La entrega del Premio Gumersindo de Azcárate, en su XI edición, a D. Alex Grijelmo, constituye uno de los momentos más especiales para los registradores de España, que por razones sanitarias, hoy estarán presentes a través del streaming.
Este Premio simboliza en la persona de D. Gumersindo de Azcárate aquellos valores que pretendemos potenciar en nuestra sociedad.
D. Gumersindo de Azcárate fue un hombre comprometido socialmente que reivindicó, en palabras de Gonzalo Capellán “una sociedad plural e inclusiva donde se acepte la diversidad de ideas, creencias y opiniones”.
Inició su actividad profesional el 18 de diciembre de 1861, como letrado de la entonces llamada Dirección General de los Registros, el mismo año de la promulgación de la Ley Hipotecaria cuyo 160 aniversario estamos conmemorando. Permítanme alguna pincelada histórica. En 1869 alcanzada la jefatura de negociado, tuvo lugar un hecho determinante para su presencia en la Dirección General. Se produjo el cese de un compañero, considerándolo injusto, procedió a formular una queja ante el ministro de justicia, que provocó su cese y el de sus compañeros. Eran otros tiempos.
Con la llegada de la primera República, fue llamado por Nicolás Salmerón, a la sazón ministro de Justicia, para ocupar el puesto de director general de los Registros y del Notariado, pese a sus reticencias iniciales en 1873 tomó posesión del cargo.
Su estrecho contacto con la Institución Registral, le llevaría al convencimiento de que era un instrumento eficaz para el progreso económico y social de España.
Así se percibe de modo irrefutable cuando se refiere a la “cuestión agraria”. Defendió el necesario acceso del campesino a la propiedad, como medio para alcanzar la paz social. En diversas intervenciones parlamentarias, acaecidas en el año 1892, comparó los conflictos sociales de Jerez, con la tranquila situación de Chiclana, achacándolo a la existencia de pequeños propietarios en el citado municipio, valiéndose en su defensa parlamentaria de la ya entonces existente estadística del Registro de la Propiedad.
Sólo desde ese conocimiento, y subsiguiente convencimiento se entiende su posición respecto a dos proyectos que entonces se consideraban prioritarios:
El de la creación de un banco hipotecario, que permitiera el desarrollo del crédito territorial.
Consideraba D. Gumersindo necesario que primero se aplicara en su totalidad la Ley Hipotecaria, antes de crearlo, de modo que se pudiera conocer “lo que la cosa es y vale” sin el temor de que alguien pudiera reclamar algún derecho sobre la misma.
La necesaria moderación del interés en los préstamos.
En sus escritos reconoció el importante descenso de los tipos de interés en los préstamos generado desde 1861, debido a la promulgación de la Ley Hipotecaria. Creía que los tipos de interés se moderarían por la fortaleza de la garantía hipotecaria, completando el sistema mediante la promulgación de la todavía hoy vigente Ley Azcárate para luchar contra la usura, dejando al juez la última palabra mediante la ponderación de las circunstancias del caso concreto.
“Es en la formación de la opinión donde la prensa, cuya libertad de expresión defendió Gumersindo de Azcárate, hace más patente su compromiso democrático. La verdad, la honestidad en la información fomenta a una sociedad más libre, en tanto puede decidir por sí misma con conocimiento de causa”
En su afán reformista, propició la modificación del Código de Comercio de 1829, que daría lugar al de 1885, reforzando el Registro Mercantil. Presidió el Instituto de Reformas Sociales continuador de la comisión del mismo nombre, preocupado siempre por fomentar el crédito territorial, el acceso a la propiedad, y el cooperativismo como instrumentos fundamentales para el progreso social.
Luchó por la libertad de prensa y por la generalización de la instrucción, presidiendo la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, cuyos derechos defendió ya desde su tesis doctoral sobre la ley 61 de Toro, que prohibía a la mujer ser fiadora del marido.
