El día 5 de noviembre se celebró en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales una jornada conmemorativa del cuarenta aniversario de la Constitución española de 1978 en su dimensión europea. La jornada, organizada conjuntamente por la Fundación Coloquio Jurídico Europeo y la Asociación Española para el Estudio del Derecho Europeo (AEDEUR), tuvo por objeto someter a debate la influencia europea sobre nuestra Constitución, pero también el impacto y la influencia del texto constitucional en el proceso de integración europea.
La jornada contó con la participación de prestigiosos expertos en Derecho constitucional, internacional y Derecho público comparado. La coordinación del acto, a cargo de Pedro Cruz Villalón, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Derecho Europeo, planteó un debate en dos partes, la primera dedicada a la influencia europea sobre el texto constitucional español, y la segunda centrada en la influencia exterior de la Constitución. Para la realización de la primera parte se contó con las ponencias de los profesores José Martín y Pérez de Nanclares e Ignacio Molina. El primero, catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Salamanca, aportó una visión dogmático-jurídica de la cuestión, seguida de la presentación del profesor Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. En la segunda parte de la jornada el debate se centró en la influencia exterior de la Constitución, para lo cual se contó con la participación de los profesores Karl-Peter Sommermann, de la Universidad de Speyer, y la doctora Tania Groppi, de la Universidad de Siena.
La jornada se inauguró por la directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Yolanda Gómez, Pedro Cruz Villalón en representación de la AEDEUR y Paloma Biglino en representación de la Fundación Coloquio Jurídico Europeo.
ETAPAS TRANSFORMADORAS
En la primera mesa de la jornada, presidida y moderada por Carmen Martínez Capdevila, de la Universidad Autónoma de Madrid, Martín y Pérez de Nanclares expuso en primer lugar el impacto de la integración europea en la Constitución de 1978, poniendo un especial énfasis en las distintas etapas transformadoras del texto constitucional a merced del ingreso de España en las Comunidades Europeas desde 1986. La presentación puso de relieve las dificultades afrontadas por el sistema jurídico español para interiorizar el Derecho comunitario y después el Derecho de la Unión, especialmente en el caso de un Estado territorialmente compuesto. Asimismo, se analizó con detalle las limitaciones del artículo 93 de la Constitución y las diversas interpretaciones que ha realizado del mismo el Tribunal Constitucional, especialmente tras la Declaración 1/2004. La integración autonómica del Derecho de la Unión también ofreció una oportunidad al profesor Martín y Pérez de Nanclares para abordar la evolución del sistema territorial español y su relación con el proceso de integración europea.
La última parte de su intervención estuvo centrada en la reforma constitucional y sus posibles alternativas. Además de criticar las dificultades que ha tenido el constituyente español para acometer la reforma de la Constitución durante los últimos años, el ponente apostó por una reforma que refleje claramente el compromiso de España con el proceso de integración europea, destacando principalmente la necesidad de recalcar los valores compartidos con la Unión, muy señaladamente el principio de Estado de Derecho. Al hilo de esta reflexión, el ponente criticó las reformas constitucionales realizadas hasta la fecha, tanto en la forma como en el fondo, y sugirió que se acometa una reforma constitucional más pronto que tarde para asegurar no sólo la viabilidad del régimen constitucional de 1978, sino también para mantener vivo el espíritu europeísta que la Constitución no refleja a día de hoy.
“La Unión Europea ha sido un factor de estabilidad y cohesión fundamental para España, al que ha aportado no sólo prosperidad, sino que también ha reforzado el sentido de pertenencia de los españoles a un proyecto nacional común”
La ponencia de Ignacio Molina estuvo dedicada a la dimensión politológica de la integración europea y de la evolución del Reino de España como Estado miembro. El ponente destacó el carácter abiertamente pro-europeo de la sociedad española y aportó diversos datos para retratar la situación actual, que resalta entre otros Estados miembros por su abierto compromiso europeo. Además, el ponente resaltó una peculiaridad española, pero de gran importancia para comprender el compromiso europeísta del país: la Unión Europea se percibe en España como un proyecto que mejora y aporta valor y mayor sentido de pertenencia a la comunidad nacional. Citando datos del Eurobarómetro, los españoles se sienten mayoritariamente más identificados con su condición de españoles cuando esta identificación se refiere a una España en la Unión Europea. Por tanto, la Unión Europea ha sido un factor de estabilidad y cohesión fundamental para un Estado territorial compuesto como es España, al que ha aportado no sólo prosperidad, sino que también ha reforzado el sentido de pertenencia de los españoles a un proyecto nacional común.
