubano.
Como tributo a su compromiso con la independencia de la información, uno de los pilares del periodismo profesional, el intelectual fue galardonado en febrero de 2004 con el Premio Mundial de la Libertad de Prensa UNESCO-Guillermo Cano.
Raúl Rivero pasó en la cárcel año y medio, y salió de ella por motivos de salud, gracias a las presiones internacionales, en noviembre de 2004. Seis meses después se trasladó a España con su familia, donde estuvo exiliado desde 2005. En 2007 fue nombrado presidente el Foro Regional para la Inmigración de la Comunidad de Madrid, convirtiéndose en el primer inmigrante que dirigía una institución de estas características. Ese mismo año fue galardonado con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo por su trayectoria profesional. En 2012 le fue otorgada la nacionalidad española.
Tras permanecer en España durante una década, Rivero y su mujer se trasladaron a Miami en 2014 para estar más cerca de la familia. Desde allí siguió escribiendo, contemplando la actualidad de Cuba y soñando con que sus versos regresaran algún día, por fin en libertad, a la tierra que le vio nacer.