Cercano el final de su vida, en un acto celebrado en Madrid, en el Hotel Inglés, a comienzo de 1913 reivindicó la tolerancia como el gran valor del Siglo XIX, señalando como necesaria la concurrencia de tres elementos: libertad, leyes justas inspiradas en la libre opinión del pueblo, y cumplimiento exacto y honrado de estas leyes.
Apunta Capellán, un cambio importante en esta formulación desde su primera manifestación en 1869, entonces defendía la opinión “pública” como opinión de la generalidad. Ahora esa generalidad adquiere una mayor dimensión y se encarna en el pueblo que decide sobre sus gobiernos y se da sus leyes.
Es en la formación de la opinión donde la prensa, cuya libertad de expresión defendió Gumersindo de Azcárate, hace más patente su compromiso democrático. La verdad, la honestidad en la información fomenta a una sociedad más libre, en tanto puede decidir por sí misma con conocimiento de causa.
Como legislador del XIX, la claridad del lenguaje jurídico fue su santo y seña, como resulta de la ley de 23 de julio de 1908, de la Usura, fruto en gran parte de su pluma.
La XI edición del Premio Gumersindo de Azcárate, que sintetiza esos valores de tolerancia, de atención a los ciudadanos, ha recaído en el periodista y escritor Alex Grijelmo, por su compromiso con la ética profesional y con el auténtico valor de las palabras, así lo manifiesta en sus propias palabras: “la ética es el alma de cualquier periodista y una sociedad sin un periodismo ético no puede ser una sociedad democrática de calidad”, así como por su destacada trayectoria, tanto la desarrollada en el Grupo Prisa como en la presidencia de la Agencia EFE, desde la que impulsó la creación de la Fundación del Español Urgente, la FUNDEU. También propició la creación consensuada del Estatuto de la Redacción (que contiene los derechos y deberes de sus periodistas), el Consejo de Redacción (su representación profesional) y el Libro de estilo urgente, que recoge los criterios profesionales para elaborar las noticias.
Tanto su actividad profesional como la que realiza en defensa del idioma español, tiene en Alex Grijelmo una potente vertiente iberoamericana que se concreta en su condición de académico de la Lengua de Colombia y de maestro de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Para los registradores resulta especialmente relevante su participación en la Comisión de Modernización del Lenguaje Jurídico que recibió y cumplió el encargo de presentar al Consejo de Ministros un informe de recomendaciones sobre el lenguaje empleado por los profesionales del Derecho, con la finalidad de hacerlo más claro y comprensible para los ciudadanos.
“Para los registradores resulta especialmente relevante su participación en la Comisión de Modernización del Lenguaje Jurídico que recibió y cumplió el encargo de presentar al Consejo de Ministros un informe de recomendaciones sobre el lenguaje empleado por los profesionales del Derecho, con la finalidad de hacerlo más claro y comprensible para los ciudadanos”
Al poder del lenguaje, pero también a la manipulación del lenguaje se refiere cuando nos alerta diciendo: “Nombrar las cosas con una palabra en lugar de otra puede hacer que percibamos la realidad de una manera distinta”. Una advertencia que no puede caer en saco roto y que nos permite calibrar adecuadamente la realidad.
La diversidad de medios de comunicación y su pluralidad ideológica son dos realidades que deben ser preservadas como un bien a proteger en una sociedad democrática, así lo entendemos, y hemos querido testimoniar con la plural representación de todos ustedes, periodistas, que nos acompañan en este acto.
No me gustaría terminar sin recordar a los dos periodistas recientemente fallecidos en Burkina Fasso, a David Beriain y a Roberto Fraile, que defendieron con su vida el libre testimonio de la realidad, y a quien también los registradores rendimos homenaje.
No encuentro mejor final que las propias palabras del premiado: “Los periodistas siempre debemos buscar la verdad, aunque hiera. El problema es que ahora vemos que a menudo se busca herir a pesar de la verdad. Ese es el gran riesgo, tenemos que buscar la verdad aunque la verdad haga daño, pero no debemos hacer daño aun a costa de la verdad”.
Y no podía expresarlo de otro modo una persona cuya palabra favorita es “Ternura”.
Enhorabuena Alex, y muchas gracias por aceptar este premio.