Al hilo de este argumento, Molina destacó algunas debilidades de la articulación institucional española en su integración en la Unión, especialmente las debilidades del parlamentarismo español y su fuerte dependencia del Gobierno en la definición de la agenda europea. Al tratarse de una política, quizás la única, en la que existe un consenso entre los principales partidos políticos españoles, la política europea ha reforzado el papel del Gobierno y, en cambio, ha debilitado el pluralismo político representado en las Cortes. Como consecuencia de ello, la política europea es una actividad principalmente gubernamental y administrativa, sujeta a las prioridades de la agenda política del Gobierno, sin que ello se vea sometido a un debate parlamentario como el reflejado en otras políticas. No obstante, el ponente reconoció que esta despolitización de las políticas europeas ha permitido una mejor articulación de la posición de España en las Instituciones, aunque también admitió que ello se ha realizado a costa de una pérdida considerable de influencia de las Comunidades Autónomas en esferas competenciales de la máxima relevancia, como es el caso de la agricultura, la pesca o los transportes, por poner algunos ejemplos.
INFLUENCIA EXTERIOR
La segunda parte de la jornada se dedicó a la influencia exterior de la Constitución española y, en particular, a su influencia en el proyecto europeo y en otros Estados miembros del entorno europeo. La mesa, integrada por los profesores Sommermann y Groppi, estuvo presidida y moderada por Francisco Bastida, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo. La ponencia de Sommermann destacó por su claridad expositiva y por la enumeración de logros del constitucionalismo español y su capacidad de influencia. En particular, el ponente dedicó gran parte de su exposición a reflejar el impacto de la distinción entre derechos y principios rectores de la política económica y social existente en la Constitución española, y su arraigo en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Como es sabido, la Carta distingue en su artículo 51.2 entre derechos y principios, atribuyendo a estos últimos una función interpretativa, pero privándolos de efectividad directa. Esta distinción carece de referentes comparados, pero se encuentra muy presente en la Constitución de 1978, hasta el punto de actuar como una partición jurisdiccional que delimita el alcance y perímetro del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Sommermann expuso la importancia de esta distinción en la Carta y en la más reciente jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Una evolución marcada por la influencia decisiva de la experiencia constitucional española.
Tania Groppi realizó una extensa descripción de los elementos originales de la Constitución española, empezando por su sistema territorial desconstitucionalizado y terminando con su carácter eminentemente pactista. A pesar de las acusaciones de falta de originalidad que recibió el texto constitucional en sus primeros años de vida, la ponente desmontó esta crítica enumerando uno a uno los elementos originales de la Constitución y destacó su influencia sobre otras constituciones posteriores, no sólo en América Latina, sino también en los países de la Europa del Este. Asimismo, aspectos de una gran modernidad, como la referencia a la informática entre los derechos fundamentales, o la defensa del medio ambiente, demuestran el carácter visionario del constituyente español, adelantado a fenómenos que décadas después resultarían ser una parte central de las políticas públicas europeas.
“La referencia a la informática entre los derechos fundamentales, o la defensa del medio ambiente, demuestran el carácter visionario del constituyente español”
Finalmente, la jornada se clausuró con unas palabras de la directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Yolanda Gómez, y el presidente de AEDEUR, Pedro Cruz Villalón. Sus intervenciones fueron seguidas de un discurso de clausura a cargo del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla Martos, cuyas palabras rindieron homenaje a los “juristas de la Constitución”, entre los que destacó a Pedro Cruz Villalón. Asimismo, el secretario de Estado destacó la importancia de la reforma constitucional y la necesidad de evitar su obsolescencia, especialmente en momentos de crisis o tensión política como los vividos recientemente en el país. José Antonio Montilla realizó un llamamiento a favor de la reforma, pero no por el mero hecho de acometer una reforma sin más, sino para reforzar los valores de la posguerra que tantos frutos y paz han proporcionado al mundo.
por Daniel Sarmiento
Universidad Complutense de Madrid
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